LA TERRETA GOURMET CASTAÑOS — Restaurant in Alicante

The food here is quite good. I highly recommend the cheese board, the croquetas and the baked cod.

We got a cheese board, croquetas and potato salad for appetizers, a beef dish, bbq ribs and roasted cod for mains.

The food is a bit of a fusion of different cuisines, and very well seasoned. The cheese board was very nice. It was a good combo of soft cheese, semi curated cheese and an assortment of jam and nuts. The meat was cooked well. They also served bread that came woth 3 different types of aiolis (curry, squid ink and normal).

I got a vermouth, and it tastes amazing. Highly recommend!

They also have many different food allergen options and upon request, the server would confirm with the chef.

The place was well lit, and the outside has blankets and heating, so it was cold to sit outside.

The only thing was the service. Since it wasn’t busy, there was only one server. She was very attentive, and the kitchen was fast with the order. I just wasn’t sure if it’s ok for the server to kick us out before we finished our drinks. I understand it was closing time, but there were still people drinking and chatting.

Still, an overall 9/10 experience, I highly recommend trying the food and their drinks. It’s a great place for friends to catch up or just...

Fuimos un poco buscando el menú de 12'90, pero el camarero nos dijo que no tenían, aunque no termino de saber por qué, pues veo reseñas de hace tres semanas, igual es porque en diciembre no se sirve, o porque justo hace poco han decidido suprimirlo; no importa. Al final, motivados por vagos motivos personales impregnados de un cierto sentimentalismo blando que no vienen al caso, decidimos quedarnos y probar para así quedar libres de esa angustiosa decisión de elegir un restaurante en Alicante, pues la oferta gastronómica es tan abrumadora que por momentos asusta, y si bien el menú de 12'90 no estaba disponible, sí que el chico nos dijo que había otros menús, por lo que eso también nos libraba del libre albedrío de una carta; preferimos al final la tiránica comodidad orwelliana antes que la incómoda libertad de elegir nuestra propia comida. Optamos por el Menú Mediterráneo, tres entrantes y plato individual por 30€. De los tres entrantes, dejando a un lado las maravillosas olivas que nos sirvieron de inicio y de las cuales repetimos un platito para amenizar las esperas interplatales, el mejor fue, sin duda, la ensalada de cangrejo y no sé qué más, pues los nombres y la lista de ingredientes son infinitos, y muchas de esas cosas no las he escuchado nunca. Presentación muy bonita, demasiado bonita tal vez, y una cantidad más o menos acorde a lo esperado; el siguiente fueron croquetas de angus negro que, sin estar malas, ni muchísimo menos, no aprecié en ellas nada especial que no tuvieran otras croquetas caseras con algún otro ingrediente menos sofisticado (boletus, toro...); y llegamos a la gran decepción, los huevos rotos cocinados a 65.° (el nombre del plato era más largo), de nuevo lo de antes, malo no, pero un exceso de sofisticación para no mejorar en absolutamente nada la sencillez de unos huevos rotos tradicionales sí. Al final, en esencia, tienes huevo y patata, no aprecias ninguna otra cosa especial salvo la presentación en un recipiente de cristal cerrado; aunque llevaba algo más por encima que tenía su gracia. El plato principal fue bacalao, que estaba bastante bueno, con elaboraciones que se construyen en vertical, como en nuestras costas, y en las que bien pudieras añorar algo más de acompañamiento horizontal, pero bueno, el resultado final fue satisfactorio. Del postre, compartido al centro, hubiera deseado ver algo más sofisticado, u original, que un brownie con lacasitos, no me pareció acorde a lo visto en los platos del menú, y he probado postres más chulos en restaurantes menos elegantes, pero insistimos, estaba bueno. Creo que al precio del menú se le puede añadir una segunda consumición sin problemas, o al menos el café. Por descontado, el sitio es una chulada, pequeñito, pero acogedor, con una ambientación muy agradable y música interesante a un volumen adecuado para escucharla sin obstaculizar las conversaciones. ¿Volvería?, quizá no, salvo si volviera el menú diario, pero serían motivos ajenos al restaurante, quizá yo no sea un cliente ideal para estos locales, quizá no sepa apreciar, valorar, o degustar, la elaboración culinaria de estos platos. El sitio ofrece una experiencia gastronómica y ambiental, y en eso cumplen con lo que puedes esperar de ellos, sin que esto sea óbice para poner algunas leves objeciones que jamás deben servir como una interpretación negativa de nada. La cocina fue con algo de retraso, si bien creo que fue lago puntual por ciertos imprevistos o situaciones puntuales con las que todos nos vemos obligados a lidiar en algún momento de nuestras vidas; de no ser así, deberían mirarlo. Nada más, un afectuoso saludo. Pd: ahora estaría bien un "a nosotros también nos gustan las reseñas más...

Llegamos a las 21:00 a cenar, con una reserva para el día de San Valentín hecha con un mes de antelación. Nada más entrar, vimos como atendían a un par de mesas, muy atentos y correctos. Nos dejaron un rato esperando hasta que nos sentaron, en la mesa más alejada y encajonada del local donde no había siquiera el cartelito de "Reservado" que sí había en otras mucho más espaciosas,preparadas tambien para dos personas y tampoco tenía la vela que tenía el resto (Es un detalle sin importancia pero si reservas con tanto tiempo de antelación, qué menos que tener lo mismo que el resto,¿no?).

Tras nosotros, al rato fueron sentando varias mesas a nuestro alrededor sin tomarnos nota siquiera de la bebida. Finalmente, cuando terminaron de atender a todos los que llegaron después, les llamamos para que se acercaran a tomarnos nota, ya que ni nos miraban.

21:30 y teníamos la bebida sólo, cuando el resto de mesas ya habían hasta terminado sus entrantes. Después de reclamarles nos dicen que ha sido un fallo del ordenador. Yo entiendo que pueda haber fallos, pero eso no explica la atención nefasta ni que la tardanza aplique solo a nuestra mesa, cuando fueron saliendo platos de cocina como los que habíamos pedido para otras mesas.

Pedimos una coca cola zero, 10 minutos para que nos la sirvan cuando igualmente fueron sirviendo bebidas que les pedían de otras mesas al momento. Yo no se si nuestro dinero vale menos, si fue un cúmulo de despistes o qué pasó ahí, pero ha sido la peor atención que he recibido jamás en un restaurante. Lo dicho, yo entiendo los fallos pero no llegados a cierto nivel.

La comida a mi parecer muy buena, las croquetas crujientes y cremosas, bastante grandes. Las patatas bravas no estaban mal, pero fue lo que menos me agradó de lo que pedimos, y el salmón estaba realmente bueno. Mi pareja pidió el solomillo y no le gustó demasiado, pero sin más. Lo que sí merece mención especial es la torrija que tienen de postre, está BUENÍSIMA! Súper esponjosa por dentro, en pan brioche y con una capa de azúcar caramelizada por arriba. Estaba espectacular 👌

La decoración del local es muy bonita. Y de precio bien, pagas por lo que comes, no hay más.

Me ha gustado mucho el sitio en general, la comida, el ambiente... pero no pienso volver a poner un pie ahí en mi vida, no compensa con el trato recibido. Así que si tenéis suerte y pasáis su filtro invisible de personas de bien, tendréis una experiencia genial. De lo...