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Un poco de historia
El Papa Luna, Benedicto XIII de Aviñón, una de las figuras hispánicas más universalmente conocida y a la vez controvertida, se trasladó en 1411 a Peñíscola convirtiendo su castillo en palacio y biblioteca pontificia. De los muros y dependencias de esta fortaleza irradian ideas, sentimientos y prejuicios sobre un hombre íntegro, honrado y virtuoso que tuvo la osadía de perseverar en su convencimiento de verdadero Papa de la Iglesia Católica en una época marcada por guerras, ambiciones, codicias y corrupciones que afectaron incluso a las altas dignidades de la Iglesia, cuyo poder espiritual tuvo que claudicar ante el poder político y civil.
Destaca en todo el conjunto la sobriedad y solidez de su construcción, tanto en las estancias templarias como en las estratégicas e intrincadas dependencias pontificias que realizaría más tarde Benedicto XIII (entre las que estuvo instalada una de las mejores bibliotecas del mundo). Pero, tal vez, el mayor interés arquitectónico del castillo se encuentra en la solución abovedada del Cuerpo de Guardia y en la austeridad y severa proporción de la Basílica de los Templarios.
Castillo Palacio de Peñíscola
Vista diurna del conjunto.
Vista nocturna del conjunto. Utilizada por Benedicto XIII y Clemente VIII como Basílica Pontificia, a las características constructivas del resto de estancias une el presbiterio formando ábside semicircular cubierto con una media cúpula de cascarón encumbrada sobre un arco toral y un pequeño ventanal situado en el centro del ábside que ilumina tensionalmente el espacio. En esta Basílica reposaron durante algún tiempo los restos del Pontífice.
En este castillo se conservan todavía remembranzas evocadoras de la presencia del Papa Luna y de su sucesor Clemente VIII, el también aragonés Gil Sánchez Muñoz, segundo Papa de Peñíscola. La Basílica papal de Benedicto XIII, austera nave de planta rectangular con bóveda de cañón algo apuntada y casquete esférico sobre el ábside; el salón del trono donde recibía embajadas y recepciones; el salón del cónclave; el estudio con ventanas al mar; las habitaciones pontificias, etc. Todo ello, utilizado por los dos papas de Peñíscola, había servido con anterioridad a los Caballeros Templarios y a los Montesianos que tuvieron aquí la sede y sostén de su encomienda.
Durante el periodo de las Germanías (1519-1521), Peñíscola fue sede de la coalición de fuerzas capitaneadas por el Virrey de Valencia, Diego Hurtado de Mendoza y Lemos, que se opusieron a los agermanados. Por este hecho, el Virrey concedió a la población el título de fidelísima en 1522 y otorgó el perdón a los agermanados locales en nombre del rey Carlos I (1525). Felipe II ordenó la construcción de nuevas defensas artilleras, ejecutadas por el arquitecto italiano Juan Bautista Antonelli, con el objetivo de protegerla de los ataques de los piratas berberiscos. Estas no alteraron sustancialmente la conformación...
Read moreVery helpful!!! We arrived in Peniscola after around 30 hours of travel and were not able to find a SIM card to be able to contact our accommodation. The host called our accommodation to let them know we where there and she spoke with the person to make arrangements for us to be picked up and driven to our hotel. Great service and a nice...
Read moreOficina algo difícil de encontrar, la señalización no estaba clara. Al final llegamos gracias a Google Maps. Es un módulo junto a la playa, casi encima de la arena. Fuimos un día entre semana de enero. Peñíscola no quiere autocaravanas y no se molesta en ocultarlo. Ni con los campings llenos. Podemos entender que el turismo masivo moleste. También, que hay campistas que inclumplen las normas y creen que están en la playa o en el jardín de su casa. Pero el acoso y derribo hacia la comunidad de autocaravanas en Peñíscola no lo habíamos visto antes ni compensa lo bonito que pueda ser el pueblo. O mejor, una pequeña parte de éste. Fuimos en invierno, muchos comercios estaban cerrados, y la guinda fue el trato de Sonia en la oficina de turismo. Muy seca en cuanto explicamos que hemos venido en autocaravana. Preguntamos por restaurantes para comer y fue muy ambigua y rápida. No había nadie más esperando, sólo nosotros. Está claro que la fama que ya precede a Peñíscola en la comunidad de autocaravanistas está bien fundada. Nos fuimos sin visitar...
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