He estado muchísimas veces comiendo en El Pradal. Siempre he tenido una experiencia agradable, el servicio es correcto, la carta es original y moderna y la relación calidad precio está bien.
El sábado 17/12 fui a tomar algo por la noche a su zona de pinchos y esta vez la experiencia fue bastante negativa debido al mal trato que recibimos de uno de los camareros.
Una de las veces que pasó nos preguntó si se podía llevar la carta. Le dije que si era posible que nos la dejara, ya que estábamos cenando de pinchos y cada vez que nos pedíamos una cerveza nos pedíamos un pincho distinto, y además después íbamos a pedir unas raciones. Nos dejó la carta, pero después de unos minutos cuando volvió a pasar por allí, se llevó la carta sin preguntarnos para dejarla en una zona donde tenían un montón de cartas más. Me pareció un detalle feo e innecesario, cuando no estaban precisamente escasos de cartas para otras mesas.
Después de pedir varios pinchos fríos y calientes nos pedimos una ración de croquetas, que estaban muy buenas pero llenaban mucho, por lo que cuando me preguntó si se podía llevar el plato le dije que si nos lo podía poner para llevar. Habíamos dejado casi la mitad de la ración, y estando tan buenas me daba pena que se tiraran a la basura, pero me preguntó “Qué?” y le volví a decir, que si era posible que me las pusiera para llevar, ante lo que emitió un suspiro de desprecio y se dio la vuelta dejando allí el plato con las croquetas y a nosotros preguntándonos si se las iba a llevar o no. Pasaron más de quince minutos y él pasó varias veces atendiendo a las mesas de nuestro alrededor sin llevárselas, cuando su compañera nos trajo el postre, le dije que se las llevara y las tirara.
Al pedir la cuenta, veo que nos han cobrado dos veces la ración de croquetas, cuando se acerca a cobrar se lo digo de buenas maneras y vuelve a emitir un suspiro de desprecio, pone los ojos en blanco y se va sin pedir ni siquiera disculpas. Tardó otros 15 minutos en traernos la vuelta y nosotros que habíamos salido a celebrar una noche especial estábamos ya deseando salir de allí.
En resumen, sitio bien, la comida bien, pero todo eso no vale nada si una persona que no sabe tratar con otras personas y aún menos con clientes le toca atender tu mesa, ya que te...
Read moreEntre semana suelo comer de menú del día. Hoy por cambiar, del gallego al que vamos regularmente , el O' Recanto, que es muy conocido y está a la vuelta en el Paseo de Europa en SS, hemos comido en El Pradal. Llamamos antes para ver que tenían en el menú. De entrada, sonaba bien así que nos animamos a hacer reserva. Una vez probado este sitio he de decir que me he llevado una decepción, tanto por su cocina, como por los precios. Nos sentaron en la zona de la entrada, con lo que se notaba la corriente de aire de la puerta. Hemos comido tres, así que hemos tenido oportunidad de probar casi todo lo que ofrecían en el menú. A la lasaña le faltaba bechamel y estaba rellena de un pescado que no era gallo, como lo ofrecían. La milanesa estaba tiesa, muy seca. El cocido completo fue lo único bueno. Los postres más bien escasos. La leche frita demasiada infusionada, un sabor potente a canela y clavo, la tarta de santiago seca y la fruta muy escasa. Para rematar, nos metieron una clavada en los vinos, y encima, la copa la sirven corta. Al final, la comida nos ha salido por más de 20 euros p/p., por una calidad que no los vale. Se aprovechan de estar en una zona con mucha afluencia de un público que dispone de un corto tiempo para comer y en la que hay poca oferta que les haga la competencia. La próxima vez, nos iremos al gallego que está a la vuelta que ofrece por 15 € un menú y servicio de nivel más que aceptable. P.D. Inicialmente no había querido ser tan explícito con el nombre del gallego. Se agradece el interés del propietario por conocer la opinión de los usuarios. Aún así me mantengo en las opiniones y sólo me disculpo por la interpretación que hicimos del relleno del canelón. Nos confundimos con gallo (pescado) y no nos lo aclararon cuando lo...
Read moreEl día que hice la foto hubiera apostado por calificar con 5 estrellas pero las dos últimas veces que he ido han sido dos meteduras de pata. Por un lado, fui con mi padre que estaba de visita, y pidió un vino que no servían por copas, así que optamos por pedir la botella. Después de 20 minutos de espera, el camarero nos dice que no les queda, por lo que mi padre elige otra botella cosecha del 2010. Nuevamente, tras otros 20 minutos de espera aparecen con el deseado vino pero de cosecha del 2011. En fin, lo tomamos acompañado de un par de pinchos y cuando pedimos la cuenta resulta que nos cobran 3 euros más por el vino de lo que ponía en carta, donde no coincidía ni precio ni añada. Me dirijo al encargado y al final nos devuelve los tres euros y nos piden disculpas. En fin, después de un tiempo decidimos dar una oportunidad y mi marido y yo decidimos volver una noche a tomar una cerveza y pedimos un par de pinchos calientes, con la casualidad que en uno de los pinchos, tras la espera larga de 20 minutos, aparece un pelo, pero de esos que empiezas a tirar y parece que nunca acaba. Se lo decimos al camarero, nos pide disculpas y nos pide otro dos pinchos que tras casi 40 minutos de espera más, con las bebidas ya terminadas, salen de cocina fríos con el pan cual chicle y bastante mala presentación. No puedo decir que no tienen cosas ricas porq si las tienen, pero creo que les falta cuidar a la clientela y mejorar la atención por parte de algunos camareros. También opino que cuando hay mucho jaleo la cocina se desborda y eso repercute en que los platos pasan de ser exquisitos a mediocres y con falta...
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