De la peor experiencia que hemos tenido en un bar, uno de los camareros, el más mayor canoso, tratandonos desde el primer momento borde, dejando el plato en la mesa de malos modos (medio tirandolo) cuando terminamos de comer, el insistente en que pidieramos postre..vino tres veces diciendo que si queríamos postre o café y ya de último diciendo que no nos lo repetía más ( cuando seguíamos con copas de vino en mesa ) eran las 12 de la noche y habiendo más mesas con personas comiendo, nos salta el camarero y nos dice de malas maneras que si les vamos a ayudar a fregar los platos o nos vamos...Nos hemos quedado en shok las 7 personas que ibamos ya que nos estaba hechando del bar y pocos minutos antes seguíamos consumiendo..consiguió que la pareja de detrás de nosotros cogiera pagaran y se fueran con la comida todavía en los platos ya que no daban crédito.. Es una vergüenza que gente así esté de cara al público, todos los que hemos trabajado en la hostelería sabemos lo que es aguantar a clientes y estar cansados..pero no son formas de atender y más con gente que en ningún momento ha molestado a los trabajadores. La buena noche que pasamos nos la agrio este señor. No recomiendo ir a este establecimiento, y nunca más lo pisare