Amaru - Experimental Food — Restaurant in Zaragoza

Hemos ido a cenar 2 personas el viernes 17 de febrero de 2023 a las 21:30

Salimos muy decepcionados al ver cómo ha cambiado a peor este sitio. Estuvimos otras veces y no tuvimos ningún problema, pero esta vez no podemos decir lo mismo. Muy, muy mal.

Al principio todo iba bien, nos ofrecieron mesa en el reservado, y nada más sentarnos pedimos 2 pisco sour. El problema fue a partir de ahí, ya que tardaban muchíiiisimo para todo. Se habían olvidado de nosotros, y cada vez que venían a atendernos parecía que se confundían al tomarnos nota o les teníamos que repetir las cosas. Parecía que no había coordinación alguna y que no nos prestaban atención.

De hecho, terminamos de comer a las 22:25 los 3 platos que pedimos (ceviche, tiradito y maki acevichado). Entonces, pedimos un postre de coulant de dulce de leche. Como vimos que no lo traían, les llamamos, y nos preguntaron si queríamos la cuenta. Les dijimos que no, y volvimos a recordarles el postre y seguimos esperando. Al final llegó a las 23:15, casi 2 horas después de empezar a comer.

Al final, se equivocaron con la cuenta, cobrándonos un pisco sour de más (adjunto fotos de los 2 tickets). Y por cierto, ante la demora no tuvieron ningún detalle, en otros sitios, te invitan a una copa o te sacan un chupito, aquí nada de nada.

Por cierto, también he de destacar las diferencias entre los pisco sour que pedimos. Los primeros no llevaban angostura y llevaban un cubito de hielo enorme, mientras que el último que pedimos sí llevaba angostura y no llevaba hielo, ¿por qué ese cambio?, ¿no hay uniformidad a la hora de hacer un cóctel? (adjunto también fotos de los primeros pisco sour y del último)

En conclusión. Muy buena la comida, pero nefasto servicio. No hay coordinación, tardan mucho para todo, no prestan atención y no se enteran de nada cuando les pides algo. Y no hay excusa, porque el restaurante no estaba lleno. De hecho, en la sala había sólo 6 mesas ocupadas (un poco más de la mitad) y en el reservado sólo estábamos nosotros (1 única mesa).

Una pena, porque este restaurante podría tener mucho éxito en Zaragoza al ofrecer una buena gastronomía peruana, pero con este trato al cliente, a uno se le quitan las ganas de no volver nunca.

P.D: Pongo 2 estrellas en vez de 1...

Servicio pésimo. Fui a cenar con mi pareja el día 3 de junio a las 22:15 horas. Al cogernos la demanda nos preguntaron si querríamos postre, le pedí a la camarera si podía decidirlo más tarde pero dijo que no porque a las 23 cierra la cocina. Pedimos el postre. A las 22:45 sacaron el postre y preguntamos si hacían cócteles, nos dijo que sólo pisco sour. Como era lo que queríamos le pedimos que nos trajera 2 para tomarlo con el postre, a lo que hizo gesto como si le molestara que lo pidiéramos y nos respondió que a las 23 horas cierran y básicamente que o lo bebíamos muy rápido o nada. Evidentemente le dijimos que no lo trajera. Para empezar, la información que nos dio es que cierran la cocina a las 23 horas, no que el establecimiento cierre a las 23 horas, de hecho según el horario que publican en internet los viernes cierran a las 00 horas. No nos quiso servir el pisco sour porque básicamente como no quedaba ya casi nadie en el establecimiento querían que nos fuéramos cuanto antes y cerrar. Pagamos 65 euros por cenar los dos (dos croquetas, un ceviche, un pollo saltado y una tarta de queso que estaba todo bueno) pero la experiencia fue completamente decepcionante y me fui con la sensación de que me faltaba algo para haber acabado de cenar bien y completamente insatisfecha. Hubiera pagado el doble bien a gusto por haber salido de ahí con la sensación de haber cenado bien y así me fui con la impresión de que tiré los 65 euros a la basura porque la experiencia no valió en absoluto la pena. Lamento que el pésimo servicio sea capaz de eclipsar el valor...

El primer día que llegué, tenía grandes expectativas de saborear algo bueno, rico y sabroso. Me decepcionó leer que algunas reseñas se quejaban del tamaño de las raciones. (creo que debió ser la competencia) . El tamaño idóneo. Buen trato. Agradables, simpáticos. Al lado, tenía una cena de grupo, de más de 20 personas, y me tocó sentarme al lado de las cotorras que no paraban de gritar, pero que le vamos a hacer, en una ciudad que acentúa todas las silabas, no podemos pedir peras al olmo (me enteré de que los profesores, no pueden subir la nota, porque luego se sienten mal por no hacer bien su trabajo, en fin, cosas que pasan). Tanto era el griterío que la gerente de sala, se dió cuenta de que no estaba disfrutando de la comida y me ofreció la posibilidad de degustar los postres en otra mesa más alejada. Lo acepté de inmediato y probé tres postres. Muy buenos. Les deseo y les auguro buen desarrollo y gran éxito. El segundo día, fui a comer, no estaba ni la gerente ni el cocinero, ambos majísimos, pero el camarero que nos atendió (Stiven, creo que es su nombre), nos atendió perfectamente, y muy amable y educado. Un profesional. Pero la comida, se notaba la falta de la mano del chef, pedí un arroz caldoso con marisco, demasiado grasiento, y unas patatas baby (amarillas colombianas) que estaban saturadas de aceite y muy pesadas. De momento vamos 1-1, me queda una visita para que terminen de enamorarme o bien para que siga buscando.... Seguro que me enamoran porque un mal día lo puede...