En frente de la costa de Carboneras se encuentran dos pequeñas islas de origen volcánico, conocidas como la isla Grande y la isla Chica. Están situadas a tan solo 400 metros de la playa de la Puntica y se encuentran muy cerca del parque natural del Cabo de Gata-Níjar.

Lo más destacado de estas islas es la extraordinaria biodiversidad de sus ecosistemas marinos. La tonalidad oscura de sus aguas transparentes se debe a las extensas praderas de posidonia oceánica que tapizan el lecho marino alrededor de las islas.

El paisaje submarino es accidentado, con la presencia de un antiguo cráter volcánico. Las rocas de los islotes están surcadas por numerosas cuevas y fisuras que albergan una diversa fauna marina, típica del entorno del Mediterráneo. Entre las especies más comunes se encuentran las castañuelas (Chromis chromis), las doncellas (Coris julis), los espetones (Sphyraena sphyraena), los meros (Epinephelus guaza), las mojarras (Diplodus vulgaris), las obladas (Oblada melanura), los sargos (Diplodus cervinus) y los tordos (Symphodus tinca).

Estas islas también son un punto de atracción para numerosas aves marinas, gracias a la abundancia de peces. Se pueden observar distintas especies como las gaviotas (familia Laridae), los charranes (familia Sternidae) y las golondrinas de mar (familia Sternidae).

En cuanto a la vegetación terrestre, es bastante limitada y está principalmente compuesta por especies típicas de las zonas costeras.

El 1 de octubre de 2003 fue declarada monumento natural por la Junta de Andalucía.