Matizo y empiezo por lo positivo: La comida estaba buena, pero después del trato que recibimos hoy, por culpa de un camarero, no volveremos y jamás lo volveré a recomendar. Llegamos a las 19:55. Nos dicen para sentarnos en el salón de arriba porque el comedor solo abre a las 20:00. Hasta ahí, muy entendible. Éramos dos madres con nuestros dos hijos pequeños. Pedimos las bebidas en el bar de arriba y a las 20:05, después de ver que ya habían bajado varios grupos de personas, preguntamos si podemos bajar. Notamos muy mala coordinación y pocas ganas de satisfacer al cliente. Pedimos 2 entrantes y 3 platos principales. Al principio del servicio nos atiende la trabajadora que después nos enteramos que era la encargada. Luego, nos atiende otro camarero. Desde un principio, su actitud era muy desagradable y altiva, parecía que tenía un muy mal día (aunque, sospecho que esa será su mala actitud de diario, el típico camarero quemado que lo paga con los clientes. Durante el servicio se mostró muy impaciente con nuestros hijos y con nosotras, como si le molestáramos. Los niños estaban jugando con unas cartas en la mesa para entretenerse y, en una de las ocasiones, cuando nos trae uno de los platos nos suelta de muy mala manera “¿pongo el plato encima de las cartas?”, cuando él ya estaba viendo que yo estaba recogiendo todo para que él pudiera trabajar tranquilo (de joven he sido camarera y empatizo mucho con los que me sirven la comida y la bebida además de tener educación). Nosotros percibimos su mala actitud, pero decidimos ser pacientes y educadas, puesto que un mal día lo tiene cualquiera y estábamos con los niños. A la hora de pedir el postre, le preguntamos si tenían algún otro tipo de helado que no fueran las dos opciones que habían en la carta (coco y otra), a lo que nos responde de muy malas formas “los helados que hay son los que van con los postres que aparecen en la carta. Ya vienen así.” Yo, con mucha paciencia, le digo que se lo preguntamos porque muchas veces los restaurantes disponen de otros sabores que no aparecen en la carta (somos madres y lo sabemos porque casi siempre nos ofrecen helados que no están en el menú). Nos mira de mala manera y añade “En una heladería puede que los encuentres, pero aquí no. Aquí los que tenemos son los que ves en la carta.” Cuando le contestó así a mi amiga, ya no pude dejar pasar más sus malas formas y le dije que esa contestación sobraba, y que no hacía falta que nos hablara así con tanta mala hostia. Él insiste en decir que no nos ha hablado mal, a lo que yo le replico que hemos tenido bastante paciencia y educación con él durante todo el servicio, pero que así no se le habla a la gente. Todavía teníamos unas costillas que acababan de llegar a la mesa y de la misma le dije que nos la pusiera para llevar y trajera la cuenta que ya no íbamos a estar ni un minuto allí con él atendiéndonos. Nos pareció muy curioso que, con toda seguridad del mundo de que no le iba a pasar nada, nos dice que si queremos, él puede llamar al encargado (la chica que nos atendió al principio). Él se fue a la cocina y se reía con otros compañeros mientras yo esperaba para pagar y que me diera las costillas que estaba preparando para llevar. Cuando me da la cuenta, la reviso y me doy cuenta que nos habían cobrado un agua demás. Se lo comento y va a revisarlo para quitarla de la factura. Viene a la mesa a cobrarme la encargada (o la que decía que era la encargada) se lo comento todo y ella decide invitarnos a las bebidas, excusándose por el servicio, pero sin parecer que le impórtese mucho. Le agracemos el detalle al restaurante, pero no queremos que nos inviten a nuestra consumición, lo único que esperamos es que nos traten con profesionalidad y respeto cuando lo único que buscábamos era pasar un buen rato con nuestros hijos en un restaurante que se supone que es “bueno”. Por culpa de trabajadores con esa mala actitud hacia los clientes, la gente deja de ir y opta por otras opciones más respetables. Luego, nos enteramos por otro/a trabajador/a que sí disponen de otros...
Read moreThe good: The food was quite good, the textures, the taste, though not creative, it was good. The waiter was quick to recommend vine that matched our taste, he seemed nice and generally had good vibes. The design is absolutely marvelous and magnificent. The seats and table were comfortable but I would like some more leg room. The deserts were absolutely amazing.
The bad: The food was very slow, between each dish there was too much downtime, we even thought as to ask for the next dish. The waitress seemed tired, slow and unwelcoming. Right after my SO left to the bathroom they served the deserts, which had ice cream, that was breaking down upon my very eyes. The price to quality ratio leaves a bit to be desired, for example, the bottle of vine was twice its usual cost and the dishes seemed a lot more smaller then the price would've suggested.
In conclusion, though a place is bit to pricy for what they offer, it's still a strong recommendation for people that whant to spent some quality...
Read moreA lot of the dishes we were looking forward to trying we couldn't because we hadn't sat down in the section where they serve them. A bit strange so we asked the waitress for support at which point her mood just drastically changed and became a bit rude during the service both from her and the other waiter since they basically ignored us the rest of our time and left many time while someone was trying to say something, giving us no chance to speak before they were off.
The food was okay, no one seemed too impressed with their dishes. The vegan pad Thai was really lacking flavor, but the bread was good so there's that. The bathrooms were really pretty as well as the rest of the decor and everything looked well kept.
I'm not sure how wheelchair friendly it is because we had to go down some stairs and I didn't catch an elevator or...
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