Experiencia dia 10/07/2025
Para empezar bien, he de decir que de todos los camareros que tienen el problema puede haber sido con 4, el sitio es muy bueno, muy bien decorado, buena música, el problema: la gente! que trabaja con pocos valores o ninguno! Llegamos 3 personas, pedimos 2 Copas y 1 Cerveza (Cutty Sark-Cola, Barceló-Aquarios Limon y Aguila sin Filtrar 33cl.) 22€ Mi amigo le apetece una cachimba, sin tener mesa, parece que no se la dan, estan todas ocupadas por que hay actuación en directo, esperamos un rato a que quede una libre, la cogemos, pedimos la cachimba, 2 raciones de pollo, 2 copas y 1 cerveza (66€) nos traen bebida y comida y nos piden que le paguemos, se paga y pruebo la copa de Cutty Sark-Cola que parece saber a Barcelo-Cola o algo peor, busco al desaparecido que nos tomo nota y nos cobro sin haber finalizado el servicio completo, le explico que las dos copas estan mal, mi amigo acepta beberse la copa suya aun estando mal pero yo le digo que no voy a pagar 9€ por algo que no he pedido, el camarero me hecha la culpa a mí, diciendo que yo cambie los vasos y mezcle los refrescos confundidos, de ser asi yo le digo que la culpa la tienen ellos ya que no han echado el licor delante mia para saber que lleva cada vaso y tampoco en barra echaron un poco de refresco a cada copa para evitar el error! Va a la barra habla con las camareras y le aseguran que lo han puesto bien que es culpa nuestra, no haber olido cada copa (Cuñadismo) para saber con que mezclarla, ya no vuelve a decirnos nada, solución eludir el problema, yo ya no estoy agusto, me quiero ir pero mi amigo está esperando por la cachimba que le ha costado 20€. pasa el tiempo y no la traen, como mi amigo ve que va la cosa para rato me dice que si quiero una copa que el me la paga, le digo que no hace falta que han cobrado 9€ ya por una y se va a quedar entera, va y pide una en barra sin yo querer, Cutty-Cola le dicen que no hay (La estoy viendo yo desde la mesa) al final le van ha echar Red-Label mi amigo le dice que no que si acaso White-Label, se la echan y le cobran 9€ más, me la trae y no la quiero pero me insiste por que espera su cachimba, al final acabo bebiendola aceptando que no va a perder 20€ por que yo me quiera ir. Al poco rato llega la cachimba (1 hora) después de pedirla, le digo al camarero lo ocurrido con educación y que se lleve la copa confundida que no la queremos que el arreglo esta facil apenas el establecimiento incurre en una perdida de 2€ y sin embargo a nosotros nos cuesta 9€ dice que no puede hacer nada que el solo se dedica a poner cachimbas, le digo que por favor llame al responsable que quiero arreglarlo de buenas, le avisa y le dice que esta muy ocupado, al cabo de un tiempo vuelvo a ir y le pido que lo vuelva a llamar, acaba viniendo con soberbia y chulería, en modo no solucionar, me hecha la culpa, me llama mentiroso y me dice que no le grite cuando el tono hasta este momento era de los mas normal, me empieza a cabrear diciendo cosas que no son y sin querer solucionar nada, hasta este momento llevábamos pagado 97€ no rectificaron la copa y tardaron una hora en poner una cachimba, no me quedo otra que salirme de allí después de todo lo que habia pasado, nada agradable para nadie, a mi amigo le dije que por favor no se fuera que le esperaba en el bar de al lado que el disfrutará de su cachimba, yo ya no podia aguantar allí me habia sentido ninguneado, estafado, insultado, lo que viene siendo una mierda personificada!! Conclusión final si no te quieres arriesgar a sentirte como yo, no vayas! Si por el contrario te ves fuerte ve y prueba suerte alomejor esos empleados ya no estan!
P.D. Tu dinero no vale una mierda, valen las personas con su ilusión y su buen hacer, sin esto, estamos perdidos....
Como profesional de la Hostelería que fui, les recomiendo al que corresponda, Cursillo a camareros trato al cliente y enseñarle las marcas de bebida de las que dispone el local! Revisar a quien tienen de Encargado ya que habiendo podido poner solución a un problema por menos de 2€ prefirió el enfrentamiento y...
