Marisquería Manguita La Barrosa — Restaurant in Chiclana de la Frontera

Reseña: Restaurante Las Manguitas (Chiclana)

Visitamos las dos sedes de Las Manguitas, en Chiclana, sin grandes expectativas iniciales. Sin embargo, la experiencia fue tan positiva que decidimos repetir para seguir conociendo su carta.

Primera visita • Cazón: impecablemente elaborado, nada grasiento y con un sabor sobresaliente. • Gambitas cocidas: jugosas, tiernas y llenas de sabor, uno de los grandes aciertos. • Tortillitas de camarones: el plato menos destacado de la jornada; demasiado grasas y gruesas para nuestro gusto. • Filete de corvina sobre base de tomate: perfectamente cocinado, equilibrado y con una buena combinación de sabores.

En esta primera visita comprobamos que el nivel del restaurante era más alto de lo esperado, lo que nos animó a continuar explorando su propuesta.

Segunda visita – Sede de La Barrosa

La experiencia aquí fue excepcional, destacando tanto en producto como en ejecución. • Mariscada para dos personas: simplemente espectacular. Gambas, camarones, centollo, buey, cigalas, mojama y langostinos, todo en un punto de cocción perfecto y de altísima calidad. • Aliño de pulpo: jugoso, tierno y con un aliño muy equilibrado. • Sardinas en escabeche: uno de los imprescindibles de la carta, deliciosas y muy recomendables. • Cigala a la plancha: fresca, jugosa y con el sabor propio de un buen producto. • Lubina: de nuevo, impecable en su preparación, con un resultado realmente satisfactorio.

Relación calidad-precio • Primera visita: 76 € (incluyendo un postre, dos cervezas, una copa de vino, dos refrescos y una botella de agua). • Segunda visita: 198 € (incluyendo una botella de Albariño, dos cervezas, dos refrescos y un postre).

Conclusión

Las Manguitas es un acierto seguro en Chiclana: producto fresco, buena ejecución y una carta variada que invita a volver. Aunque algunos platos, como las tortillitas de camarones, no convencieron tanto, la mayoría de elaboraciones —especialmente la mariscada, el cazón y el pulpo— son absolutamente recomendables. Una opción ideal para quienes buscan disfrutar del mejor marisco y pescado de la zona con una relación calidad-precio más...

Fui ha cenar solo, y el único reto de ellos era venderme todo lo que pudieran de lo que les quedaba, de ahí la recomendación del camarero. “Te tomas unas gambas y una dorada o una urta y ya has cenao”

Creo que hay que tener mas empatía de venta. Ofrecer lo que marca la diferencia en tu negocio. No vender indiscriminadamente lo que necesito vender y sin pensar en el comensal.

Habla mucho de vosotros ese estilo. Entiendo que no os importa que la gente vuelva, pero también entiendo que hubieran ayer mas camareros que clientes.

Molaría que el camarero hubiera vuelto a la mesa a preguntarme que tal el pescado que tan bien me había vendido.

Lo que pasa es que sabe lo que ha hecho. Y no le culpo. A mi también me daría vergüenza subir el ticket a 80€ cuando sabes que para cenar en un chiringuito con sillas y mesas de plastico, no hace falta tanto.

Pero le hubiera dicho, que el pescado estaba muy bueno, hubiera sido la hostia que lo desescamaran, cuando te va a costar 54€, pero bueno, lo importante es que se ha vendido.

Y pregunto ahora, ¿ 40/50€, comentario 5estrellas, recurrencia y me como el pescado otro día con acompañantes? O ¿84€, 1estrella y sayonara?

Gracias por hacerme probar la Urta.

Sayonara y...

Una joya auténtica para los que saben reconocer el verdadero sabor del mar

He tenido el privilegio de comer pescado en algunos de los mejores restaurantes del mundo, y puedo afirmar con plena seguridad que este lugar se encuentra entre las más altas expresiones de la cocina marinera auténtica.

La calidad del pescado es simplemente excepcional: producto local, fresquísimo, tratado con respeto y cocinado con una técnica impecable. Aquí no hay artificios ni pretensiones innecesarias: solo materia prima de altísimo nivel, trabajada con maestría.

El local es muy bonito, con una elegancia sobria y un ambiente que transmite aún el calor y la autenticidad de una tradición familiar que, desde hace años, ha convertido este sitio en una verdadera joya.

El servicio es correcto, profesional y cordial, sin excesos ni rigideces.

Y quizás lo más admirable: en este restaurante todavía importa la sustancia. No verán “instagrammers” sacándose selfies con el plato: aquí se viene a comer bien, a disfrutar de lo verdadero, y a pagar un precio justo por una experiencia gastronómica de verdad.

Una dirección imprescindible para quien sabe apreciar...