Sus orígenes se remontan al siglo X, aunque de la construcción original poco queda. Su Alcázar es símbolo de la importancia estratégica-militar de Toro en el Medievo. El Rey Alfonso IX, entre 1188 y 1195, inicia la construcción del castillo y murallas, otorgando además a Toro de su primer fuero en 1222. En 1230, Fernando III sería coronado en el alcázar como rey de León, lo que supuso la unión definitiva de los reinos de Castilla y León. Sancho IV donó Toro y su alfoz a su esposa María de Molina, en 1283, la cual reconstruye el antiguo castillo dándole la forma actual. En 1356, Pedro I de Castilla ( el Cruel) ordenó a sus escuderos matar a varios nobles que acompañaban a su madre y se habían refugiado en el alcázar. Durante posteriores años se realizaron distintas reformas. En el siglo XV fue prisión de parte del séquito de los Delfines de Francia, y también en este siglo fue testigo de las luchas por los derechos de sucesión entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja. Entre sus usos están de almacén de pólvora, matadero y cárcel. Se levanta dentro del primer recinto amurallado. Sus muros son de mampostería, alcanzan los dos metros de anchura. La planta es romboidal con siete torres. De su interior original apenas nada subsiste aparte de muros y restos de sillares y elementos arquitectónicos. Fue declarado Monumento Histórico...
Read moreAunque sus orígenes se remontan al siglo X y formó parte del primer recinto amurallado de la ciudad de Toro, su construcción data del siglo XV. Testigo de importantes acontecimientos históricos, el Alcázar de Toro constituye un hito destacado en el conjunto de la ciudad.
Tras la división de León y Castilla a mediados del siglo XII, Toro queda adscrito al reino leonés. En 1199 se casa Alfonso IX con doña Berenguela y éste será el rey que entre 1188 y 1195 inicie la construcción del castillo y de las murallas. Sancho IV donará Toro y su alfoz a su esposa María de Molina en 1283 la cual reconstruirá el antiguo castillo dándole la forma actual. A mediados del siglo XIX el castillo se encontraba destruido en su mayor parte habiendo sido utilizado como...
Read moreDel edificio primitivo subsisten tan sólo los muros exteriores. El alcázar de Toro fue testigo de las luchas por los derechos de sucesión de Enrique IV, el 1 de marzo de 1476, que tuvo lugar la histórica Batalla de Toro entre partidarios de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja. A finales del siglo XVI se realizarían nuevas obras, en ellas se incluyeron las galerías del patio y las escaleras. A mediados del siglo XIX el castillo se encontraba destruido en su mayor parte, habiendo sido utilizado como almacén de pólvora, matadero y cárcel. En la actualidad, tras varios meses de restauración, el alcázar de Toro ha recuperado parte de su esplendor pasado, sus 180 metros de adarve ofrecen unas vistas privilegiadas hacia la ciudad, el río Duero y...
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