Pizzería Verdi Bianco — Restaurant in Mislata

Fuimos a cenar con reserva de mesa. Cuando llegamos al restaurante, nos sentaron en la mesa más cerca de la entrada, justo por donde hay más corriente de aire. Cuando preguntamos si era posible sentarnos en una mesa de dentro, nos dijeron que estaban ocupadas aún no habiendo nadie sentado en ellas. En ningún momento de la reserva fui asignado a un número de mesa, por lo que no entiendo porque no pudimos ser puestos en otra mesa más cómoda.

Tras sentarnos el camarero vino a darnos la carta, y poco después nos cogió la comanda: 2 pizzas 4 quesos, 1 pizza carbonara y unos gnocchis a la campesina, además de media tabla de quesos y patés para compartir.

Tras una larga espera la "tabla de quesos y patés" llegó con una cesta bastante pequeña de panes "tostados". Pongo el entrecomillado por las siguientes razones:

La tabla se basaba en dos trozos, no muy grandes, de paté de cerdo y dos trozos, también pequeños, de queso de cabra y queso de untar suave. Al ser media tabla te esperas una tabla variada pero reducida en cantidad, pero lo que te encuentras es una variedad nula, con una cantidad mínima para el precio que tiene.

Los panes tostados estaban blandos. Por la forma en la que sacaron el pan, este llevaba ya tostado un buen rato, por lo que por el calor y la humedad se reblandecieron.

Tras otra larga espera llegaron los platos principales:

Las pizzas llegaron algo frías, se notaba sobretodo porque el queso se había solidificado un poco. La carbonara vino con una gran cantidad de nata por encima, la cual impidió que se cociera bien la masa y está salió cruda. Ademas, la cebolla de la pizza cargonara estaba cruda también. Fue curioso ver cómo de la cocina no paraban de salir cajas de pizza de pedido a domicilio, generándome la impresión de que las pizzas no estaban siendo bien cocinadas para poder dar abasto a los pedidos a domicilio y el restaurante. No tengo nada en contra de que el negocio evolucione, pero no veo lógico empobrecer la calidad de tu producto para ampliar tu margen de beneficios.

El plato de Gnocchis a la campesina fue también otra decepción. Cuando llegó, la salsa de nata que te esperas con cierta consistencia fue en realidad una salsa acuosa, como si fuera leche. Además, los Gnocchis esperaba que fueran caseros, pero la realidad fue otra, ya que los surcos propios del gnocchi me recordaba más a unos de tirada industrial. Y por si fuera poco, la salsa de nata iba acompañada de champiñones y cebolla picada, la cual estaba también cruda.

Tras este fiasco, esperamos a que nos trajeran la carta de postres. Tras esperar una eternidad el dueño del local vino y tras preguntar se la volvimos a pedir. Tampoco la trajo.

Al final nos fuimos de allí sin tomar postre y con una...

Una experiencia inolvidable, de esas que te hacen volver una y mil veces.

Fuimos a este restaurante con muchas ganas de comer bien… y nos fuimos absolutamente encantados. Desde el primer momento se nota que es un lugar familiar, de esos bodegones auténticos que priorizan la calidad, la calidez y la abundancia. Se come espectacular, los precios son muy accesibles y la atención —a cargo de sus propios dueños— es simplemente impecable.

El ambiente es íntimo, relajado, perfecto para disfrutar sin apuro. Se nota que cada plato está hecho con cariño y con ese toque casero que marca la diferencia.

Lo que pedimos: • Entrada: Un plato de papas con cheddar, bacon y huevo. ¡Impresionante! Abundante, ideal para compartir y acompañado por una salsa de la casa que nos voló la cabeza. Un sabor único que realzaba todo. • Principales: • Escalope de ternera a la napolitana. • Escalope simple. • Lasaña con carne, verdura y crema.

Todos los platos venían acompañados con papas, ensalada y la misma salsa especial de la casa, que merece mención aparte por lo rica que es. Todo abundante, casero, sabroso. Cada bocado fue un placer. • Postres: • Mousse de chocolate gigante y deliciosa. • Cremaet perfectamente preparado.

Cierre con broche de oro: La casa nos invitó con tres chupitos de limoncello, un gesto que agradecemos enormemente.

Conclusión: Excelente comida, platos abundantes, precios súper accesibles y una atención que te hace sentir como en casa. ¡Repetiríamos...

Pues me sorprendió desagradablemente, fui allí hace 30 años y la verdad es que aun lo recuerdo gratamente, volví allí hace 5años aprox. y bueno bien. Pero lo de anoche fue lamentable(por la comida) el trato de los camareros muy bien. Menú para dos: Ensalada tropical(lechuga con trozos enormes de queso y fruta flotando sobre salsa rosa de bote). Media tabla de queso y paté( dos tacos de queso, a saber de que eran y dos tacos de paté, igual, 1 nuez y 4 pasas).Pizza verdi bianco sin sabor a nada( fría, 3 trozos de chorizo (de sobre) de mercadona, un huevo seco al centro y rodeado de pimiento verde crudo), Medallones de solomillo(3 filetitos finos de lomo de cerdo embadurnados de una salsa de pimienta con patatas congeladas), y lo del postre fue ya el sumum, crepe de nata y chocolate( una crepe gruesa cruda, fría rellena de nata de bote y tapada en el plato por una montaña de trufa de bote, como si lo hubieran puesta con una hormigonera)., agua y cerveza. 60€ con el ticket 5%desc. Próxima visita. Creo que voy a perder el descuento. Lo siento. Pero tenía muy buenos recuerdos de juventud de este...