La resistencia como confirmación de las ideas. Serán diez años en el próximo diciembre cuando María Moreno, jienese de mente casi aragonesa por la testarudez se quedo con este agradable chalet con terraza, donde la noche fresca del mediterráneo hace más agradable el lujo de disfrutar de una cocina sencilla pero efectiva por la calidad de su producto. Mantelería sobre las mesas, blanca y señorial, copas Riedel y pan de pueblo, de miga compacta y sabor. La carta es ciertamente conservadora pero de ahí radica la eficacia. Gambas rojas de Garrucha, pero enteras sin la piel del cuerpo, en una aceite con ajos confitados, donde el pan ayuda a que el placer sea más amplio. Lo de siempre pero de otra manera, Y ahí es donde esta cocina gana, porque cuando quiere jugar a contrastes más arriesgados, tropieza. Como en el caso de la vieira, elemento dulzastro y marino, que se ve desafortunadamente envuelta en una crema con moka, que amarguea y vuelve al plato ausente. Terso el rodaballo, de buen punto, que viene acompañado de una verduritas, calabacín y zanahoria, apenas blanqueados y salteados. Si el pescado no fuera de gran calidad el plato resultaría pobre, pero el gran producto pocas cosas merece más, sí quizá unas gotas de aceite, que den brillo y más untuosidad al elemento marino. La carne degustada ha sido un abanico ibérico, cocido a baja temperatura primero y luego pasado por calor, acompañado de unas patatas y pimientos. Aquí pese a la brillantez de la cocción se agradecería algo de humedad que diera unidad al plato y sirviera de puente entre las dos piezas, la proteínica y las verduras. Servicio muy animoso, atento que gana enteros cuando la propia María yo su jefe de cocina se acercan a la mesa. La carta de vinos, con precios correctos, merecería un viaje hacia denominaciones que hablaran más a las claras de que los tiempos de la viticultura del binomio Rioja Ribera han terminado, dando la importancia que tienen en este momento grandes blancos o tintos andaluces, o del cercano levante. Hay que renovar esas cartas que muestran confusión, pues son parciales y el mapa enológico mundial tienen nuevas variantes que lo hacen rabiosamente atractivo. Espacio donde disfrutar de veladas sin prisa. Ritmo de servicio bueno. Creo que buscar más contrastes ácidos, sin meterse en jardines peligrosos y confusos, animarían la carta y proporcionarían un movimiento que la casa necesita. Para poder seguir efectiva otros...
Read moreNo he podido esperar a salir del restaurante para escribir la reseña, pues ha sido una experiencia tan agradable, que bien merece unos minutos de dedicación.
Sólo decir que todo lo que podáis leer se queda corto, la comida es exquisita (para nada escasa como he leído en alguna reseña) y el local bien ubicado, bla, bla...
Lo más importante para nosotras es la CALIDAD con mayúsculas, ya que es en todos los sentidos: materia prima, presentación de los platos, elaboración, carta de vinos y un largo etcétera, pero sobre todo... ¡LA GRAN MARÍA!. Una mujer grande como profesional y seguro, que a nivel personal, pues basta con intercambiar unas cuantas palabras para sentir que es el alma de este sitio. Además, demuestra una humildad difícil de encontrar hoy en día, pues siendo una gran chef con premios a sus espaldas (bien merecidos) no ha perdido sus orígenes.
¡ENHORABUENA Y GRACIAS!
Por cierto, comimos de entrante un exquisito panaché de verduras con parmesano (la foto es de la mitad porque al pedir para compartir, tuvieron el detalle de servir este plato por separado) y como principales, el codillo mi amiga y yo, el bacalao más bueno que he probado en mi vida (lo cocina como nadie, una textura y sabor sencillamente, perfectos).
Respecto al vino, nos dejamos guiar por la recomendación y no recuerdo el nombre, pero era un blanco verdejo, con un toque de barrica, que casaba perfectamente tanto con el pescado, como con la carne.
Por último, yo tomé café y mi amiga postre de chocolate 3 texturas. Con la cuenta, ofrecieron un chupito de limoncello.
Otro detalle que dice mucho de este restaurante es que con el servicio de pan invitan a un aperitivo (en esta ocasión, una crema de verduras) y aceite de oliva virgen extra de Jaén (origen de la dueña, María) que es oro líquido, para que la espera de haga más amena (aún así, son bastante rápidos sirviendo).
Añadir que ella misma explica cualquier duda acerca de los platos, vinos etc. con una sonrisa y excelente sentido del humor, humildad y dedicación. De hecho, también es la responsable de amenizar la velada con una acertadísima selección musical. ¡Y acierta totalmente con las recomendaciones!.
En total, la cuenta fue alrededor de 85€, así que nada caro teniendo en cuenta la...
Read moreTras leer las muchísimas buenas opiniones sobre este restaurante decidimos probar. Llamamos un martes por la tarde para reservar para esa misma noche, pero ya estaban completos, así que reservamos para la noche siguiente.
El restaurante está en Mojácar playa en lo que parece una casa grande. Cuenta con un salón interior un gran patio exterior con cesped natural, luz tenue e hilo musical muy agradable para un ambiente íntimo y acogedor.
Algo que nos llamó la atención y que ya habíamos leído en algún comentario era el espacio. Aunque se veía claramente que en el jardín podrían haber encajado varias mesas más, su dueña ha optado por limitar el número de mesas para que así haya más separación e intimidad entre las que hay. Punto a su favor.
Yo había consultado la carta en su web antes de ir y llevaba una día bastante clara de lo que iba a tomar,, aunque luego vi que había hecho algunos pequeños cambios. Nada por lo que quejarme porque todos los platos parecían espectaculares.
Bebidas: cerveza Alhambra, una copa de vino blanco y una botella de agua grande.
Aperitivos de cortesía: además del pan, nos pusieron unos vasitos de salmorejo de cortesía.
Entrante: compartimos unos espárragos salteados con habitas, ejetes y gambas.
Principales: Solomillo de añojo con verduras: según mi pareja, increíble de bueno. Venía acompañado con unas verduritas (creo que al vapor) y tres tipos de sales: de jengibre, volcánica y en escamas. Carpaccio de atún rojo con algas (es un entrante frío pero lo pedí como principal). Muy rico, aunque se me hizo largo. Al ser un entrante, imagino que está concebido para compartirse, pero yo lo pedí como principal y el plato era inmenso. Postre: tarta de queso con frutos en vasito: muy rica. Bizcocho de pera con dulce de leche y helado. Buenísimo también, y eso que los postres con pera no me suelen gustar.
El personal impecable también. Muy amables, atentos y educados. Cuando ya estábamos terminando de cenar, la dueña y cocinera salió a saludar a los comensales y preguntarnos si habíamos cenado bien. Todo un detalle.
La verdad es que es un sitio con muchísimo encanto y muy recomendable para una...
Read more