Siempre voy a cenar allí con mi familia, sin embargo, este sábado en la noche que visité el restaurante, la atención fue un desastre. Nos atendió un mozo de lentes en una mesa grande de una esquina esquina del establecimiento:

-Estuvimos sentados unos 20 minutos con muchos platos sucios que daban completo mal aspecto amontonados en mesa. -Al momento que el mozo retiró los platos cayó papas en mi pantalón y ni ofreció disculpas. -Cambió los manteles de mesa de forma displicente que al momento de estirar le dió con el mantel en la cara a mi madre. -Sin decir una sola palabra, terminó de “setear la mesa”, dejó las cartas y se fue. Solo habló cuando tomó el pedido. -Al momento de colocar platos en la mesa creo que deberían ser más condescendencia, no simplemente por estar apurados colocarlos cualquier ítem en mesa sin profesionalismo.

*POR OTRO LADO, el muchacho que cuida carros fuera del establecimiento siempre muy atento y respetuoso.