El 12 de mayo celebramos la comunión de mi hijo en el restaurante el Maestral con toda la familia con la ilusión de disfrutar de un gran día, pero todo lo contrario. No soy una persona que me prodigue en poner reseñas y menos aún negativas, pero en este caso no podía dejar de hacerlo y contar mi experiencia en el restaurante el Maestral en un día tan especial como la comunión de mi hijo pequeño.
El día de la celebración nos sirvieron los entrantes que eran los mismos en todos los menús de comunión que nos ofrecieron y que podría calificar como simplemente correctos sin más aunque bastante escasos en cantidad ( supongo que para que pudiéramos disfrutar del plato principal al máximo), el desastre vino después con el plato principal cuando nos sirvieron un duo de arroces incomible y que la gran mayoría de los más de 60 invitados se dejó en el plato ,incluido yo ( adjunto foto de cómo quedó mi plato y que mostré a la responsable de eventos), tras quejarnos a los camareros y ver que ningún responsable acudía a darnos alguna explicación y solución fui junto con mi mujer a buscar a la responsable de eventos que se encontraba en la oficina situada en la entrada del restaurante a la cual nos quejamos de lo sucedido, tras poner en duda lo que le estábamos contando y decirnos que en las otras comuniones que estaban celebrándose a la vez nadie se había quejado, nos dio como solución cuando ya habían servido el postre a los invitados que si alguien tenía hambre que le sacaban algo ( en la mesa de adolescentes, que estaban hambrientos ,cuatro de ellos pidieron que les trajeran algo de comer y los otros ya no pidieron nada posiblemente por vergüenza).
Para finalizar la celebración a lo grande, mi hijo pequeño ( el de la comunión) , mientras jugaba con sus amiguitos se hizo una brecha en la cabeza por donde sangraba abundantemente al chocar con un atril de metacrilato transparente que estaba situado en la zona de la terraza donde estaban jugando los niños y que ya habíamos informado anteriormente al suceso para que lo retirarán por el riesgo que veíamos, por su puesto no lo retiraron ni antes ni después de lo sucedido.Menos mal que pudo ser atendido inmediatamente por dos familiares médicos de profesión que estaban como invitados en la comunión ya que ningún responsable del Maestral acudió para preocuparse por lo sucedido ( solo un camarero nos acercó al cuarto de baño donde atendían a mi hijo algún producto de un botiquín de primeros auxilios ), hasta los animadores de la empresa de animación externa que se enteraron de lo sucedido se acercaron a preocuparse por mí hijo que lloraba desconsoladamente por el dolor y que solo quería irse a casa ( por cierto, cómo mi hijo tenía mucho dolor y siguiendo la recomendación de los médicos que le atendieron me acerqué personalmente a la zona del Office donde se encontraban los camareros a ver si podían facilitarme un Paracetamol del botiquín y el Maitre allí presente que no habíamos visto en ningún momento durante la celebración me dijo que no era posible, menos mal que finalmente una invitada llevaba uno en el bolso).
Finalmente, al finalizar la comunión sobre las 19:15h me dirigí a la oficina de la responsable de eventos para abonar la factura de la animación y las copas que ya me estaban reclamando y ante mi sorpresa ni me preguntó por lo sucedido con mi hijo, supongo que no se había enterado de lo sucedido como nadie del Maestral.
Por último, a pesar de que mi mujer mandó un email al restaurante Maestral la madrugada del lunes 13 de mayo( no podía dormir del disgusto) informando de todo lo sucedido , a día de hoy no hemos recibido ninguna respuesta al mismo y ningún responsable del Maestral se ha dignado a ponerse en contacto con nosotros por lo menos para disculparse por todo lo sucedido y preguntar por el estado de mi hijo.
En definitiva, espero que está reseña sirva para hacer recapacitar a los actuales responsables del Maestral y que ningún cliente más tenga que pasar por la malísima experiencia que vivimos nosotros en un día...
Read moreHoy hemos comido en El Maestral, mi mujer, mi hija y yo, y me he llevado un pequeño chasco. No sé si las altas expectativas con las que llegaba, una elección equivocada de platos o que la ejecución de la cocina, pero hemos salido mi mujer y yo bastante fríos, sin que ningún plato nos haya encantado como para que digamos tenemos que repetir.
Primeramente nos han servido un chupito de crema de calabaza y un bocadito de centolla, invitación de la casa, y nos han servido el pan, seis variedades, todos ellos muy ricos.
Hemos empezado con tres aperitivos.
Una Alcachofa roquefort, para mi gusto la mezcla de quesos con el roquefort muy fría y con escaso sabor a roquefort, por lo que en realidad te comías una masa de queso insulso con alcachofa, donde tampoco se había sacado el sabor. La mezcla prometía, tengo que intentarlo en casa, pero el resultado de sabor y textura tanto para mi mujer como para mi ha sido fallido.
Hemos pedido también una milhoja de queso. Como el anterior aperitivo, visualmente cuando lo han traído a la mesa anunciaba mucho, pero un exceso de queso de cabra bastante frío nuevamente creo que ha estropeado la combinación. En boca solo tenías queso de cabra y algunas cosas que crujían (la manzana), pero el resto de sabores se perdían entre la gruesa capa de queso.
