Bar El Bombón — Restaurant in Almeria

No llegamos a probar la comida porque ni siquiera nos sentamos a la mesa. Había reservado el día anterior una mesa para comer con la familia en la terraza y le especifiqué que iban a ir personas mayores y niños, y que necesitábamos que nos pusieran sombrilla, porque en la terraza da el sol. El día de la reserva hacía bastante viento así que cuando llegamos al local, le pregunto al camarero cual es nuestra mesa y nos señala una a pleno sol y nos dice, de muy malos modos, que hace mucho viento y que no nos va a poner sombrilla. Yo reclamo que esa no fue la mesa que reservé, que vamos con personas mayores y niños y no podemos estar a pleno sol comiendo. El camarero me deja con la palabra en la boca diciéndome que hable con la encargada que él no tiene nada que ver. Entro a hablar con la encargada y los modos de esta son aún peores. Me dice hablándome a la defensiva, que me ha llamado a las 12:00 (no me figura ninguna llamada perdida suya en mi móvil a esa hora, ni a ninguna) para decirme que no podían ponerme sombrilla en la terraza y que si me la reservaba dentro, así que ya la única mesa que había libre era la de la terraza a pleno sol. El panorama era, una familia a las 14:45, de un viernes, sin mesa para comer, habiendo hecho la reserva con antelación...indignante. La encargada tenía que habernos reservado una mesa dentro cuando vio que fuera no era posible, aunque no hubiera conseguido contactar conmigo. Me recomendaron el sitio por la comida y no la he llegado a probar, así que no puedo opinar al respecto pero, desde luego, la atención del personal deja...

Uno de esos bares auténticos si queremos movernos en el concepto de "Drinking and eating Almería's style", por decirlo raro, y que si no existe me invento yo ahora mismo. Así que cañitas, tapas, raciones y las cosas como siempre se han hecho por aquí.

Tienen la decencia de que las tapas no se llamen tapas de cortesía como si nos estuviesen regalando algo o cambiaran el habla almeriense por alguna venida del centro de la península; la plancha y el pescado funcionan a tutiplén, y el trato es cercano, familiar.

Así que no tienes camareros absurdamente engolados que hablan fino y pierden el tiempo en inútiles, forzadas y frías fórmulas de excelencia en el servicio , no tienes comida prefabricada-franquiciada que desconoce la idea de alimento fresco, y vas comiendo y bebiendo con esa fórmula combinable, flexible y magistral de caña, vinito, cerveza sin, mosto, tinto de verano... y tapas y raciones con un protagonismo fuerte de pescado y mariscos.

Todo recién hecho y todo en ese pequeño y cálido caos del bar de tapas tal y como lo entendemos aquí. No es un local grande y se llena con facilidad, en la acera de enfrente han instalado una terraza que amplía un poco el "aforo" pero las dos veces que estuvimos no conseguimos un ritmo adecuado de atención a la mesa, y es más, se nos equivocaron con las tapas varias veces, con lo cual las esperas aumentaron más. Este aspecto de la eficacia en el servicio de las mesas es algo irritante y evita que pueda dejar las cinco estrellas. Por lo...

Servicio y trato al cliente muy descuidado. Parecen haber cambiado de personal y la verdad es que no ha sido para bien. Pedimos una ración de calamares, y aunque en la pizarra solo salían de tapa nos dice que si que podía ponernos ración. Finalmente aparece con una ración que es apenas la cantidad que habría en dos tapas de calamares como mucho. Una cantidad muy ridícula para una ración. Además la calidad del calamar era de tapa y no de ración, aunque nos han cobrado esa ración a 16€. Más adelante, queríamos pedirle unas tapas de calamares debido a la escasez de la supuesta "ración" y nos aclara diciendo que el único calamar que tenían hoy nos lo han puesto en eso que ellos han llamado "ración". Vergonzoso. Si no les quedaba, habríamos preferido que nos hubieran dicho que solo le quedaba para ponernos un par de tapas o a lo sumo para media ración antes que nos cobren algo que no han servido. Por ende, mucho rato esperando solo para que nos digan cual es la mesa en la que debemos sentarnos (habiendo reservado varios días antes) finalmente no nos llegan ni a sentar. Hemos tenido que revisar los papelitos que tienen el nombre sobre las mesas para saber donde teníamos que sentarnos, después de un buen rato de espera de pie...