Esto es una crítica bastante elaborada con afán constructivo, dirigida al personal de Glück.
El contexto Fuímos a cenar una pareja un viernes por la noche. Ambas somos del barri, pero nunca nos habíamos parado a comer cerca del Mercat. La culpa la tiene plaza Osca y los restaurantes de Passeig de Sant Antoni y de Carrer Vallespir.
El local No habíamos entrado nunca, ni reparado en su existencia, y lo que más nos desconcertó fué saber si era un local de reciente apertura. Eso es buena senyal, senyal que está limpio, por no decir impecable (incluidas las cartas que es algo en lo que los negocios de hostelería no suelen reparar) y que tiene un diseño interior nada retro, más bien con ligeros toques industriales (cosa que a mi particularmente me gusta). Eso sí, justo nos tocó una mesa, con cuatro sillas, que de haber sido cuatro comensales, tendríamos problemas por espacio reducido (POR FAVOR, si podéis, SEPARAD UN POCO LAS MESAS ENTRE SÍ). Esa misma mesa ofrecía unas vistas un tanto preocupantes: justo encima de nuestras cabezas había una conexión vista del desagüe del eficicio con un codo (de tubería), y a media altura entre la amenazadora tubería y nuestras cabezas, un barril de cerveza colgando sobre un rail metálico cuyo único uso legal es el de sostener cableado (QUITAD ESE BARRIL POR FAVOR, no aporta nada en términos decorativos).
El servicio Muy atento, y amable (nuestra puntuación es un 4/5), pero (obviamente tenía que haber un "pero"), a pesar de que te atendían en la mesa, cuando ya te habían servido se olvidaban de tí, hasta tal punto que por momentos no había nadie del servicio a la vista, que no fuera en la barra, y eso confunde, porque una no sabe como debe actuar como cliente cuando le cambian las reglas del juego. Por otro lado, el negocio lleva 2 años como mínimo en el barrio. Nos parece maravilloso que sea un negocio aparentemente familiar (¿lo és?), y que ello una al personal culturalmente, nada que objetar.. salvo que podría (y debería por razones que explicaremos) haber algún díscolo (por no decir todo el personal) que hable en el idioma local; ¿Que cuales son estas razones? 1- Estamos en Sants, no en el Hospitalet profundo. Poca Barcelona resiste en su propia cultura y esencia catalanas, ergo, contagiaros un poco y contribuid a la causa. 2- Barcelona es un paraíso para expats, eso juega en contra del porvenir de TODAS (inflación, alquileres desmedidos, pérdida de competencia del mercado y de variedad en la oferta tanto)
La comida y la cocina Empezaré por lo malo. El combinado veggie vale casi lo mismo que pedir las tapas por separado y lleva casi la mitad. Me aposté con mi comensal a que sería así y gané la apuesta. El "pa amb tomàquet" NO LLEVA PEREJIL, ni lo llevará. El pa, mejor en rebanadas pequeñas que en una barra. La berenjena se corta en rodajas y se frie, punto. El invento de servir una berenjena crujiente por fuera y directamente vacía por dentro cual marshmallow disecado (cuando todo el mundo sabe que lo mejor de la berenjena es su carne); este invento es una aberración, REPITO ES UNA ABERRACIÓN. Las "croquetas" de espárrago, todavía las estamos buscando, y aún no las hemos encontrado. En su lugar había 3 bolas del tamaño de un dado de queso que tenían bechamel industrial dentro (esta que sabe a nata agria y que sabes que no te va a sentar bien cuando llegue a tu estómago). Las tortillas de patatas, se agradece que estén hechas al momento.. pero eso es un error. Cuando alguien pide una tapa tortilla de patatas (como la que venía en el combo veggie) la espera recalentada, siempre, sin excepción. Id un día a disfrutar de las que hacen en el Kop de Mà. Si el personal dice que el combo veggie tardará un poco e invita a pedir alguna tapa para la espera y pides pan con tomate, el pan con tomate debe llegar antes que el combo, de lo contrario es ofensivo.
Ideas y propuestas Los platos malos, siempre plantean un debate: ¿perderé dinero si los mejoro? ¿perderé clientela si los quito? En vuestro caso es muy sencillo: QUITADLOS. La música.. o se baja...
Read moreGluck is an argentinian craft brewery that recently opened in Barcelona (Sants). There's a terrace with 3/4 tables in a pedestrian street in front of the market. The inside is quite big with a whole other floor that wasn't opened. I was eager to try the Faro irish red that got quite a few awards but I honestly was a bit disappointing. Also the IPA was quite basic and some of the beers on the menu (wea heavy, barleywine, imperial stout) were not yet available. Other than that, it's a brewpub, so they not only have craft beers but also a lot of food options. Atmosphere was good and staff was nice. Conclusion: go for the food and the little terrace but if you're a craft beer aficionado you'll be...
Read moreFuimos a cenar un grupo grande (17 personas) y desde el primer momento el trato y la cercanía fueron exquisitos.
A diferencia de muchos otros sitios que te obligan a cerrar menús de grupo desproporcionadamente caros y con poca variedad y a dar una paga y señal por comensal de infarto, en este restaurante nos lo pusieron muy fácil desde el primer momento. Estuvieron muy atentos al teléfono los días previos a la cena para resolver cualquier duda y ultimar los detalles de la reserva.
Simplemente nos recomendaron (sin que fuese obligatorio) que adelantáramos la elección de cualquiera de los platos principales incluidos en la carta para evitar la espera a la hora de servirlos.
Además, nos sugirieron colocarnos en la planta de arriba para tener más intimidad y pudimos disfrutar de la cena sin estar rodeados de otras mesas. Tuvimos la suerte de que esa noche el local no se llenó del todo y ubicaron al resto de clientes en la planta baja. Un detallazo por su parte.
La relación calidad precio de la comida, así como las raciones nos parecieron excelentes. Sin duda es una de las mejores opciones que podemos encontrar por zona, además de una parada obligatoria para los amantes de la cerveza, ya que tienen una gran variedad de opciones aptas para todos los gustos.
Por si fuera poco, tuvieron la cortesía de invitarnos a una caña de cerveza artesanal de elaboración propia (muy buena, por cierto) para que brindáramos con ella y de esta manera poner el broche de oro a la cena.
A la hora de cobrar nos permitieron pagar por separado, cosa que se agradece enormemente cuando se trata de un grupo grande.
Por último, cuando ya me estaba despidiendo del personal del local tuvieron la gentileza de regalarme una cinta portallaves como muestra de gratitud por la confianza depositada en ellos.
A día de hoy, sorprende encontrar un local en la ciudad de Barcelona con un trato tan familiar, personalizado y extraordinariamente...
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