Para acabar con los aperitivos he tomado una manita de cerdo, con mejillón, en salsa y con puré de patata. Esto nos ha gustado, tanto a mi hija como a mi. El mejillón ha salido algo seco, pero la combinación resultaba interesante.
Mi hija para comer a tomado una Tacita de caldo de pollo con fideos con pelotas. Hay que decir que lo de tacita era rebajar mucho el plato, pues por cantidad y por sabor se debería de llamar un señor plato de caldo de pollo con fideos por sabor y por cantidad. He podido ver el plato del día de cocido en otra mesa, que empieza con este plato y realmente contundente.
Para comer mi mujer ha tomado un relleno de hígado con salsa de setas. Debo decir que la salsa de este plato ha sido lo más cercano a emocionarme con lo que estaba comiendo que he estado hoy, de hecho he intentado cambiarle el plato por el mío sin éxito, aunque el relleno tampoco me dijera mucho, pero la salsa estaba muy rica.
Para comer yo me he pedido una merluza con ajo blanco que acompañaba también una crema de espinacas y una de calabaza como la que nos han invitado al iniciar. Nada que decir del punto de la merluza y la calidad del producto, pero quizá a las salsas le faltase algo de chispa, estaba bueno, pero no lo volvería a pedir.
Para acabar hemos terminado con dos postres.
Un bizcocho de chocolate en salsa de vainilla, que no era otra cosa que el típico coulant bien ejecutado aunque poco vistoso esta vez con una cremita aparte también rica.
Una torrija con turrón. Que a mi mujer es lo que más le ha gustado de esta comida, hasta el punto de comentar a mi hija que si hacemos aquí su comunión la haremos solo de postres, posiblemente un comentario exagerado por las expectativas creadas, pues lo que hemos probado malo no estaba como ya he comentado, nada, pero si muy mejorable en muchos casos para conseguir una experiencia en boca mejor.
He hecho pocas fotos. Solo la merluza y el coulant (en carta bizcocho de chocolate). Tenéis hay también la factura.
El servicio ha sido excelente, quizá deberían haber avisado que el postre se iba a retrasar, aunque lo he comprendido cuando ha llegado el coulant. También que hagan carne a la piedra, cuando el salón se ha llenado a olor a carne ha sido algo desagradable, pero son anécdotas dentro de una comida que esperaba que fuera mejor, y que los resultados de los platos no han acompañado. Por la conversación que estamos teniendo sobre caro o barato, por el resultado, caro, si hubiese salido satisfecho con lo comido, bien de precio por la calidad de los ingredientes empleados, aunque no para todos los días, al...
Read moreElegimos El Maestral para celebrar la Comunión de mi hijo y nos arrepentimos muchísimo, fue el peor evento con diferencia y la peor decisión que pudimos tomar. Nuestra familia vino desde diferentes puntos de España para probar un “excelente arroz”, cuando sacaron el plato principal y lo probamos nos dimos cuenta que estaba malísimo, nos quejamos a los camareros, pero nadie venía y nos daban sobres de sal, porque decían que estaba soso, lo cierto es que estaba incomible, ni la sal ni el alioli eran capaces de poder ocultar la falta de sabor del arroz. Los platos volvían a cocina igual que salían, nadie venía y el tiempo pasaba. Tuvimos que ir a buscar a la chica de eventos para que nos diera una solución, pero ya era tarde. Cuando estaban saliendo los postres y la gente se tenía que ir, ofrecieron algo de comida a quien quisiera, eran más de las 5 de la tarde y la gente se tenia que ir, salvo 4 personas, el resto se fue sin comer, casi 80 invitados. Por otro lado, en varias ocasiones algunos invitados comunicaron al personal del restaurante que quitaran diferentes elementos que había en un pasillo porque había niños y era muy peligroso: una mesa de mármol cuadrada baja con un pico roto y un atril de metacrilato astillado que cortaba solo con rozarse. Finalmente mi hijo terminó con la cabeza abierta, como si un cuchillo le hubiera cortado, una brecha importante y sangrando sin parar, menos mal que fue en la cabeza y no en la cara. ¿Alguien se puede imaginar el susto que me llevé cuando recogí al niño del suelo con la cara llena de sangre y como caía la misma por el suelo hasta llegar al baño? Tuvimos suerte porque entre los invitados había médicos y pronto supieron que hacer con la herida y con el susto que nos llevamos todos los invitados, especialmente el niño y yo. Volví a quejarme y lo único que me dijeron que eso estaba para eventos y siguió allí junto con la mesa de mármol. Por la noche, con el niño con la cabeza con una brecha y dolorido y sin poder dormir me puse en contacto con el Maestral a través de un email, mostrando mi enfado por lo sucedido, estoy esperando respuesta aún. Ni una disculpa, ni preguntar por la salud de mi hijo, nada de nada, eso sí, ellos unos días antes ya habían cobrado todo y parece ser que era lo que les importó. Ahora se pueden imaginar el recuerdo que tiene mi hijo de su Comunión, además de los invitados, a los que tuvimos que llamar para disculparnos. Pedir profesionalidad tal vez sea mucho, pero un poco de empatía y humanidad hubiera...
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