Primero, saludos. Normalmente asisto con mi familia a PepeCoyotes para pasar un buen rato. Hemos probado todos sus platillos, y todo es muy delicioso. Si me preguntan cuál es el más delicioso, en mi opinión, son sus alambres, aunque definitivamente vale la pena probar de todo. Además, debo comentar que su servicio es excelente, el ambiente es muy agradable y familiar.

Una experiencia muy especial que tuve en PepeCoyotes fue cuando, en una ocasión, olvidé mi celular en una mesa, que estaba hasta el fondo del segundo nivel. Pasaron más de dos horas antes de que me diera cuenta de que no tenía el móvil, y me alarmé, no tanto por el dispositivo en sí, sino por toda la información que contiene y lo importante que es para mí.

Así que regresé al establecimiento de PepeCoyotes con la certeza de que ya lo había perdido. Incluso ya había buscado los teléfonos para avisar a las sucursales bancarias. Llegué a PepeCoyotes bastante nervioso, me dirigí al segundo nivel, y para mi sorpresa, la mesa ya estaba ocupada por otras personas, caro era obvio por el tiempo transcurrido, pero en el momento uno alcanza a pensar eso. Me acerqué al mesero que nos atendió y le pregunté por mi teléfono. Para mi sorpresa, me respondió con mucha amabilidad que él lo había recogido y que podía pasar por él en la caja. Créanme, cuando recibí esa respuesta, me quedé sorprendido y fascinado. Qué bueno que en estos tiempos aún existan lugares como PepeCoyotes. Lo mejor para estos lugares familiares.