Sidrería Galastur — Restaurant in Gijón

Le pongo una estrella porque no me deja escribir sin valoración sino cero estrellas pero sin pensarlo fuimos a Gijón mis amigas y yo así un día para salir en plan de sidrerías, nuestro error entrar a esta sidrería, nada más entrar me dieron ganas de salir corriendo, pequeño todas las mesas juntas qué casi ni nos pudimos mover, el qué nos dijeron qué era el dueño fatal desagradable a más no poder, estaba allí en una esquina dando mala imagen y ni una cara amable ni nada, en plan de tapas no pedimos porque solo nos quedaron ganas de irnos a otras sidrerias donde por lo menos tengan espacio suficiente y nos traten un poco mejor, en fin no volveremos a entrar jamás, nose como hay gente que todavía abre negocios teniendo cara de pocos amigos, las otras sidrerias de Gijón comida trato sidra higiene todo bien, pero esta sin palabras, no me creo que en Gijón hubiera este tipo de sidrería que no la hay ni en un pueblo, tenia que poner valoracion cero cero cero estrellas mis amigas y yo ...ni locas...

Lugar que nada mas entrar no te llama a comer, pero una vez te dispones a hacerlo, te das cuenta del error cometido. Comida calentada en microondas, ensaladas aliñadas a su gusto, hilos de metal de un nanas en la comida, se lo dices a la camarera y lo unico que sale de su boca es un "Vaya..." no ha pedido disculpas, ni se le visto con ganas de hacerlo en ningun momento. El segundo plato, un filete, de dos dedos de gordo, cuando lo cortabas, se quejaba el animal. Que menos que preguntar el punto de la carne, pero es mas facil darlo crudo, y si al cliente no le gusta, pasarlo, eso si, esperando a que lo recojan, lo pasen mas, y te lo traigan. Otra cosa que tampoco me ha gustado, ha sido que otros clientes que llegaron mas tarde, con los mismos platos pedidos, les sirviesen antes. Un bar que no me fio ni de pedir un vaso de agua un dia de calor.

Espero no encontarme mal en un rato después de comer lo que...

Local que me ha sorprendido para bien. El ambiente es de lo más tradicional, un restaurante que no ha sido modificado en años, eso es lo que hoy día llamamos "tener solera". Tiene una amplísima carta, tanto que cuesta hasta decidir. Al final nos la hemos "jugado" con una fritura variada (langostinos, calamar y rape), pulpo a feira y cachelos (estos no vienen con el pulpo así que toca pedirlos por separado). Todo ha estado muy rico superando holgadamente mis expectativas. La única pega que le puedo poner a la comida es el pan que sirven puesto que, siendo una sidrería gallego-asturiana, es de lo normal tirando a mediocre. El servicio ha sido muy atento en todo momento y en cuanto al nivel de precios comentar que se encuentra por encima de la media. En definitiva, ve y hazte tu...