Me da rabia tener que hacer esto porque es un sitio que frecuentaba diariamente en la pandemia y la consideraba casi una segunda casa, pero es que no hace falta ni que lo diga yo, solo hay que ver absolutamente todas las reseñas. Los porteros son unos mamarrachos, unos golfos, unos impresentables, unos macarras, sinvergüenzas, unos canallas, unos maleducados, unos profesionales del insulto y del vaciladores, con título certificado. Soy una persona que a mis 25 años tengo la suerte de decir que nunca he tenido una mala experiencia en ninguna sola discoteca, nunca he tenido un mal comportamiento, soy una persona que encima va siempre con buena presencia, porque esa es otra, como no lleves una prenda de vestir que ellos quieran no entras, algo que debería ser ilegal. Hace años dejé de ir porque un amigo tuvo un problema allí, le robaron un objeto de alto valor y un camarero que considerábamos amigo se desentendió en vez ayudar. Ayer decidí darle una nueva oportunidad y cuando llego lo primero que me encuentro es un chulo porque no tiene otro nombre en la puerta y nos dice que para entrar tenemos que dar una vuelta entera, solamente para no pasar al lado del cordón que pusieron, para vacilar básicamente, era eso o no entrar, yo me negué pero un amigo me insistía en entrar porque estaba lloviendo mucho así que decidí ceder ante la falta de respeto del gamberro del portero del Caramelo. Cuando entramos nos dicen que hay que pagar en efectivo, yo llevo siempre el dinero en tarjeta para que si me roban que sea la tarjeta, pues nos hacen ir a un banco que había a un kilómetro, sacamos dinero y cuando vamos a pagar había un datáfono y cobrándole a un chaval que estaba delante nuestra. Es tal la poca vergüenza que tuvo ese canalla que incluso la chica que estaba a su lado se disculpó por el momento tan incómodo. Pero ahí no termina la cosa, entramos, pedimos una copa, yo me pedí un ciroc de manzana, y luego al rato cuando voy a entregar la segunda entrada (en la que no especifica que tipo de bebidas se podían elegir) vuelvo a elegir un ciroc y otra camarera me dice que no, que seguramente su compañera se equivocó y que esa copa a mi no me entraba, vino otro payaso chulo a decirme que yo estaba equivocado y que a mí esa copa no me pertenece, no se me dijo previamente que copa no me entraba, no lo ponía en el ticket, y encima otra compañera si me dio la que yo quise previamente, lo cual no entiendo la lógica, esta gente no tienen ni siquiera el criterio aprendido ni unificado. Me tuve que conformar con una copa que yo no quería. El colmo es que esta camarera que era rubia que no me quería dar la copa que yo quería, al principio quería ponerme un valantais, precisamente la que menos me gusta de todas. La sensación es de que estos trabajadores quieren hundir el negocio a toda costa, solo con ver todas las reseñas me hace pensar que yo no estoy equivocado y no me tocó a mí la mala suerte. No estoy obsesionado con esto ni mucho menos ni le deseo el mal a nadie pero estoy deseando levantarme un día por la mañana y ver en las noticias que el Caramelo cierra sus puertas para siempre, la gente mala se merece todo lo malo, empezando por los porteros y terminando por la camarera anti competente, antipática y barriobajera, y sino les gusta su trabajo que hubieran estudiado más. Me sentí muy insultado ayer y por esto me tomo la libertad de calificar a estos individuos por los nombres que ellos se merecen en base al “trabajo” realizado en el...
Read moreSoy clienta habitual tanto de la academia como de las fiestas, antes de la pandemia compramos mi pareja y yo en la puerta, cada uno una oferta en copas. Por motivos familiares me tuve que ir sin consumir las copas( que no pasaba nada supiestamente por que si no se gastaba a la semana siguiente las podías gastar por que no tienen fecha de caducidad siempre que perteneciera al mismo día). Justo después de la cuarentena resulta que ya esas tarjetas ya no valen pero el dinerito bien cobrado que lo tienen! Entiendo lo mal k están los negocios por el tema del covi pero yo de eso no tengo tampoco culpa. Me puse en contacto con ellos por instagram, lo último que me dijeron fue que verían una solución y me volverían ha hablar... Varias semanas después sin respuesta, que menuda formalidad y falta de respeto hacia un cliente. A lo que debo añadir que desde septiembre de 2019 las clases de mal en peor, organización pésima, nos mandaban incluso hasta a voulebar para dar clases... Un local 3 o 4 calles de diferencia con caramelo. Pésima organización. Los suelos y terraza siempre sucio (los cristales de la terraza llenos de fiso de celebrar cumpleaños y no quitarlos por qué directamente no se limpia) y añadir también que si le das alguna queja al dueño que no sea de su agrado es desagradable y prepotente. Lo único bueno que tiene ese local es unos de los profesores que se llama Manu (manu merecumbe) que es un estupendo profesor!
El primer día de reapertura después de la cuarentena fui a cenar con mi grupo de amigos para ayudar económicamente con la nueva reapertura y este es el trato recibido. Doy 1 estrella porque no puedo...
Read moreUNA VERGÜENZA: hacemos la cola para poder entrar al local, previamente nos habíamos apuntado a la lista necesaria para poder entrar en la discoteca y al llegar a la puerta dos de seguridad (porteros) de manera violenta nos dicen que no podemos entrar que va por entrada, cosa que incierta, después nos dicen que no podemos pasar por que llevamos pendientes los chicos y cadenas finas las cuales llevábamos dentro de nuestra ropa, para empezar esto me parece un acto clasista y machista para el trato que se nos da. Pedimos hojas de reclamación y de forma agresiva e intimidante nos dicen que nos fuéramos de alli, nos obligaban a abandonar una zona publica, por que la calle a diferencia de lo que piensan estos sinvergüenzas es de todos. Nos niegan esas hojas de reclamaciones amenazando con que seria peor la cosa sino nos íbamos. Al final tuvimos que acabar llamando a la policía, todo esto mientras seguían realizando actos clasistas y machistas con el resto de la clientela que se disponía a entrar en el local. A la espera de las fuerzas superiores los porteros seguían amenazando y diciendo que nos fuéramos, al final tuvimos que desistir por la tardanza de la policia, pero es una vergüenza las formas en la que fuimos tratados por querer llevar a cabo unos de nuestros derechos que es pedir una hoja de queja. A parte de cometer una ilegalidad hacia nosotros, se adueñaron del acerado público y otros accesos de la avenida que no son vinculantes al local y obligaban a pagar en metálico aún teniendo datafonos tal y como fuimos informados antes de...
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