Comimos correcto pero el menú especial a 22€ no tenía mucho a destacar ni era muy especial (ensalada de cogollos con anchoas especial?). Aún así, los ingredientes se notaban de calidad (como las anchoas, o la cecina). A destacar el chusco de pan, el mejor pan que hemos comido en Asturias. Tenía consistencia, bien crujiente... De la fabada, nos esperábamos la presentación en una fuente grande para servirte tú mismo. Los escalopines estaban muy buenos con su rebozado. Buena cantidad. Nos pusieron lo que nos sobró para llevar. Los postres fueron los que más decepcionaron, sólo tenían arroz con leche (muy bueno, por cierto), tarta de queso (por lo que vi en otras mesas, es más como la quesada con arándanos, nada cremosa, más seca) y frutas. El melón podrían haberlo servido de otra forma más generosa y más elegante, no a trozos... Además, sabía bastante a pepino, le faltaba dulzor. Vi como sirven la naranja, y la sirven a gajos...

Lo mejor de la experiencia fue el trato del camarero. Muy amable y bromista. Tienen variedad apta para sin gluten.