En junio de 2025 actualizo mi reseña a este lugar. Hemos seguido yendo de vinos con frecuencia. En las últimas he notado una reducción de su oferta de vinos por copa. El personal del servicio ha cambiado notablemente en menos de un año, solo queda una persona. Eso indica que hay algo, que se percibe como cliente. Nosotros cuando vamos mínimo hacemos un par de consumiciones c/u. Esta última vez no me he pedido la 2da, porque he visto como rellenaban las botellas recién abiertas con los "culos" que les sobran de otras botellas. Se nota como racanean con todo. Las copas de vino las sirven con 105-110 ml máximo, en vez de 125 ml., por eso les quedan restos, y lo mismo ocurre con el aperitivo. A mi me gusta que en los sitios que frecuento, me sirvan bien la copa y no me pongan aceitunas o patatas de bolsa de aperitivo. Es un sitio que habíamos estado de vinos. En esta ocasión comimos el menú del día, para conocer el ambiente y su cocina. Se agradece la luz natural en el salón, aunque con un poco de calor. Es verdad que nos sentaron pegados a la estufa. Al servir, cuidan la imagen con emplatados bien presentados. Sin embargo, la comida no lleno las expectativas, aunque se tratase del menú del día. A la salsa romescu en la coliflor le faltaba la potencia de la ñora y el tostado de los frutos secos. El entrecot, aunque de un buen peso, no era de vaca. Ademas, tenía un sabor como si lo hubieran cocinado en la misma parrilla en la que se preparó otro producto. Las carrilleras aunque estaban tiernas y de buen sabor, las sirvieron templadas, seguramente que las preparan antes, almacenan las raciones envasadas al vacío, para regenerarlas al momento de servirlas. Al pasar por el patio se puede ver el interior de la cocina, y se puede observar lo reducido de las partidas, los equipos, como la máquina de vacío y la parrilla, con lo que de ahí obuve la respuesta a mis apreciaciones. El servicio estuvo a muy buen nivel, salvo porqué el agua que sirven es de grifo en una botella, en la que claramente indica su procedencia, filtrada y no mineral, como me habían afirmado cuando lo pregunté. Por el precio del menú, creo que se podría incluir una bebida, o como mínimo servir una botella de agua mineral de buena calidad. Porqué si no, al final se termina pagando un menú de 18 €. Volveré...
Read moreActualizo mi comentario en junio de 2025, un año después de mi 1a experiencia y y de varias visitas los fines de semana. Durante este tiempo he percibido un declive en general. Ha habido una rotación en el personal del servicio. No veo que les importe la fidelidad como cliente, porque pichicatean el vino y el aperitivo que te ponen, como si uno apareciera por 1ra vez. El otro día que hacía mucho calor, entramos para estar fresquitos. Nos pedimos 1/3 de cerveza que estaba "calentorra". Para rematar, presenciamos la falta de profesionalidad en la manipulación de los vinos que sirven. Una botella de vino blanco recién abierto, la guardaron sin tapón en la nevera junto con otros que estaban igual. ¡Decepcionante! Un lugar muy agradable para ir de cañas, vinos o a tomar café. Está muy próximo a la Plaza Segovia. En vinos tiene una variedad de distintas D.O. que sirven por copa a un precio razonable. Lo acompañan con un aperitivo en condiciones, tortilla, arroz, etc. Tienen una carta de platos elaborados, por si alguien quiere picar algo. Es un salón con mesas pequeñas y una grande redonda. Los fines de semana al mediodía está concurrido. Pone una terraza cuando hace buen tiempo. Cuenta con unas cuevas en las que también tienen mesas y dan servicio en un momento determinado. Está bien atendido por...
Read moreNunca volveré a comer allí, alguien del pueblo de toda la vida. Nos pusieron en la cueva, con un frío de tela, le tuve que pedir a la camarera un calefactor, si no está adaptado que no se ofrezca el lugar y digan que está lleno, y antes de reservar dije, tenéis calefactor, y se me dijo que si. Primer lugar en el que no me dejan elegir la parte del cochinillo, ya lo entendí cuando me lo pusieron estaba recocido, la piel blanda y crudo por dentro, curioso la verdad.. Las patatas revolconas con pulpo, el pulpo bien, la patata, de revolcona no tenía nada, no sabía a nada. El tartar vegano era vinagre puro. Las croquetas de jamón estaban saladas. Y para colmo, el vino tinto, una copa que pedí casi congelado. No pedimos ni postre. 100,3 €, dos personas mayores y un niño de 2 años, casi nada. No me volverán a ver allí, ni nadie conocido mío. El detalle, es que la jefa nos preguntó si...
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