Stopped by today to grab some food. My partner had the falafel bowl and it was massive - he was super happy with his dish. (Although he did say maybe there was a little bit too much salad leaves and not enough dressing!) I ordered the açai bowl, which wasn’t very good. The smoothie consistently itself wasn’t thick, it was more like a juice. And it was so watered down it mostly tasted of water. I enjoyed the toppings and there was a good amount for such a small bowl! Defiantly wasn’t worth €7.50 Smoothie bowls are meant to be thick in consistency - like ice cream. I’ve given you this review so you can improve your bowls for future clients and you won’t get anymore bad...
Read moreDisappointed. The food was not fresh, the staff were very slow and some of them looked like they didn’t want to work, very sour faces. 8,50€ for a wrap with old soggy lettuce and too much mayonnaise. My partner ordered the omelette and fruit bowel, which was better, but unfortunately the “bowel of fruit” was just 6 mold covered berries. He took them to the counter to show the staff and the woman just snatched it off him and didn’t even apologise. She also didn’t wash her hands before proceeding to use her fingers to pick some other berries out to replace them. Unfortunately those berries were also old and expired so we just left them...
Read moreAyer tomamos café en Gijón, en el RawCoco Green Bar. Mi hijo es autista e hipersensible al tacto. La fatalidad tuvo a bien que cuando fue a beber el zumo que habíamos pedido se cayera entero, pero entero, encima de él, cayendo incluso la jarrita al suelo y rompiéndose. El grito que soltó asustó a todos alrededor, se hizo un silencio sepulcral y se produjo una crisis de esas que solo los padres azules sabemos gestionar con calma. Que la gente mire hace años que dejó de importarnos. Lo importante es acompañar y calmar. Una chica del bar, no sé si dueña o camarera, se acercó rápidamente preguntando lo primero si el niño estaba bien, lo cual ya es de agradecer y después organizando la limpieza y la reposición. Le expliqué que era autista y que por eso había gritado de esa forma que aterrorizó a todos y me dijo "claro, ya entiendo, pobrecillo". Me llevé a mi hijo al baño, me dieron una bayeta para arreglar un poco el asunto y al salir viví uno de los gestos más bonitos de estos años, de los más empáticos y solidarios. Me dejó sin palabras, solo me salieron varios "GRACIAS DE CORAZÓN" o "MIL GRACIAS". La chica en cuestión llegó con una bolsa de Zara y unas bermudas nuevas que fue a comprarle rápidamente a Lucas en ese intervalo, de propia voluntad, un gesto amor al prójimo que nunca había vivido tan de cerca. La piel de gallina de todos, incapaz de articular más que lo que he dicho y luego ya, bajo mis gafas de sol pues lágrimas de emoción y agradecimiento. Sea por lo que sea, por ser buena persona, saber reaccionar, conocer el espectro por uno u otro motivo, estas cosas son las que hacen que explicar, mostrar y concienciar merezca la pena cada minuto. Una vez más, MILLONES DE GRACIAS, que la vida te pague tu bondad...
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