Mercé — Restaurant in Municipio de Córdoba

Las instalaciones son preciosas. Una buena combinación de Elegante y acogedora; tirando hacia lo delicada, realmente muy bonitas. La carta es amplia sin llegar a abarcar gustos de nicho; no está dedicada a ningún gusto particular pero agradable a cualquier persona y ocasión, bastante completa diría; muy correcta. Los precios, coherentes y acordes, en ocasiones hasta barato. La experiencia hasta este punto resulta agradable, pero lo que se lleva las palmas es el servicio; el personal, todo, desborda calidez y amabilidad.

En específico, vinimos con Dos amigos a probar vinos, uno de ellos un chileno de experiencia en materia. Las 3 sugerencias que nos acercaron resultaron a la altura del paladar de ambos, nuestra amiga comió un plato que ya no recuerdo, sin embargo su sonrisa era notoria; se comentó además lo especialmente buenas que estaban las papas, lo que no es menor ya que mi amiga se lo pasa probando versiones de estas donde sea que vaya. La entrada si llegue a probarla y fue excelente.

A esta altura toca mencionar querido lector, has escuchado el dicho de que cuando olvidas algo en algún lugar es porque no quieras irte ? Pues es el caso. Volví hoy a buscar un sobre cuyo contenido escapa de esta valoración, pero que deje olvidado en aquella primera oportunidad, y los chicos tuvieron la completa gentileza de conservarlo hasta poder volver a recuperarlo. De más está mencionar que hallé el contenido intacto e íntegro.

Aproveche esta segunda visita para probar la cafetería y la historia se repite. Buenos cafés, las chicas súper atentas, hasta se tomaron el t ta bajo de explicarme sobre métodos y preparaciones, estaba tan equivocado en tantas cosas jajajajjaa. Si hasta me permito probar un producto de autor con café y pistachos, súper interesante, muy dulce para mi gusto de ristreto sobre extraído.

No puedo más que dar 5 estrellas, incluso aunque fuera solo por el servicio. ¡Agradecimientos chicos si leen...

El domingo de pascuas del corriente año, decidimos merendar en el establecimiento que lleva por nombre una palabra del idioma nativo de Napoleón. Al ingresar, fuimos recibidos amablemente y elegimos donde sentarnos. A primera vista, el ambiente es ameno y cálido, aunque las sillas podrían tener un respaldar quizás más cómodo. Llegado el momento de ordenar, se le consulto a la señorita que tomaba dicha orden si en la carta estaban todas las opciones dulces, pregunta que puede parecer obvia, pero en más de una ocasión no es así. Luego de asegurarnos que si, se nos informo que uno de los platos qué habíamos pedido, era totalmente distinto a lo indicado en la descripción impresa, momento justo en el cual diviso por el rabillo de mi ojo a otra mesa recibiendo un plato de churros, algo que no figuraba en el menú. Consulté al respecto y se nos confirmó instantáneamente que si, servían dicho platillo por mas que no figurara y aun habiéndonos confirmado que todo lo que figuraba era lo único que había disponible. Preguntamos de buena manera si se podía cambiar nuestra orden hecha hacia segundos por un plato de esas delicias azucaradas rellenas de dulce de leche y se nos dijo que si con una cara de pocos amigos, por lo que optamos por no cancelar lo previo, sino sumar un plato. La infusión más conocida del mundo vino con un dibujo de un cisne en su espuma, pero en una temperatura que no abrigaría absolutamente a nadie. El resto estuvo bien, un brownie con helado que destaco y un licuado que no ganaría un premio pero que cumple su cometido. Como trago final, la demora al esperar que cobren la cuenta fue considerable. No confundan mi detallada descripción con un mal rato, ya que no lo fué, pero creo que le falta una ajuste a la atención y con eso la calificación subiria...

Una esquina armónica y estilizada Calle Tejeda y Pizarro del B• Cerro de las Rosas, arquitectónicamente bello y vestido con estilo construyendo un lugar afable y refinado...llegue cansado de dar vueltas sin conocer lugares agradables y de buen servicio (mí hija nos llevo al frente "María Antonieta Bar Cafetería" era hora de tomar al rico y una torta, perdí tiempo en lista espera "parado" humillado viendo comer y conversar a otros y nos tres como pordioseros esperando un lugar....) Es ahí cuando salimos y conocí este lugar con ventanales gigantes y luces amarillas "lindísimo" entramos nos recibieron "era diferente...se notaba el estilo y la calidad, pensé que sería caro por el modelo esclusivo de su mobiliario (sillas tipo sillones...) estaba casi lleno....nos tomaron pedido con gentileza y trato previa elección de su carta, a los 10 minutos llego el irlandés torta, bocaditos de salmón con café, una feta de pan tostada con una crema de palta y queso untable decorada con flores (comestibles) Una Fiesta a los Ojos y luego al paladar Frank fue el Garzón que nos asistió y fue una experiencia de compra muy linda. Pagué $15.000 por tres comensales y a toda orquesta....valió...