Bar restaurante Hermanos Ceballos — Restaurant in Seville

Venimos a Sevilla asiduamente y nos gusta disfrutar de la gastronomía típica de la zona y esta vez decidimos probar este sitio por cercanía al hotel y por las buenas reseñas que tenía. He de decir que es de las peores veces que hemos comido aquí. Pedimos tapa de chocos, tapa de solomillo al whisky, tapa de solomillo al roque, ensaladilla de pulpo y una ración de chanquetes. Los chocos nos los pusieron con un limón seco de llevar días en la nevera ya cortado pero no nos quisimos quejar, eran cuatro tiras de chocos que estaban muy pasados de sal pero, pensamos, le puede pasar a cualquiera. La ensaladilla de pulpo era una ensaladilla cualquiera con algún trozo de lo que dudo, fuera pulpo y todo bañado en salsa rosa, ni rastro de pimentón ni del sabor característico del pulpo. Las dos tapas de solomillo eran lomo de cerdo, pasado de plancha, bañado en sal, con patatas fritas que iban muy saladas y con una salsa que también llevaba su propia sal, nos lo comimos por no quejarnos pero ya, el colmo de los colmos, fue la ración de chanquetes, adjunto foto, buena presentación e ingredientes habituales pero cuando lo probamos, resulta que al cocinero o cocinera le había parecido bien aliñar dicha ración como si fuera una ensalada y aliñarla a su gusto, poniendo tanto vinagre y aceite que era imposible notar un sabor que no fuera el del vinagre. Ahí ya nos quejamos y nos hicieron una nueva ración, esta vez sin aliñar, descubriendo que el producto en sí era muy pobre y que el aliño había sido un intento de camuflar un producto muy malo. El camarero que nos tocó era entrado en experiencia y supo atendernos bien y solucionar el tema de la ración de chanquetes. Siento tener que escribir una reseña tan mala pero me veo obligado a tratar de evitar una experiencia tan decepcionante como la que tuvimos, a personas que quizás vienen con pocos días de margen como nosotros y una mala elección te priva de una buena...

He ido varias veces y siempre con buena sensación, pero hoy ha sido una decepción total, la comida está buena en general. El trato por parte del personal ha sido decepcionante, sobre todo de los más veteranos. A pesar de llegar temprano y estar esperando que me atiendan para comentar que tengo reserva y poder sentarme me ignoraron en la propia puerta, durante un buen rato, tras acomodarnos la presión por ponernos de comer es exagerada. (Nos sentamos a la 13:30 y nos fuimos a las 15:00). Te hacen sentir incómodos y en alguna ocasión al dirigirse a nosotros rozaron las malas formas; nos retiraron las cartas con la excusa de que se manchan, sin embargo tuvimos que comer con la mesa llena de vasos y platos vacíos y sucios que no retiraban a pesar de seguir trayendo más comida. Nos sentaron en los soportales donde las sillas están colocadas justo en el filo de un escalón de 50 cm de altura, en un mal movimiento de la silla un familiar cayó al suelo con un bebe en brazos por suerte no pasó nada grave, pero ABSOLUTAMENTE ningún camarero vino a preguntar si estábamos bien, acto seguido nos preguntaron si queríamos algo más de comer, cuando la persona estaba casi en el suelo. Decepcionante actitud...

Pésima experiencia. Llegue a las 15:00 horas y pedí un tinto de verano y advertí al camarero que solo tomaría la bebida. Tenían varias mesas de varios tamaños vacías y sin reservar, el encargado de sala me dijo que me podía dejar sentarme en una de las mesas pero que sí venía alguien me tendría que levantar. Le propuse que podía tomar la bebida en la barra que sólo era por refrescarme. Insistió en que no era necesario. Por la hora que era no esperaría llenar el local a 42 grados en Sevilla y mejor ganar una bebida que nada. Pague mi bebida por adelantado, 2,20 euros. Cuál fue mi sorpresa que a los 3 minutos llegó una familia pidiendo mesa para cuatro y el encargado se vino directamente a mi pidiéndome que me levantara y le dejara la mesa. En ningún momento le dijo a la familia que acababan de llegar que esperarán unos minutos para acceder a una mesa. Observar que en local había otros clientes sin consumir y con las cervezas vacías desde que yo llegue y nadie les pidió que se levantaran, a ellos, pero sí a mi. En fin una mujer sola en un bar …y en Sevilla!...