Ceibe restaurante — Restaurant in Ourense

Esto es lo que pedí (menú degustación Enxebre 75e):

Queimada de cítricos con pataca de Xinzo frita en grasa de pato y emulsión de ajada con chile para activar las papilas gustativas: la queimada espectacular, la emulsión súper rica, y la patata, no deja de ser una patata, no se le nota la grasa de pato.

Mexilón do Grove en escabeche, espectacular, carnosos y el escabeche súper bueno. Picaña madurada en alga nori envuelta en un crujiente: se notaba la maduración, muy sabrosa. Xurelo curado en alga kombu: muy buena presentación, el jurel rico, si te gusta lo crudo, es muy top. Bokata de Bakalao: la piel deshidratada y frita, relleno de un pil-pil de bacalao y unas algas para el toque marino, muy muy rico, seguimos in cresccendo. Bollito dulce relleno de la carnde del cocido, acompañado con el propio caldo. Siendo sincero, el plato salado que más me gustó, no fue un sabor demasiado sorprendente (quizás fue por eso), pero el toque dulce del bollito y la carne súper tierna dentro, sumado al caldo que estaba espectacular, un 10.

La mantequilla casera con nata de Airas Moniz (Chantada) estaba espectacular, muy cremosa, pero es que el pan se lleva todo el protagonismo. Si nunca lo habéis probado (es de un obrador de Santiago) es espectacular, con un poco de aceite... Magistral.

Hortalizas de proximidad, con un escabeche ligero con base de naranja y vainilla. Muchas texturas y un sabor demasiado estridente (inculto de mi) para mi gusto. La combinación naranja-vainilla no me funcionó demasiado, tampoco es que sea muy fan de las verduras crudas, por lo que fue el peor plato de la comida, a pesar de estar rico y que lo disfruté igualmente. Esto va por gustos, evidentemente. Por cierto, viene con sorpresa! Cogollo de lechuga a la brasa con champiñón en diferentes texturas: muy rico, muy completo, el crudo de las láminas, luego llevaba como una salsa de champiñón y el propio champiñón, diría, asado.

Caldeirada de merluza de Celeiro: la merluza a baja temperatura espectacular, la crema de bogavante creo recordar, de lo mejorcito de la comida. Patata cocida, un pil-pil de merluza y unas huevas. Plato muy rico, sobre todo por esa crema, espectacular. Xarda con espárragos: una salmuera, luego marinada, madura en cámara y se remata en la brasa. Acompañan espárragos crudos de Navarra y una salsa de espárrago cocido. Un plato frío, sabroso, si te gustan los espárragos, lo disfrutarás mucho, si no eres fan del pescado, quizá no tanto, el sabor del pescado es muy potente, está casi crudo, por lo que puede no gustarte. A mi me encantó.

Solomillo de vaca que cocen y cortan muy fino, acompañado de un pesto de hierbas aromáticas, además, una emulsión de guindilla ahumada. La carne estaba tan rica que no me dio tiempo a probarla combinando con las demás elaboraciones. Punto perfecto. La emulsión de guindilla también muy rica y el pesto no me convenció demasiado. Oreja de cerdo cocinada en caldo gallego, acompañada de una tempura, una base de pil-pil de bacalao y emulsión de chiles ahumados. Recomiendan pillar un poco de todo, así hice, y una maravilla. Estaba espectacular, el mejor de los segundos. Creo que no volveré a comer una oreja así en mi vida, muy muy rica, la tempura le da un punto, está súper blandita... Impresionante.

Orujo: a modo de efecto limpieza, homenaje a Galicia y a su paisaje. Un kéfir de leche de vaca, acompañado de una vinagreta de hierbas silvestres, helado de pistacho y un aire lácteo. Lo califaicaría como sorprendente, no es que me encantara, al probar las cosas por separado chirría un poco, pero todo en conjunto está rico, lo dicho, de efecto limpieza. Sopas de burro canso: una re-interpretación en formato tarta con todos esos ingredientes y una chantilly aromatizada con naranja. De verdad, de los mejores postres que me he tomado en mi vida, empieza con ese agrio-ácido del vino tinto, pero luego te viene el dulce con el toque de la galleta... Inolvidable.

Una trufa de chocolate 70% híper rica, un canelé mojado en licor café y un dulce de cítricos con...

