MONKIRIA — Restaurant in San Javier

Fuimos con mi familia, 7 personas, a las 22h30 a la expectativa de un ambiente bueno y comida tropical original No están preparados para atender una mesa grande, demora mucho en la elaboraciòn de platos (la hamburguesa jaguar, demasiado sosa) La foto que ponen es muy alta y grande, la realidad, pequeñísima....el huevo plancha quemado por debajo al igual que el pan. El boniato, nada crujiente, reblandecido con una salsa espesa salada, demasiado frito y quemado. El patacón relleno de pollo, vaya decepción....un patacón se hace con plátano mucho verde, no maduro como una banana, también se le quemó la base del plátano. Si vamos a este tipo de restaurantes con platos llamativos y nombres exóticos, hay que impresionar para que la gente vuelva.......el horario del lunes ponía que cerraba a la 1AM y el postre lo pedimos 23h45 (1 coulant de chocolate y una pannacota de coco con puré de mango, woww sonaba bien), pero a las 23h53 el camarero pide disculpas porque el cocinero mandaba a decir que era muy tarde para servir el postre ya que él cerraba su cocina a las 00h00.....mientras tanto escuchábamos a la mesa de a lado que también querían pedir algo, que la camarera le decía que al cocinero no le daba tiempo luego a cerrar su cocina a falta de 7 minutos para las 00h00 cuando el horario dice hasta la 01h00

Luego, prácticamente nos echaron al decirnos otra camarera que vayamos terminando a las 23h45 porque tenían que recoger para irse a las 00h00. (Esto después de haber pedido el postre y aun no nos lo habían negado) Luego la cuenta, madremía, nos cobraron los famosos postres, pidieron disculpas y corrigieron la cuenta. Muy decepcionado de la atención, obviamente, no volveré y no lo recomiendo. Ohh me olvidaba, me llamó mucho la atención la novedad del cóctel de melón con puré de la fruta....es verdad que sabía a melón, pero los 200 gramos de azúcar se le llevaban mucho el sabor de la fruta además demasiado líquido, no sentí por ningún lado la textura del puré de la fruta. Lo mejor, las vistas al mar en la...

Nada más entrar ya se ve la mala organización que hay, para sentarnos 4 comensales estuvieron hablando entre 3 camareros si se podía o no dando la sensación que no sabían ni las mesas que hay ni cuales llevan cada uno, lo puedo entender si el local está lleno pero dentro estaba vacío excepto una mesa y la terraza no estaba llena. Nos sentaron en el callejón al final del restaurante, pasan 20 minutos y no viene nadie a atendernos, tengo que ir yo a pedir que me tomaran nota. 5 min después viene una chica pidiendo disculpas diciendo que es que debería de estar un camarero aquí en esta zona para atendernos, en cambio entras dentro del restaurante y están todos dentro en la zona de la barra. Solo tienen 1 trona para todos los niños, lo cual me parece fatal y me mosquea que los niños no puedan comer en una altura acorde y tenga que estar mal sentados en las sillas, el encargado debería de tener en cuenta a las familias que vamos con nuestros hijos y comprar unas cuantas más. La comida llega muy rápido, estaba claro que iba a estar frío, las patatas escasas y frías también, el plato viene bien presentado pero la verdad que la hamburguesa no me sorprendió, esta buena pero es como cualquier otra que te puedas comer en cualquier hamburguesería. Los precios de la bebida totalmente disparatados, una cocacola pequeña de 237ml a 2,80€. Cuando terminamos de cenar viendo que no había en ningún momento ningún camarero para atendernos tuve que ir yo a la barra a pagar y ni el camarero sabía cual era ni mi mesa ni mi cuenta. No volvería por el caos que se percibe en el restaurante, no se puede ir a cenar con niños pequeños ya que no tienen asientos para ellos y es desesperante la espera para que te atiendan...

Una de las peores experiencias de mi vida.

Llegamos a nuestra hora, una reserva para cinco y todo bien hasta que pretendían que nos sentáramos de primeras en una mesa de dos comensales. La carta era muy suculenta, bonitas fotos pero de comer poca variedad. Pedimos unas hamburguesas y unos entrantes. Las Bacon and Cheese Frieds con sabor a limón ya ostentaba un alto nivel de intento pretencioso de hacer algo "diferente" (se queda todo en un intento). 35 minutos después nos traen por fin las hamburguesas. En mi vida me sentí tan engañado desde que me enteré que los Reyes Magos eran los padres. Unas hamburguesas de broma y aquí ya confirmamos el "quiero y no puedo" o más bien, el "quiero y no se" del lugar. Yo no lo tenía muy claro pero mis acompañantes querían probar los postres, pues sí, 45 minutos para traer dos gofres. Pedimos la cuenta y a la hora de pagar preferimos hacer una partición y que nos cobre por separado con tarjeta y nos sueltan que nos se puede y que es política de empresa.

No nos hemos ido sin pagar porque tenemos mil veces más respeto que el inventor de ese sacacuartos llamado Amazonia.

Aparte de todo ésto cabe decir que los camareros no tienen ni idea de la carta y alguno se pasa el protocolo sanitario especial del Covid por el perineo aragonés.

La música estaba tan alta que no se podía mantener ni una conversación sin gritar.

Lo único bueno que cabe destacar es una chica morena que me pareció muy profesional y aún no me explico que demonios hace trabajando allí.

No...