Saona Xàbia — Restaurant in Xàbia / Jávea

I never write bad reviews as I can't understand why someone would go out of their way to write something negative but thought this might help so that this doesn't happen to anyone else. We have had Sunday lunch at this restaurant twice and really liked it so couldn't wait to return. We didn't book so we waited at the steps for assistance and were told we couldn't go in which was ok but we asked could we book now and he said he didn't know and for us to leave and check the app for information. It was 2.45pm when we left so we booked 3pm on the app. We then said now we have booked can we come in and again we were told no and to come back at 3pm. There was lots of empty tables so couldn't understand this. The restaurant was full of Spanish which is always a good sign but we felt as we were from Ireland that we were not welcome. I actually didn't want to return as I was annoyed but my wife loves this restaurant and it is one of her favourites in Javea. It's such a pity as you can see in my review the food was fantastic again and service was good but the one guy with long curly black hair made us feel uncomfortable and was rude and it spoiled my experience so I was sitting down angry which isn't a nice way to start off your meal. I am hoping they see this review and change their policies as we do want to return and if I am 10-15mins early that they don't send me away again and I will never return if...

Es curioso cómo repentinamente aparecen reseñas alabando al 'camarero Alejandro' y su buen trato inmediatamente después de un conflicto al que tuvo que asistir hasta la policía. ¿No será que Alejandro se cree más listo que nadie y está pidiendo expresamente a sus coleguitas que pongan reseñas falsas sobre lo buen profesional que es y sobre cuaanto ama su trabajo?

A mitad de la cena nos dimos cuenta de que el baño estaba lleno de cucarachas, vivas y muertas, incluso una recorría el marco del aseo que está pegado a la cocina. Al ver esto, pedimos, creo que muy educadamente, que nos recogieran los platos, que no nos sacaran los postres y que nos dejaran una hoja de reclamaciones porque no considerábamos higiénico que el local estuviese abierto de esa manera. Los camareros nos dieron la razón disculpándose, pero no llegaban a darnos nunca la hoja a pesar de que la pedimos en varias ocasiones. Finalmente apareció el encargado Alejandro, no tan amable como se ha encargado él de ensalzar con sus reseñas falsas, diciéndonos que podía tener abierto el local porque había fumigado esa mañana (otra razón más por la que entendemos que no debía estar abierto el local). En ningún momento se disculpó, solo se mostró ofendido como si el cliente no se pudiera quejar de encontrar cucarachas en su local ¡qué locura de queja, Alejandro! Qué ofendidita esta gente que no soporta ni una cucarachita de paseo por los fogones:( Si tú solo amas tu trabajo y quieres seguir haciéndote de oro a costa de engañar a tus trabajadores y clientes… Pf, pobre incomprendido.

Siguiendo este sinsentido, se negó varias veces a darnos la hoja de reclamaciones y nos habló irrespetuosamente y subiendo el tono cada vez más. Se rió en nuestra cara y su intención era que pagáramos y nos fuéramos sin poner ni una sola queja. Pero le salió regulín. Le dijimos que ni siquiera deberíamos pagar, y en ese momento, levantó aún más el tono y nos empezó a amenazar con llamar a la policía. Nos pareció genial que llamara porque nosotras también lo íbamos a hacer por negarse a darnos la hoja. Finalmente nos dio una hoja de malas maneras. Pero mira tú por dónde, de nuevo Alejandro se creyó más listo que nadie y nos dio una hoja no válida.

Qué casualidad que el pobre Alejandro solo nos entregó la copia de en medio del pliego autocopiativo, juuuusto la que pensaba que le correspondía a él. Vaya pájaro este Alejandro, que se creyó más avispado que nadie y resultó que solo volvió a hacer alarde de su mala fé y soberbia. Le dijimos que nos estaba engañando y nos prometió que no en varias ocasiones hasta que le obligamos a sacar el libro entero oficial de la Administración, y ¡bingo! Ahí sí que estaban las hojas completas. Qué malpensadas y qué ignorantes somos. Rellenamos la hoja y desapareció y se negó a firmar su parte, por lo que acabamos llamando a la policía, personándose dos agentes que le obligaron a firmar. Como a nosotras sí nos gusta hacer las cosas legales y bien, pagamos la cuenta tal y como nos indicó la policía. Una cuenta con una súper rebaja porque Alejandro, riéndose de nosotras con aires de suficiencia, nos quitó las bebidas (cinco aguas exactamente) y no los platos que no consumimos alegando que ‘si los quito, me toca pagarlos a mi, chicas’.

Alegó que no se había ido porque se negara a firmar la hoja sino que tenía llamadas muy urgentes, y aquí, en este mismo espacio están esas llamadas de todos los colegas a los que llamó para decir que alabaran su buen trabajo y amabilidad (a pesar de que en el local apenas habían dos mesas más cenando y Alejandro ni siquiera servía ni estaba allí presente). Esperamos que esta persona tenga consecuencias por su total falta de ética profesional y su mala actitud, ya que estamos seguras de que no es de las primeras personas de las que se ríe (incluyendo por supuesto al personal, que en todo momento se mostró amable y educado con nosotras, pero que seguramente tenga obligado a seguir sus malas praxis). Alejandro, ojalá algún día seas un poco más honesto y dejes la arrogancia y las trampas para personas un poco...

The food was ok but too much of it had mayonnaise based sauces and therefore too rich. Asian food is generally cleaner and more natural tasting. A lot of the tapas from the desgustacion menu had Mayo dips or salsas which although ok made them taste all the same. We were a table of 4 and sat inside. I would say that the table we had was only big enough for two people and so we had to constantly rearrange glasses and plates which wasn’t relaxing. The wooden/wicker chairs were very small and uncomfortable for adults and after 3hrs my back and legs were done in. It was a busy night but when we first arrived only a few tables were occupied. We ordered bottle of white which was duly opened and just placed on the table - I would expect the waiter to pour the wine and do so when we had empty glasses - there was no attention to the table after the food order was taken except for delivering the plates. One of the sharing plates had a big chip out of the side - plates which are broken are not hygienic and the kitchen should not have let this broken plate leave the kitchen. I’m not sure the overall experience would entice me to...