Cookaluzka

Acudimos a este lugar por su elaborada carta y sus buenas recomendaciones. Sin embargo, al llegar nos encontramos ante un bar casi vacío, apenas con una mesa más de comensales y con la verbalización de que la carta no estaba completa.

Al principio el trato fue amable pero, poco a poco, el servicio en mesa fue perdiendo calidad hasta convertirse en nefasto.

El elevado precio de su cerveza de Guadarrama (un tercio por 4,2€) y de sus dots MINI burguers elaboradas con el agujero de donuts por 3,5€ cada una hacen que te pienses si volver o no.

Asimismo, el servicio en mesa dejó mucho que desear de principio a fin ya que el aperitivo (unas patatas fritas) nunca se retiraron de la mesa y los platos fueron amontonándose mientras nos traían los siguientes sin gesto ni habla ninguna intuyendo por nuestra parte que tuviéramos que hacer hueco en una mini mesa para compartir una pizza vegana con un precio en nada acorde a su calidad (15€ + 3,5€ por salchicha *en carta pone 2€) que fue casi lanzada a la mesa por el poco tacto del “camarero” y que, además, no tenía pesto de piñones ni frutos secos como indicaba en la web.

La tarta snikers es muy casera pero el precio es excesivo (6,5€) para un postre que no está esta nada bien rematado; una montaña de elementos que se derrumban al meter la cuchara y que al paladar rechinan como algo pastoso a más no poder.

Para rematar, la persona que se encargaba en ese momento del local vino a traernos la cuenta ya con datáfono en mano sin dejarnos tiempo para revisarla. Por lo tanto, descubrimos a posteriori que no era acorde a lo que venía en web y nos habían cobrado 1,5€ más por una salchicha que se tornó en carne picada. A saber...

Cerramos reseña con protocolo covid ya que la visita a Cookaluzka terminó con el supuesto encargado/dueño tocando la guitarra al lado de nuestra mesa sin mascarilla.