Este pequeño local junto al mercado de Sants tiene pinta de haber estado allí desde que se inventó el fuet, pero en realidad no lleva ni un año abierto. Eso sí, ya se ha ganado el look de “institución del barrio”. Su propuesta: platillos para compartir o un menú degustación de 32 € sin vino, pero con agua. Porque claro, el agua es el nuevo vino… pero sin alegría.
Detalle del menú degustación: Carpaccio de gambas con helado de mostaza: nos hizo soñar. Aunque no sabemos si con gambas o con el helado de mostaza. 9/10 Zamburiñas en ceviche: les faltaba punch. Ni ácido, ni picante, ni emoción. 6/10 Arroz crujiente con caballa ahumada y mozzarella: crujiente sí, pero la caballa estaba tan pastosa que parecía haber sido batida. La mozzarella, decorativa no sabía a nada. 5/10 Milanesa de berenjena con queso Idiazabal: ¡bravo! Aquí sí que hubo química. Nos enamoramos.Brevemente, pero con intensidad. 9/10 Bomba de parmesano con carpaccio de ternera: espectacular. El carpaccio hizo lo que el resto de platos no se atrevió: destacar. 10/10 Mini canelón de cerdo: tan mini que lo buscamos con lupa. Y tan soso que parecía un homenaje al silencio. 5/10 Montadito de carrilleras: no estaba mal, pero la sal se lo saltó. Literalmente. 7/10 Postre: bomba de chocolate helado y mini tiramisú. El tiramisú sabía a amaretto con azúcar y nostalgia. El mascarpone, ausente. Quizás estaba en otro restaurante. 4/10 El local: muy agradable, aunque las mesas son tan estrechas que si respiras hondo, molestas al resto de comensales. 7/10 El servicio: encantador. Eso sí, si preguntas por el vino, te recomiendan el que tiene la etiqueta más bonita. Maridaje por estética. 8/10 La cantidad: justa para comer, razonable para cenar… y perfecta si estás en modo “me cuido pero me doy un capricho”. Volveremos. Porque somos justos, y porque aún no hemos decidido si el helado de mostaza fue una travesura o...
Read moreBrutal acierto el haber elegido Ultramarinos Riera para celebrar nuestro aniversario de boda. El restaurante sorprende con un menú degustación impecable: siete platos más postre por solo 35 €, donde la calidad del producto y la precisión en la cocina se combinan de forma magistral.
El recorrido gastronómico es toda una experiencia. El Crujiente de papel de arroz con Burrata, Caballa y tomate seco abre con una explosión de sabor. El Carpaccio de Gambón destaca por su textura y el equilibrio fino de sus matices. Entre los platos más sorprendentes, la Milanesa de Berenjena con crema de trufa e Idiazabal, que conquista por su originalidad y contraste.
El Montadito de Galta con Trompeta de la muerte y Foie aporta una suavidad inesperada. la Bomba de Parmesano con Ternera curada ofrece un juego perfecto entre crujiente y ternura. El Canelón de meloso de cerdo al vino con Bechamel trufada resulta intenso en sabor, pero maravillosamente equilibrado por la cremosidad de la salsa. Las Zamburiñas acevichadas con Gambitas aportan un toque refrescante, ácido y dulce que despierta el paladar antes del cierre.
El broche final lo pone un Tiramisú reinterpretado, que, aunque se aleja del original, sorprende con una presentación cuidada y un sabor impecable.
Mención especial merece el servicio: el camarero que nos atendió brilló por su profesionalidad y carisma. Supo explicar cada plato con detalle, estuvo siempre atento sin ser intrusivo y añadió al conjunto un valor añadido difícil de encontrar.
En definitiva, Ultramarinos Riera es un lugar altamente recomendable para celebraciones y para quienes buscan alta cocina a un precio sorprendentemente accesible. Eso sí,...
Read moreNuevo restaurante de la zona, local pequeño pero bien resuelto, con platillos definitivamente diferentes a lo habitual, innovadores con productos de calidad y de temporada, combinándolos de forma original. Los platillos van de 6 a 16 euros aprox, con unos 4-5 platillos entre dos comes bien a pesar de que las cantidades no son enormes creo que esta bien proporcionado. Los chicos son muy amables y atentos a pesar de que en hora punta hay un poco de retraso en la salida de algunos platos. Como pega diría que la acústica del local no es muy buena, la gente chilla mucho para escucharse y al final acabas tu también chillando ya que hay bastante eco, supongo que es por lo altos que son los techos, no obstante es la segunda vez que voy y claramente no dudaría en volver a repetir, lo recomiendo encarecidamente. Como platos estrella personalmente las croquetas de ceps e idiazabal, el descachopo y las galtas...
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