Para empezar, me gustaría dejar claro que la reseña que voy a dejar no se relaciona de ninguna manera con las obras y el museo. Era un edificio precioso con unas obras de arte magníficas, pues fuimos hoy a visitar la exposición de Goya. El problema que me gustaría exponer fue la forma tan maleducada de cómo fuimos tratados por la seguridad y el personal de allí.
Empiezo desde el principio: éramos un grupo de alumnos con una pasión por el arte, y justo estábamos dando el tema de Goya en clase y coincidió que organizaban una exposición gratis en este museo para ir a ver sus obras en persona. Bien, nuestro profesor nos invitó a ir con él y ver con nuestros propios ojos los cuadros. Él ya había hecho muchas actividades voluntarias así en el pasado y llamó al museo para avisar de que vendría con unos 25 alumnos. Lo que no contaba es que más gente se interesaría y al final tuvo que dividir a los alumnos en dos grupos. Mi grupo fue el primero en ir y éramos 39 personas.
Entramos tranquilamente al museo. Éramos mucha gente y el sitio hacia mucho eco, asi que quizás nuestros pasos y pequeña conversación rebotaba entre las paredes. Nos hacía mucha ilusión ir todos juntos a este sitio, y admito que igual al principio sí se armó un pequeño jaleo, pero no gritábamos ni nada por el estilo. Simplemente, hacia ruido el conjunto de los pequeños murmullos. Pero de repente, nos viene una segurata alzando la voz de malas maneras para decirnos que pusiéramos las mochilas delante nuestro. Yo, personalmente, considero que su tono de voz podría haber sido más adecuado. Pero entiendo que es una medida de seguridad y tal, y la hicimos caso obedientemente. Después subiendo las escaleras, 39 pares de zapatos subiendo unas escaleras de mármol, pues claro, era inevitable que se nos escuchara subir. Pero no me parece normal que venga un segurata y nos venga como si estuvieramos arrasando por el museo como unos locos a gritarnos de forma tan denigrante que mantuviéramos el silencio, de que "esto no era una discoteca", que éramos mucha gente.... Ya nos faltaba que nos dijeran que nos quitasemos los zapatos y no respirasemos.
Y anduvieron toda la visita a nuestras espaldas, cuchicheando entre ellos, lanzandonos dagas con los ejes desde una esquina cómo si fuesemos a vandalizar el museo... No es normal que ande molestando a nuestro profesor para explicarle las reglas del museo 25 VECES, y echarle la bronca al pobre hombre que solo quería darles una experiencia bonita a sus alumnos.
Lo que voy a decir no es para tratar de excusarnos ni nada por el estilo ni para hacernos la victima pero yo considero que nuestro grupo comparado con otros grupos que podrían haber venido de otra escuela, era muy tranquilo. Los estudiantes de mi grupo era gente tranquila y respetuosa, y encima íbamos con un profesor. Si nos hubiesen dicho de una forma menos agresiva que tratasemos de no hacer mucho barullo, les hubiesemos hecho caso sin ningun problema.
Cuando nos gritaron por primera vez en las escaleras, ya teníamos miedo de incluso respirar. Entonces comentar a gusto entre nosotros lo que nos parecían los cuadros ya era imposible. Porque repito: estábamos alli para realizar una visita cultural; para educarnos y culturizarnos. Éramos gente con ganas de aprender.
La visita no duró ni media hora. Duró quizás solo 15 minutos. Lo que se suponía que iba a ser una visita especial y emocionante con la clase y con un profesor que nos parecía super guay acabó siendo un recuerdo amargado por cómo fuimos tratados. Porque hay que ser sinceros, nos trataron cómo si fuéramos delincuentes juveniles. El museo estaba casi vacío, no creo que molestásemos a ningún visitante más
Después de esta experiencia, ya muchos no queríamos volver más y me parece una pena. Luego muchos adultos se quejan de que los jóvenes de hoy en día son unos incultos. Pues por experiencias así, ¿cómo se supone que los vais a motivar?
Muchas gracias igualmente por al menos dejarnos entrar y ver los cuadros, aunque la experiencia fue bastante incómoda.
-Cordialmente, una alumna...
Read moreLa visita a este extraordinario centro, el Museo de Zaragoza, siempre es positiva y altamente recomendable, aunque a veces depare sorpresas difíciles de asimilar, como ha ocurrido en este caso concreto en nuestra visita del 2 de julio de 2023. Somos zaragozanos y acudimos al museo con ánimo de enseñar a una invitada nuestra de Estados Unidos dos sujetos en la sección de Bellas Artes: (1) la magnífica colección que tiene el museo de pintura gótica y (2) los cuadros de estupendos pintores aragonés de finales del siglo XIX y el cambio de siglo al XX como Francisco Pradilla, Mariano Barbasán, Juan José Gárate, Marcelino de Unceta y Francisco Marín Bagües. En cuanto al objetivo número 2, la gran mayoría de los magníficos cuadros que otrora podíamos contemplar aquí han desaparecido de la exposición. Solamente vimos dos de ellos, inconexos. A cambio, pudimos contemplar, como novedad, una sección (nos pareció entender que permanente) dedicada a la figura femenina en la pintura japonesa. Hemos de ser sinceros y decir que no la pudimos observar en su totalidad. Sin embargo, no estamos seguros de que el museo salga ganando en el balance de su exposición permanente con cambios así. Sabemos que los gustos, gustos son, y que no todo cabe en la exposición permanente de un museo, cualquiera que sea este. (Señores rectores del museo: ¿hay alguna ampliación a la vista…?). Afortunadamente, las pinturas góticas seguían en su merecido sitio; honor que, al parecer, ya no merecen los pintores arriba mencionados. Una lástima, pues el Museo de Zaragoza pierde, de esta manera, una parte de su personalidad, definida a lo largo de casi un siglo de existencia. The visit to this extraordinary center, the Museum of Zaragoza, is always positive and highly recommended, although sometimes it brings surprises that are difficult to assimilate, as it happened in this specific case during our visit on 2nd July 2023. We are from Zaragoza and we went to the museum with the intention of showing our guest from the United States two subjects in the Fine Arts section: (1) the magnificent collection of Gothic paintings that the museum has, and (2) the works of outstanding Aragonese painters from the late 19th and early 20th centuries such as Francisco Pradilla, Mariano Barbasán, Juan José Gárate, Marcelino de Unceta, and Francisco Marín Bagües. Regarding objective number 2, the majority of the magnificent paintings that we used to contemplate here have disappeared from the exhibition. We only saw two of them, unrelated to each other. In exchange, we were able to see, as a novelty, a section (which seemed to be permanent) dedicated to the female figure in Japanese painting. We have to be honest and say that we couldn't observe it in its entirety. However, we are not sure if the museum is benefiting from such changes in the balance of its permanent exhibition. We know that tastes are subjective, and not everything can be included in the permanent exhibition of a museum, regardless of which museum it is. (Museum directors: Is there any expansion in sight...?) Fortunately, the Gothic paintings were still in their rightful place; a privilege that, apparently, the aforementioned painters no longer deserve. It is a shame because the Museum of Zaragoza loses, in this way, a part of its personality that has been defined over almost a century...
Read moreBeautiful building that has an astonishing connection of Roman mosaics, larger than many museums in Italy. Definitely worth taking a look. Also, it's free. Visit the museum earlier in the day because later towards the evening some exhibits tend to be closed. Many of the Roman statues and mosaics that depict animals might be found in villas and pleasure palaces. I really liked the reconstruction of a Roman room in one of the exhibits, because it brought the experience closer to life and contextualized the...
Read more