Very disappointing experience. Worst I've had in Spain and I used to live in Santander. Way too many tables for the amount of workers, for 3 appetizers, the experience took over 2 hours, they didn't even bring us bread and tried charging us for it.
The worst part wasn't even the cold calamari, overcooked shrimp, and the hour wait for a bottle of water. The worst part was the service. I asked after being seated 30 minutes if they could take our order and they said flat-out "no, we are too busy.." 20 more minutes pass and I say "can you at least clean the table? And do you know when we will be able to order?" Once again "no, and I can't tell you when." This same,waiter refused to serve us and passed us on to someone else, despite being very calm and understanding (having worked in fast food myself). This establishment really does well for itself despite dirty tables and terrible service because the view of the ocean is great but they could do WAY better if they literally: hired 3 busboy, 4 more waiters or reduce the number of tables to something manageable. Also just a note, it was busy when we got there but despite a bunch of people leaving, we still had no...
Read moreNos sentamos mi madre (una persona de 80 años con minusvalía del 65% ), mis dos mascotas y yo en una mesa del interior del establecimiento. Pedimos una ración y dos copas de vino. Nos atiende una camarera que en ningún momento nos indica que haya algún problema con la presencia de las mascotas en el interior, y pagamos la consumición al momento.
Apenas dos minutos después, se acerca otra camarera —diferente a la que nos atendió— y, gritando de forma desproporcionada delante de todos los clientes, nos dice: “¡LAS MASCOTAS NO PUEDEN ESTAR AQUÍ DENTRO!”. Le respondo con calma que he accedido por una puerta donde no existe ningún cartel de prohibición visible, y que su compañera nos ha atendido sin decirnos absolutamente nada al respecto.
Le pido entonces, con total respeto, que nos permitan al menos terminar la consumición (eran las 21:15), ya que en el exterior hacía frío y humedad, y mi madre, por su edad y condición de minusvalía, no se encuentra en condiciones de estar a la intemperie, ni de trasladarse de inmediato.
En vez de atender a la razón o buscar una solución, a los pocos minutos aparece el “encargado” del local, quien se dirige hacia nosotros con actitud agresiva y absolutamente inaceptable. De un manotazo, nos arrebata las copas de vino y el plato de rabas de la mesa sin decir una sola palabra, simplemente actuando con violencia e intimidación.
Ante semejante falta de respeto y maltrato, exijo la devolución del dinero. El encargado se niega de forma altiva y desafiante, por lo que le indico que llamaré a la policía local. En ese momento accede a devolver solo una parte del importe, alegando que “ya habíamos consumido algo”. Tengo que volver a insistir y recordar mi derecho como cliente para que finalmente, y tras reiterar que voy a contactar con la policía, me devuelvan el importe restante.
Solicito la hoja de reclamaciones y, cuando me la entregan, el encargado se niega a facilitarme un bolígrafo, con una actitud chulesca y despectiva, diciendo textualmente: “Eso lo tienes que traer tú de casa”. Vuelvo a decir que llamaré a la policía, y solo entonces acceden a prestarme un bolígrafo y puedo ejercer mi derecho a dejar constancia formal de lo ocurrido.
Este establecimiento no solo incumple la normativa, al no señalizar correctamente la prohibición de entrada con mascotas (ni en todas las puertas ni de forma clara), sino que además ofrece un trato absolutamente lamentable, irrespetuoso y agresivo a sus clientes. Gritos, malos modos, intimidación y desprecio, incluso hacia una persona mayor con discapacidad, son conductas que no pueden ni deben ser toleradas bajo ninguna circunstancia.
Es fundamental que se tomen medidas ante comportamientos como este, no solo por la salud del servicio en hostelería, sino por la dignidad de los ciudadanos. Un encargado que agrede verbal y físicamente a sus clientes no debería estar al frente de ningún...
Read moreLooking at some of the other reviews for this place, I'm not sure if us brits on our first trip to Santander were too easiliy influenced on the day... but it genuinely was a great experience. We had walked to the Faro from town, so maybe were determined to have a lovely lunch regardless... and we were not let down. On arrival the vibe was good (of course the weather helped), we sat down and were waited on straight away. The beer was great (as already implied... we'd earned it!). The food was awesome and price reasonable. Oh, and the views weren't bad either (aka magnificent!). We'd defo do it again, but given this review I'm not sure if we could repeat such a lovely experience... maybe you can dear...
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