La comida es bastante buena. De entrante pedimos para los dos un “Timbal de salmón madurado, mango, jengibre y tomates de temporada” que estaba muy bien preparado y reunía un amplio muestrario de sabores. Algo escaso sí, pero bastante bueno. De segundo pedimos “Lomo de Rodaballo, Setas de Estación Cremosas, Jamón de Bellota y Panceta en Crocante”, con el rodaballo en su punto y una salsa maravillosa como no habíamos probado en la vida, impresionantemente deliciosa. Los postres también estaban muy cuidados.
Entonces……… ¿Porqué he valorado con una estrella nuestra experiencia en este restaurante? Lo explico. Una buena comida, en un restaurante de entre 40 y 50 euros por persona, requiere, no solamente buenos platos. Requiere una atención que se corresponda con ese precio. Durante la comida, la atención de los camareros fue perfecta. Al ir a tomar nuestros postres, le pedimos que nos los sirvieran en la terraza exterior (completamente vacía y en un entorno desértico en esa época del año en una playa), para poder fumarnos un cigarrillo mientras los tomábamos. Estando en ello, uno de los camareros nos indicó que no estaba permitido fumar en la terraza y, ambos nos levantamos y la abandonamos de inmediato. En ese momento el dueño y cocinero (supongo) estaba en la otra punta de la terraza. Me dirigí a él para que considerara que ya que no había nadie alrededor nos permitiera sentarnos a terminar nuestros postres. Ahí empezó todo. Este señor (….), en un tono absolutamente brusco en alta voz, casi violento, y con unas maneras absolutamente impropias de un restaurante de ese precio, siguió increpándonos y recriminándonos nuestra intención hasta que no tuve más remedio que decirle que dejara de ofendernos, que fue exactamente lo que hizo y que se ocupara de sus asuntos. Posteriormente cuando nos íbamos, junto con dos amiguetes más de su “cuerda”, volvieron a proferir risas e insultos hacia nosotros. Es por todo esto que una buena comida puede sentarte mal gracias a una actitud chulesca, maleducada e impresentable del dueño, cocinero, o responsable del local, el cual expuso con absoluta naturalidad modos barriobajeros hasta límites cercanos a la violencia física, llegando incluso a la amenaza física violenta. Eliana Albiach se llama el restaurante y está en la playa de Cullera, cuidado con el… “si tuvieras 30 años menos te…” hasta ahí...
Read moreUna de las experiencias más pobres de mi vida. Llevo 2 años viviendo en Cullera y, por alguna razón, no había probado aún Elena Albiach. Que sabio es el subsconciente. En un pueblo donde la calidad gastronómica no luce especialmente, este pequeño local, famoso en el pasado, se ha ganado mi peor nota de lejos. Empezamos con la carta de vinos...: pido dos referencias y casualmente no tienen ninguna de las dos. Cuando amable y casi jocosamente les indicó que deberían advertirlo de alguna manera en la carta, me llevo una bronca incomprensible acusándome de ir a bares cutres. Ah! Y para disculparse nos dice que la carta de vinos la actualizarán en febrero! (A 5 meses vista). Pero lo más importante llega en el turno de la comida...: Pedimos quisquillas, salteado de setas y foie y arroz de langosta: Las quisquillas: cocidas seguramente hace 2 días y recocidas hoy. Imposibles de pelar y pasadas desde la primera cocción. Tras 3 o 4 intentos, tenemos que dejarlas en el plato. El salteado: sabroso y pasable. Eso sí, nadando literalmente en una cama de grasa de pato bastante poco sana. El arroz de langosta: aquí ya se llevan el premio. No es que estuviera pasado, si no que era una pasta. La intuición me dice que lo tenían hecho para caldoso y simplemente lo han puesto en la paella para consumir el fumet y hacerlo seco. De vergüenza. En resumen, que ojalá hubiéramos comido en un bar cutre como en el que el camarero nos acusó de ir. Precisamente no somos de bar cutre, pero por la comida y el trato creo que este restaurante se asemeja mucho a uno. La Mar Sala, El Peque, El Rincón del Faro, Picanterra... son opciones a años luz de este local trasnochado. Yo no perdería el tiempo y el dinero en este restaurante. Yo desde...
Read moreEste restaurante sigue siendo uno de los más ricos de Cullera. Lo descubrimos en 2018 y ahora en 2021 no ha bajado su calidad, ni en la comida ni en el servicio.
En esta oportunidad hemos ido para celebrar mi cumpleaños y hemos pedido de carta (también tienen 3 menús pre-establecidos muy buenos). De entrantrantes pedimos unas quisquillas (buenísimas) y unos tomate kumato rellenos de guacamole (deliciosos). Luego hemos encargado un arroz caldoso de ternera polaca con verduras que tenía una sazón muy rica (divino). Eso sí, todos los arroces y paellas hay que pedirlos con antelación (llamar previo a ir y reservar para que lo preparen). Y de postre, el helado de marrón glacé con torrija de crema al gratén que estaba para chuparse los dedos. Las texturas de chocolate también estaban muy ricos.
Fuimos con nuestra hija de 5 meses sin problema y nos ofrecieron una trona y todo (ella todavía no se sienta, así que no hizo falta).
Para los meses de temporada alta (julio y agosto) recomiendo reservar antes. En esta ocasión hemos venido en la segunda quincena de septiembre y no hacía falta, aunque igual reservamos.
Es un sitio para comer y darse un homenaje en una ocasión especial. Precio medio-alto: menús desde 28,50€ a 40€ por persona, y de carta calcular mínimo 40 ó 50€ por persona....
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