AMAIKA

Llegamos a este bar- restaurante buscando algún sitio donde comer en condiciones tras algunas decepciones de días anteriores. Nos quedamos por el olor y repetiremos seguro. Primero, para probar, ya por miedo a lo que nos dieron en otros sitios... Pedimos unas tapas al mediodía. Un plato de calamares a la romana delicioso nos convenció del todo y el trato del personal nos fidelizó, así que esa misma tarde nos tenían para cenar. Primero, pedimos lo que queríamos: una fritura de pescaditos de la zona para compartir, de entrantes. A parte, el personal nos invitó a unas patatas bravas y unas aceitunas (muy ricas ambas). Mientras estábamos entretenidos con nuestros entrantes ,que por cierto, nos los sirvieron enseguida... de pronto nos trajeron nuestros pedidos, todos muy bien calculado el tiempo entre unos platos y otros y el plato principal al mismo tiempo a todos los comensales ( muy agradecido el poder comer al mismo tiempo) Una paella de marisco deliciosa, con mucho marisco. Y el arroz en su punto sueltecito, bien pasado y sabroso. El pulpo, " a la gallega" como pedí, perfectamente aliñado y blandito ( en su punto de cocción) Y que decir de los pescaditos fritos de la zona (para comerse hasta las espinas) Totalmente delicioso!!! Todo riquísimo, cantidades más que abundantes y muy bien de precio. El personal, super amable y atento. Te hacen sentir como en casa. Estábamos muy llenos pero la cámarera nos comentó de una tarta de queso que hace ella personalmente y no pudimos decirle que no, nos la comimos entre los tres y estaba para chuparse los dedos y una presentación sencilla pero efectiva. Al chupito nos lo invitó la casa. Volveremos y recomendaremos a todas nuestras amistades. Adjunto fotos, aunque lo mejor es probarlo.