Read moreEl Dorado de Conil, donde el verdadero tesoro es… sobrevivir
Ah, El Dorado de Conil. Qué bonito era cuando lo frecuentaban surferos humildes en chanclas que solo querían una cerveza fría y un atardecer gaditano. Pero eso es cosa del pasado. Hoy, en el Dorado, los surferos han sido reemplazados por barqueros de turno nocturno con muñecas más cargadas que su conciencia: lucen relojes falsos más grandes que sus ganas de trabajar y gafas de sol que parecen salidas del carnaval de Venecia.
Los clientes, antes vestidos con sandalias y camisas floreadas, ahora desfilan como si el dress code fuera “operaciones estéticas recientes + chándal de marca”. Eso sí, con taconazo a juego. Son de esos que cambian el papel moneda por el papel de bola, si sabes a lo que me refiero. Y lo hacen con la misma naturalidad con la que piden un gin-tonic: “¿Me pones uno y me pasas lo otro?”.
¿El baño? Mejor lleva crampones. El suelo tiene la textura original del pegamento de contacto industrial; te quedas pegado como si el propio bar intentara retenerte para siempre. No es suciedad: es patrimonio pegajoso.
Pero el verdadero espectáculo es el personal. Antes los camareros bailaban sobre la barra con una sonrisa que te alegraba la noche. Ahora, las camareras llevan cara de haber perdido la custodia del alma, y cuando pides un tenedor, te sueltan un “¿para qué?” que te hace replantearte toda tu existencia. Los porteros, en lugar de controlar el acceso, aplican el método “barra libre de gente con mala pinta”: cualquiera puede entrar, desde un niño de comunión hasta alguien que parece escapado de un documental de Narcos. Eso sí, una vez dentro, se dedican a gritarte al oído y a estrujarte como si fuera tu culpa que el aforo del bar esté más inflado que el ego de sus nuevos clientes.
Y mientras tanto, todo esto ocurre ante la mirada de criaturas de 8 o 12 años que probablemente aprenderán más sobre drogas y alcohol en una noche en El Dorado que en toda su vida escolar.
En fin, mejor irse al bar que hay unos metros a la izquierda, que sí mantiene la esencia de aquel sagrado lugar.
Eso sí, le doy la segunda estrella para aquellos curritos que quieran aprender en algunos de los gremios que puede ofrecer. Es un live action para los que conducen por la calle Argentona: puro espectáculo para un buen observador.
En resumen: si buscas el espíritu bohemio de un chiringuito gaditano… mejor sigue buscando. Aquí el único “dorado” es el de los collares de imitación y las oportunidades perdidas de lo que un día fue un lugar mágico....
Read moreMi reciente visita al chiringuito El Dorado en El Palmar fue una experiencia francamente decepcionante y digna de crítica severa. La expectativa de disfrutar de un concierto se ve rápidamente frustrada por un espacio mal gestionado y completamente inapropiado para tales eventos. El área destinada para los conciertos es tan limitada que resulta imposible disfrutar del espectáculo adecuadamente. Además, la constante circulación de camareros con comidas y comandas a través de esta zona incrementa la incomodidad de los asistentes.
A esto se suma la problemática distribución del espacio: una zona reservada casi vacía que no abrían al público, mientras que el área de mesas estaba repleta. Con las altas temperaturas bajo techo y la evidente sobrecarga de personas (dudo que tengan un control de aforo adecuado), el ambiente se vuelve sofocante y potencialmente peligroso, algo que da lugar a malestar, mareos e incluso lipotimias.
El estado de los baños es otro punto nefasto. Encontrar parte de ellos cerrados con piedras de 5 kilos para impedir el acceso no solo es rudimentario sino también insalubre, especialmente cuando la gente entra pese a las advertencias, dejando todo en un estado deplorable (sucio y maloliente).
La organización y la logística dentro del chiringuito dejan mucho que desear. A pesar de contar con un pasillo ancho de entrada, los camareros y personal de seguridad obligan a los clientes a apartarse y amontonarse en los laterales junto a piedras y columnas de madera, como si se tratara de un cortejo religioso en Semana Santa y fuese a pasar el paso del Cachorro, lo que resulta incómodo y poco profesional.
El único aspecto positivo fue el trato de algunas trabajadoras de barra, quienes demostraron simpatía y disposición, una rara excepción en un servicio por lo demás deficiente.
En resumen, El Dorado ha cambiado para peor y no recomiendo en absoluto asistir a un concierto allí comparandolo con otros de la zona. La gestión, el estado de las instalaciones y la actitud del personal (salvo excepciones) son lamentables. Sin duda, una visita que...
Read more