Convertido en uno de mis restaurantes favoritos de Galicia tras la experiencia que vivimos. Muy recomendable, super TOP. Fuimos dos personas, llegamos a las 20:30 y salimos pasadas las 23:45. Una experiencia larga, cuidada y llena de matices, donde cada plato tenía su espacio y su historia. El lugar es elegante y acogedor. Se organiza de la siguiente manera: una entrada discreta da paso a una sala principal con 5-6 mesas redondas que rodean una cocina abierta, impecablemente ordenada y luminosa. Desde allí, un pasillo conduce a los baños y, al final, a una segunda sala donde se encuentran las cámaras de maduración. En esa misma sala se puede ver una galería fotográfica que cuenta la historia del restaurante desde su apertura en 2020. El equipo es joven —la mayoría tiene menos de 35 años— pero no os dejéis engañar por la edad: la técnica, la atención y la calidad de los productos son realmente sobresalientes. Está ubicado en el centro, por lo que no hay aparcamiento justo al lado; es recomendable buscar sitio por la zona o usar un parking cercano. Por la noche ofrecen dos menús degustación: • Menú Esmorga (150 €): 16 pasos + 70 € si se elige maridaje. • Menú Enxebre (95 €): 12 pasos + 55 € de maridaje opcional. Nosotros elegimos el menú Enxebre y en ningún momento pasamos hambre. De hecho, fue abundante y absolutamente exquisito. También nos ofrecieron añadir platos extra de la cámara de maduración (con precio indicado en el momento), opción que aprovechamos. Menú degustación 01/08: Chupito de queimada con polvo de chile y cítricos para abrir la salivación. Cachelo gallego con una salsa espectacular. (10/10). Bonito madurado con ensalada (10/10). Pan de mantequilla Cea a la brasa con mantequilla de Arias Mouriz (12/10). Judías a la brasa con salsa de anchoas y tonkatsu (10/10). Pimiento verde de temporada con xarda a la añada, cocinada por la piel. La mejor xarda que he probado: ahumado y sabor espectacular (12/10). Jurel al vapor (curado en sal), con huevas de jurel ahumadas y salsa (10/10). Segundo tipo de pan, también muy rico. (10/10). Merluza madurada 5 días con pil pil. Las salsas de este restaurante son una locura (12/10). Mero madurado 28 días a la brasa, añadido fuera del menú. La piel parecía un torrezno. Brutal (12/10). Tartar de vaca gallega, con grasa madurada, mostaza casera, romero y tomillo. Muy sabroso y distinto a los clásicos estilo Perú (9/10). Molleja de vaca a la brasa, con mantequilla, romero y salsa de pimiento. Textura y sabor perfectos (10/10). Oreja de cerdo tempurizada. Aunque no somos muy fans de la oreja, estaba muy buena y es un homenaje a la tradición gallega (9/10). Crumble de miso, miel de flores y helado de aponabio, con toffee de miso y polo de aponabio. Postre original, sabroso y muy bien ejecutado (12/10). Mousse de chocolate. (10/10). Petits fours. Para beber, tomé dos copas de vino: Mengoba 2022 (Godello viejo con crianza en barrica 10 meses). Exquisito. y Agua. La cuenta fue de 260 € para dos personas. Sin duda, una experiencia que repetiría. Cocina de autor gallega con técnica,...

Resulta que teníamos una reserva realizada desde 1 mes antes de ir. Al hacer la reserva te obliga a escoger el menú que quieres. Escogimos este restaurante y no otro porque tenía una opción de 18 pases( el menú Esmorga) por 95€, adjunto foto. Desde que hicimos la reserva hasta que fuimos, parece ser que cambiaron el menú y los productos y con ellos el precio, pasando a costar 150€ el menú que teníamos reservado, aunque tenían otra opción de 13 pases por 95€. En ningún momento previo a ir se nos avisó de este cambio y fuimos pensando que tendríamos el menú Esmorga con 18 pases, pero al llegar nos dijeron que la opción que teníamos era la de 13 pases(menú Enxebre) por 95€. Obviamente nos quedamos sorprendidos y no nos pareció bien dicho cambio sin habernos avisado. En ningún momento asumieron su error e intentaron convencernos de que el menú había cambiado y que los productos nuevos eran más caros y que si queríamos más de 13 pases que teníamos que pagar 25-30€ por cada pase extrea. Incluso llegaron a decirnos que si queríamos 18 pases por 95€ que se lo decían a cocina y nos preparaban unos tomates y unos repollos y listo(que eran los productos del menú anterior), desprestigiándo incluso su propio menú. Ya las formas y el tono de la conversación empezó a molestarnos bastante. Finalmente la solución que nos dió la jefa/dueña fue ponernos 1 pase extra por los 95 euros, pero con una actitud de mala gana y mirándonos con desprecio. No volvimos a recibir ninguna disculpa por su parte ni si quiera volvió a preguntar qué tal íbamos, cuando al resto de mesas sí lo hizo. Si querría destacar la amabilidad de una de las camareras(Samanta creo recordar) que durante todo el servicio nos atendió genial. En cuanto a la comida... Pues no sé si fue la mala entrada que tuvimos y la incomodidad del momento pero no nos pareció nada espectacular a excepción de 2 pases, las carrilleras de jabalí y el bacalao. Tendrían que cuidar más los detalles en un sitio como este que lo que destaca es la experiencia más que la comida. Y la...