Empezando por el local, es muy bonito, es espacioso y sin duda le pueden sacar el provecho necesario.

Pensando que ante un lugar muy bonito el servicio al cliente sería óptimo pues nos equivocamos, me atendió un señor mayor de muy mala gana, como si nos estuviera haciendo un favor prácticamente y tuvimos que llamar luego de varios minutos sentados ya que los meseros parecían distraídos. Tomó nuestra orden y se fue, como vio que pedimos varias cosas recién tuvo una actitud decente, como si dependiera lo que fuéramos a pedir para que nos trate bien. Lamentablemente los vasos estaban sucios y al parecer esto es recurrente, la comida para su precio es decente, eso sí, las papas no sabían bien y la porción no era la adecuada. Quería pedir unos tragos ya que el local es acogedor pero pareciera que ya nos estaban botando porque ni siquiera terminamos de comer y ya se estaban llevando los platos cuando el local ni lleno estaba. Me fui ni bien terminé, si así atienden cuando son 2 personas no me imagino en mesas grandes. La comida es decente pero me llevé un servicio al cliente pésimo, no volvería habiendo más opciones en la zona.