Ozone Bowling — Attraction in Murcia

Por desgracias, no volveremos a celebrar un cumpleaños alli, ni lo recomendaremos. El primer dia te lo pintan perfecto y superbien organizado. Nada mas lejos de la realidad. Después de mi prinera visita, donde se supone que lo habiamos dejado todo claro por ambas partes, 4 llamadas después, en cada una me decian una cosa diferente con una condición diferente.

La ultima llamada, la tarde antes de celebrar el cumpleaños y, me seguian modificando las condiciones supuestamente acordadas. Ya ahi, me quedó claro que no iba a salir bien. De hecho, asi fue. Ni las condiciones económicas fueron como acordamos, ni el servicio el prometido.

Tuvimos que estar constantemente encima de todo y, de la comida ni hablar: tardaron muchísimo, aunque por lo menos, la de los niños la sirvieron casi fria, pero toda a la vez. La de los adultos casi 30 minutos entre tapa y tapa. No se ni que hora era terminamos de comer. Muy mal. Tardaron casi 1 hora en servir una tortilla, descongelada de microondas que, eso se hace en 10 min, como mucho!. Perdi la cuenta de las veces que reclamamos la comida. Falta de personal por todos lados

Luego que si de esto no tenemos, de esto hay que abonar mas, es que si no nos lo dice......como si no lo hibiera dicho hasta 5 veces!! 🤦🏻‍♀️...... bla bla bla bla......Parece que 4 llamadas y una visita en persona, no habían sido suficientes.

En resumen, es la primera vez que nos ocurre algo negativo en un cumpleaños. Alguna vez tenía que ser la primera y, esperamos que sea la última.

Por supuesto, los niños disfrutaron como enanos y no se enteraron de nada que, realmente es...

Sitio que promete ser mucho, pero después no llega a nada. El primer problema es que en un local con casi 20 calles para jugar a los bolos, nos dicen antes de una hora del cierre que están todas las pistas ocupadas. Dándose la situación que en esa hora están ocupadas la mitad de calle, ni mucho menos están "todas ocupadas". El segundo problema que nos encontramos es que la máquina de cambio no funciona y las personas que trabajan en el mostrador tampoco nos dan solución, ni a nosotros ni al resto de personas que tienen exactamente el mismo problema que nosotros. Una vez hemos buscado cambio por los restaurantes de alrededor, informan por megafonía 30 minutos antes de la hora de cierre oficial que el establecimiento "va a cerrar en 15 minutos". Total: te da tiempo a gastarte 3 euros, con suerte de que la máquina que vayas a utilizar no sea una de las diez averiadas. Aun así, si tienes la fortuna de poder jugar de una vez, en mitad de la partida que has pagado -a 10 minutos del cierre- te desconectan la máquina. Y para terminar te acercas al mostrador a canjear los puntos y te dicen que no, que te los guardes "para la próxima vez". Mucha reforma habrán hecho, pero si dentro se trabaja así, cinco neones y dos carteles con lucecitas no te van a...

Ir a Ozone es como meterte en una película americana de los 90, pero sin tener que hablar con gente que dice "awesome" cada tres frases. Desde que entras, sabes que vas a hacer el ridículo... y eso es parte del encanto.

Los zapatos de bolos, por ejemplo: ese calzado que parece diseñado por un payaso con resaca y, sin embargo, te hace sentir profesional en cuanto pisas la pista. El ambiente está tan iluminado que parece que en cualquier momento aparecerá un OVNI a abducirte si haces un pleno. Y si no lo haces, también: hay luces para todos.

Las bolas: auténticas reliquias del bowling moderno. Algunas pesan como tus decisiones del pasado, otras ruedan como tus expectativas vitales: hacia la cuneta. Pero aun así, las amas. Porque aquí, cada lanzamiento es una obra de arte contemporáneo: incomprensible, caótico y aplaudido por tus amigos aunque falles.

El personal, siempre amable, aunque claramente sospechan que no sabes lo que estás haciendo (y tienen razón).

En resumen: Ozone no es solo una bolera. Es una experiencia emocional, física y a veces metafísica. Un lugar donde puedes reír, competir y recordar por qué no eres atleta profesional. Y todo eso con música de fondo y olor a palomitas. ¿Qué más quieres? ¿Un pleno? Bueno, eso ya...