After nearly an hour on the subway, I finally arrived in Sabadell to meet my friend. We’d found this spot on Google Maps and booked a table—though it turned out, we didn’t need to, as the place was quiet. We ended up ordering a bit of everything, and by the end of the night, I knew I had to write a proper review because this place really deserves it.
The octopus, perfectly tender and coated in a sauce I’d happily bottle up and take home, was unforgettable. The risotto—comforting and rich—left a lasting impression. The owners? Just the kind of people you want behind the counter—friendly, attentive, even making us a Manhattan off-menu just because we asked. We wrapped up with cheesecake and coffee, and I swear, it was the perfect end to a great night.
Everything was on point—flavors, service, the whole experience—and the prices? Absolutely fair, especially considering you’re coming...
Read moreLocal muy agradable con vistas a un patio interior con plantas y piedras blancas, que proporcionan una relajante sensación. Cocina de autor. Lástima que últimamente hayan perdido ese "toque" que les caracterizaba: 26/7/2018 hemos ido 4 personas a las 20:00 en punto para ser los primeros y estar bien atendidos. Pedimos bravas, unos fingers de pollo un tataki de atún y dos huevos estrellados, lo que vienen siendo huevos con patatas fritas. Las bravas, como ya estaban hechas, han tardado 10 minutos, pero para poder degustar lo huevos con patatas y el atún (crudo) , han pasado 45 minutos, 40 minutos más que lo que se necesita para cocinar esos platos. Además a destiempo, primero el tataki y el pollo rebozado, y a los 10 minutos los huevos con patatas. Total, que los de los huevos, después de 45 minutos de esperar, se les hacía la boca agua viendo a los otros dos como comían sus platos. Platos que terminaron de comer antes de llegar los huevos. Y ya la definitiva ha sido con el postre. Dos platos para compartir y nos dicen, al traer el primer postre, que el otro tardará 15 minutos! Les decimos que no lo queremos y que nos traiga la cuenta, y aparece el plato en el acto. Y eso y una botella de vino de 14€, hemos pagado 83€ en total. No he podido evitar decirle a la persona que nos ha atendido, que no pensamos volver. Y eso que era la cuarta vez que íbamos. Celebrar el santo de dos miembros de mi familia en esas circunstancias ha sido una pérdida de tiempo y de dinero....
Read moreSería perfecto si no hubieran tardado seis minutos en darnos las buenas noches. Otros 10 minutos en tomarnos nota, y si no hubiéramos tenido que devolver un plato porque nos daba corte devolverlos todos.
Las berenjenas entre crudas y blandurrias. El hummus sabía a humedad de la pared. La coca fue lo único bueno, salvo por la temperatura de la escalivada que acababa de salir de la nevera. La raciones son minúsculas, sobre todo en platos que son “para compartir”.
Las dos estrellas son: una, por la simpatía de la camarera, que probablemente no tiene nada que ver con todo lo que he comentado anteriormente. Y la otra, por la decoración del local que he de reconocer que es exquisita. Aunque tanto grito y con comida de esa calidad, no te deja disfrutarlo tanto.
Me cuentan que antes estaba mucho mejor. Ahora, como parece que llenan, se conoce que no le echan el mismo cariño.
Por cierto, le recomendaría algún tipo de acondicionamiento acústico. Imposible escucharse a más de medio metro cuando todo el mundo se pone a hablar alto. Los buenos restaurantes lo hacen. Supongo que aquí se lo quieren ahorrar. Ahorrar también debe ser el motivo por el que aprovechan tanto del local que la distancia que me separa de mi acompañante es mayor que la que me separa de la señora de detrás, con la que tengo que negociar para poder salir de la mesa en dirección a un cuarto de baño imposible de detectar...
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