Hoyo 19 Beach Club — Restaurant in Motril

Siento escribir esta reseña, soy clienta de hace más de 10 años, he estado desayunando, comiendo, de tardeo y por la noche. El ambiente genial, la música buena, los camareros agradables, nunca he tenido ningún problema hasta el otro día, que me fui totalmente decepcionada.

Estuve un sábado por la tarde con una amiga, llegamos sobre las 17 h, pedimos 2 bebidas en barra y a los cinco minutos una mesa cerca se quedó libre. (Una mesa que hace esquina con un altavoz y está pegada a las cristaleras desde la que se puede ver el espigón que han construido). Viendo que nadie ocupaba la mesa y que no tenía cartel de reservado, nos pasamos de la barra a la mesa. A los quince minutos, llega un grupo de gente a saludar a las personas que estaban en la mesa de al lado nuestra y están por allí como unos 20 minutos porque en la zona de fuera (las mesas que están en la arena) se queda libre una mesa y este grupo se pasa allí.

Después de esto, pasa como una hora aprox, serían las 19 horas (nosotras llevábamos ya 2 horas en la mesa), me acerco a la barra a pedir bebidas, mientras tanto, un camarero se acerca a la mesa a comentarle a mi amiga que nos teníamos que quitar porque el grupo de la mesa de fuera la había reservado. Entonces, mi amiga le explica que llevábamos 2 horas allí y la mesa no tenía cartel de reservado cuando nos sentamos, la respuesta del camarero fue que igualmente nos teníamos que quitar porque no estábamos consumiendo (vio la mesa con varios vasos vacíos de las anteriores consumiciones nuestras) y mi amiga le explica que yo estaba en la barra pidiendo y los vasos vacíos eran nuestros.

Al volverme de la barra a la mesa con las nuevas bebidas, me empieza a comentar mi amiga lo sucedido y al par de minutos llega un portero a “echarnos literalmente de la mesa” de forma maleducada, desagradable y grosera. Nosotras tratamos de explicarnos pero no nos dejó, vino a echarnos de la mesa y solo le faltó echarnos por completo del establecimiento. Como teníamos las consumiciones recién pedidas nos quedamos hasta que las acabamos, sino no hubiéramos ido en ese mismo instante.

No me parece forma de tratar a los clientes, está claro que hubo un error al no tener la mesa el cartel de reservado, que mínimo que pedir disculpas antes de echarnos de una mesa en la que llevábamos 2 horas y además poniendo en duda si estábamos consumiendo o no. Yo también tengo negocio y si hay algún error lo primero que hago es pedir disculpas independientemente de quien tenga la razón y por supuesto, escucho a los clientes y trato de ofrecer una solución alternativa. No cuesta nada ser agradable y decir las cosas con respeto y educación, que gustosamente, me voy de la mesa si me lo transmiten así.

En conclusión, el trato fue grosero y humillante y mientras me acuerde de...

Hoyo 19, el sitio de los elegidos! O al menos eso creen ellos. Un trato deleznable. Fuimos con un grupo amigos, todos vestidos de manera más que adecuada para un chiringuito de playa, pero al parecer, no cumplíamos los requisitos de admisión de este exclusivo club. ¡Qué decepción! Nos encontramos con unos porteros que, con una soberbia desmedida y un tono despectivo, nos negaron la entrada sin darnos ninguna explicación coherente. Sus comentarios fueron groseros y fuera de lugar, dejando claro que no estaban interesados en atender a clientes que no cumplieran con sus estándares estéticos. Al parecer, en Hoyo 19 no basta con ser presentable, sino que hay que pasar un riguroso control de imagen impuesto por unos vigilantes de puerta que parecen creerse los dueños del lugar. Es triste que un lugar que se supone que es para disfrutar del mar y la buena compañía, se convierta en un campo de batalla para los egos inflados de unos pocos. Tuvimos que marcharnos con un sabor amargo en la boca y la sensación de haber sido tratados como si no fuéramos personas. Afortunadamente, encontramos Los Moriscos, donde nos recibieron con los brazos abiertos y un trato cercano y amable. Hoyo 19, más que un chiringuito, parece una fortaleza vigilada por unos guardianes que están más pendientes de rechazar a la gente que de ofrecer un buen servicio. ¡Qué pena que un lugar tan bien ubicado tenga un concepto tan elitista y excluyente! Pd para el dueño del local: Ahora vas y lo comentas :)

Añadido después de la respuesta del propietario:

Para empezar es más común que un dueño ponga excusas baratas para negar la realidad de su local. Y la realidad es que los porteros que usted ha contratado son de lo más desagradable, sobre todo el que es alto y calvo. Para continuar no se que le lleva a pensar que nos inventamos cosas llamativas, lo que si que es llamativo es que de un grupo de 6 sólo afectase el aforo para 1 persona.

Por último cabe destacar que nosotros somos un grupo que estábamos en motril de vacaciones, no ganamos ni perdemos nada poniendo una mala reseña de su local, de hecho lo correcto sería que usted se preguntase por qué al igual que os hemos puesto una mala reseña en otros locales hemos puesto muy buenas reseñas. Tenga en cuenta que las reseñas se ponen para que veáis donde hay fallos y estos puedan solucionarse, dicho...

Yo siempre he sido de pensar que la mejor carta de presentación de un sitio es una buena recomendación. Pues desde luego que de aquí por nuestra parte no la tiene. Fuimos un grupo de 11 jóvenes de Murcia, estamos pasando nuestras vacaciones en un pueblecito de al lado y nos apetecía una noche de chiringuito con música para disfrutar. Lo que iba a ser una noche de sábado chulísima para el recuerdo se convirtió en una escena humillante por parte de los porteros, se quedaron mirándonos uno a uno a ver qué clase de “atuendos” llevábamos y, para nuestra sorpresa, un conjunto de Zara de uno de nuestros amigos fue lo que no gustó. Pero lo peor no fue eso, sino la humillación de tenernos 5 minutos esperando y ellos deliberando si dejarnos pasar o no. Evidentemente no pasamos, pero lo agradezco, no quiero dejar dinero en un sitio tan clasista y discriminatorio. Entiendo que cada establecimiento tenga sus normas de vestimenta, pero el trato que recibimos fue innecesariamente grosero y humillante. Si lo que buscan es mantener un ambiente exclusivo, deberían reconsiderar cómo comunican sus políticas y, sobre todo, cómo tratan a las personas. No es tanto por no habernos dejado pasar, sino por la falta de respeto con la que lo hicieron. Una verdadera pena que un lugar con potencial para ofrecer una buena experiencia se vea empañado por este tipo de actitudes. Definitivamente, no lo recomendaría a nadie que busque pasar una noche agradable sin ser juzgado por...