Resumen: sitio fantástico en todos los aspectos. Si quieres más detalles, sigue leyendo.
Comienzo diciendo que he leído un par de opiniones negativas y la verdad es que no concuerdan para nada con nuestra experiencia...dos veces. Sí, dos veces, porque quedamos tan contentos con la primera visita, que en los días que hemos estado en Mojácar hemos repetido.
La Candela está situada en Mojácar pueblo, muy cerquita de la plaza principal, en la planta alta de un lugar que llaman "multicentro". Es un restaurante con varios espacios: un salón interior pequeñito pero acondicionado, una terraza interior pequeña y otra zona en el área del multicentro dividida como en tres zonas: una zona para grandes grupos con sofás y muchos cojines y luego muchas mesitas distribuidas por los dos pasillos laterales al patio interior del multicentro.
Nuestra primera visita llegamos sin reserva ni nada a las 21.45 aproximadamente. Se veía que estaban a tope porque casi todas las mesas estaban ocupadas, pero había una mesita libre para dos. El camarero, vino rápidamente a acomodarnos y a darnos las cartas.
Aunque la carta no era muy extensa, me pareció que estaba bastante equilibrada. Tal vez faltaba un poco más de oferta para clientes vegetarianos.
Qué tomamos:
Bebidas: botella de agua.
Aperitivos de cortesía y servicio: aceitunas, pan, grissini y alioli.
Entrante: tomamos tortitas de lentejas con salsa de yogur y hierbas. Espectaculares. Soy cocinillas y he hecho y comido tortitas de lentejas bastantes veces, y estas me parecieron muy ricas. Tiernas, jugosas, con buen sabor y sin desmoronarse.
Principales: Yo tomé el ceviche de corvina. El ceviche es de mis platos favoritos y siempre que lo veo en una carta lo pido. Pues no exagero al decir que fue de los mejores ceviches que me he comido nunca. Al parecer su cocinera, aunque chilena, había vivido muchos años en Perú y había aprendido a hacerlo allí. Mi pareja tomó falsa langosta, que era rape (creo que al horno) con un suave toque de pimentón y acompañado de un puré de calabacín y unos espárragos trigueros a la plancha. Buenísimo también.
En cuanto a los postres: al parecer siempre tienen una serie de postres fijos, entre ellos el brownie de chocolate que yo tomé, y luego un postre del día, que en este caso era un strüdel. Tengo que decir que aunque el brownie estaba buenísimo, no me convenció del todo porque tenía cierto sabor a crema de cacao y avellanas (tipo Nocilla o Nutella) y ese tipo de crema no me gusta nada. Pero el bizcocho estaba muy bien hecho y con la textura correcta. En cuanto al strüdel...ESPECTACULAR. Cuando lo probé lamenté haber pedido el brownie en vez del strüdel. No era un strüdel al uso (tipo de tarta de hojaldre relleno de manzana asada, canela, etc.), sino que era un vasito con lo que sería el relleno del strüdel y un poco de crema por encima.
Como he dicho al principio nos gustó tanto el sitio que a los dos días volvimos. Yo repetí con el ceviche, aunque esta vez era de corvina y gambón (incluso mejor que el del primer día). Mi pareja tomó las albóndigas de atún que iban acompañadas de arroz y una salsa (no sé de qué era). Tanto a mi pareja como a mí nos parecieron muy ricas, aunque tal vez un poco intensas de sabor.
Esta vez no pude disfrutar del strüdel porque el postre del día era tarta de queso y frutos rojos. Muy buena. Textura cremosa pero consistente y buen sabor.
Para finalizar decir que el personal super amable y simpáticos. Además hablamos un poco con el camarero y dio gusto escuchar que estaba muy contento con los jefes que tenía.
Si volvemos a Mojácar, La Candela será...
Read moreGreat food, non existent service, and unfriendly. Planned to have a lot of dessert but waited such a long time for someone to notice and clear plates so just gave up and decided to head home. The odd thing is the restaurant was almost empty, so it’s not as if they were in rush hour. It was also interesting that they seemed to be catering to the other 2 tables quite promptly. Upon reading their other reviews, I am appalled at the way they respond to customers (by telling customers that they are “exclusive” and implying that customers aren’t classy or rich enough). This restaurant should know that if not for the fact that they are located in a small pueblo, they are unlikely to have regular customers with such hostile, spiteful attitudes towards reviews! Having read their responses to other reviews, regret going there in...
Read moreContacté con el restaurante para reservar una mesa para dos adultos y un bebé. Al preguntar si tenían trona, me dijeron que no. Comenté entonces que iríamos con carrito, pero también me indicaron que no cabía. Añadieron que tampoco disponen de comida para niños. En ningún momento me dijeron expresamente que no podíamos ir con un niño, pero la falta de facilidades y las respuestas poco acogedoras me hicieron sentir que no éramos bienvenidos. Finalmente decidimos no reservar. Una pena, porque teníamos ganas de conocerlo, pero no parece un lugar pensado para ir con niños.
EDITO TRAS LA RESPUESTA DEL PROPIETARIO: Me gustaría aclarar que…
Lamento sinceramente que mi reseña haya sido recibida con tanta hostilidad. En ningún momento mi intención fue ofender ni perjudicar la imagen de su negocio, sino simplemente compartir una experiencia real que, como cliente, tengo derecho a contar.
Llamé con toda la intención de cenar en su restaurante, animado por las buenas valoraciones que había leído. Desde el primer momento, dejé claro que íbamos dos adultos y un bebé. Pregunté si disponían de trona, y me dijeron que no. Comenté que iríamos con carrito, y también me dijeron que no cabía. Además, la persona que me atendió añadió por su cuenta que tampoco disponían de comida para niños, algo que yo en ningún momento había preguntado ni solicitado —de hecho, suelo llevar la comida del bebé si no hay menú infantil.
Lo que me sorprendió fue que, aunque sí había mesas disponibles, se me fueron enumerando motivos por los que no se podía adaptar el espacio a la presencia de un niño pequeño. Es decir, por descarte, el bebé no tenía cabida. No fue una cuestión de disponibilidad, sino de falta de facilidades y de voluntad de acoger a una familia con un bebé. Por ese motivo, fui yo quien decidió no reservar, y sí, me sentí molesto al percibir que la verdadera razón por la que no podía cenar allí era ir con un niño.
Su respuesta pública confirma el tono defensivo que ya percibí en la conversación telefónica. En lugar de responder con empatía o una simple aclaración, han optado por descalificar mi opinión y poner en duda mis intenciones. Siento si les ha molestado la reseña, pero creo que es legítimo informar a otras familias de que, al menos en mi experiencia, no es un lugar preparado ni especialmente acogedor para quienes van...
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