Guarda La Vieja — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

A ver, cómo te explico que a mí no me interesan ni un poco las "limonadas". La persona con la que vine pidió la "súper limonada", con menta y jengibre. Se me ocurrió pedirle probarla. Tengo que ser justo a pesar de mis prejuicios: fue excelente. Sabor, frío, textura incluso, porque la menta y el jengibre no son en polvo no deshidratados, sino frescos. Si pasás por acá, tenés que probarla. Por otro lado, me gusta la cerveza, y la que tienen como tirada no es mala pero tampoco sale de lo cotidiano. Claro, supera a una industrial, y garantizo que no es de causar resaca de película de terror. Por otro lado, otro más: tienen picadas fuera de lo común, porciones abundantes, e incluso una opción con hummus, babaganush y tabule; y todas son buenas. De los bares-restò de la zona destaca por tener un toque propio en cada plato. En la foto se ven un pechito de cerdo con cebolla caramelizada en azúcar negra y una ensalada César. Ambos, con marca de la casa. El cerdo era crujiente por fuera y muy tierno por dentro. Cocción a punto. El acompañamiento sin sorpresa, algo de rúcula, rústica y sin sazón. Pero el crédito ya era fuerte para el cerdo y las cebollas. La ensalada, "Anabella", que también probé, destacó por presentación -no es menos, cuando hay lugares en donde la verdura es mal lavada- y la calidad de los ingredientes. Espárragos salteados, espinaca, champiñones, tomate y Parmesano, como para consultar en dónde lo consiguieron -y eso que en mi heladera este no me falta, nunca-. El postre, "el lunes empiezo", párrafo aparte. Es como un volcán de chocolate, son los mismos ingredientes, pero en una porción de tarta, y sin el calor clásico. El chocolate suave en el centro y el bizcochuelo tierno y húmedo. Acompañado de crema americana de "El Federal", tienda clásica de helados con historia en Buenas Aires -mucha historia, o toda la que un siglo pueda traer, literal-. Placer y buen cierre. Se puede compartir entre dos porque los platos anteriores son abundantes. Relación precio calidad: al día 27/12/2018, excelente; el cerdo a 225, la ensalada a 180. La pinta 110. Postre 115. Dos personas, una cena, dos pipones, $1160 con propina incluída. Servicio: atento, 10 minutos de espera para el plato principal, con salón y plaza exterior llenas -tuvimos que esperar para sentarnos, aproximadamente 20 minutos, no más-. Lo recomiendo,...

Nos pidieron cambiarnos la mesa al ratito de haber llegado debido a que había llegado un grupo más grande, hasta ahí todo bien, aunque nos querían pasar a una mesa de dos personas siendo 3, y los platos que íbamos a pedir no eran compartidos (no estaba lleno el lugar) Nos pasaron a la mesa que estaba al lado de la puerta, la cual no se la recomiendo a nadie en época de frío pues abren la puerta 2 veces por minuto promedio y te morís de frío. Se lo comentamos a la moza y nos dijo que era una lastima pero necesitaban la mesa anterior porque era un grupo más grande que nosotras. Al rato cuando se desocupa una mesa nos pasamos solas a esa ya que estaba un poco más alejada de la puerta (dado que en el transcurso de habían desocupado otras y se ve que a la moza le había importado poco lo que le dijimos porque no fue capaz de cambiarnos a esas) y 40 minutos despues otra chica nos vino a consultar si ya habíamos comido, lo cual no había sucedido. 50 minutos después llegó la comida, la cual es rica y a precios razonables. Se nos ofreció un café por la demora (no fue la única molestia que sufrimos), pero no lo aceptamos porque ya habíamos pasado casi dos horas en el lugar y no había Sido para nada agradable. Una lastima porque nos gustaba mucho el lugar pero la atención fue pésima, todo el tiempo nos atendieron como si hubiésemos ido de favor, muy...

Sabado al mediodia, buscamos un lugar por Almagro donde comer algo rico, entre tres lugares elegimos este bodegón, no creo que califique a bodegon, es mas un Bar-Resto. El ambiente entre industrial y bohemio, ruidoso, sin mucha inversion, hacía frio, los baños terriblemente sucios. Pedimos unas empanadas de carne cortadas a cuchillo, grandes, jugosas aunque desabridas, el limón las mejoró mucho, gaseosas solo en latas, luego pedimos dos Goulash con spaetzle y un sandwich de ciabatta con jamón crudo, queso y rucula, el Goulash con spaetzle esa una pasta pasada con pedacitos de carne, de paprica no tenia nada y al igual que las empanadas faltaba sabor, el plato justo, casi escaso dos tercios de pasta un tercio de carne, el sandwich estaba bien aunque mas queso que crudo. Pedimos la carta para postres dos veces y nunca vino, asi que pedimos la cuenta, dos veces tambien y al final vino, solo tienen debito o ML, no credito. Los precios mas o menos acordes, aunque ante la experiencia es cara por pagar por algo que no te satisface. Quiero comentar que fue una sorpresa ya que las opiniones eran mas o menos buenas, quizas no tubimos suerte, no habia mucha gente con lo cual es mas facil esmerarse, en la atencion. Sugiero en epocas invernales dejar solo una puerta de acceso ya que el lugar no tiene...