Restaurante Las Tinajas — Restaurant in Granada

Una experiencia desagradable y muy decepcionante.

Mi padre tuvo el gusto de invitarnos aquí el día de año nuevo, el cual también era el día de su santo, y no pudimos disfrutar de una agradable reunión, tanto tiempo esperada, debido principalmente al poco decoro en las formas por parte del dueño del establecimiento.

La mesa se reservó con un mes de antelación, en persona. El día de la comida llegamos al restaurante con diez minutos de antelación. Al presentarnos, uno de los camareros le dijo a mi padre que habían intentado contactar con él telefónicamente en tres o cuatro ocasiones durante los días previos y que como no habían obtenido respuesta habían supuesto que no vendríamos, pero que podrían preparar una mesa para nosotros.

Nos dejaron esperando en la calle durante más de veinte minutos, aún sabiendo que teníamos niños pequeños, y tras ese tiempo nos hicieron pasar a la última mesa de un comedor completamente atestado de gente. La mesa no estaba preparada, y los camareros nos fueron pasando platos y cubiertos para que nosotros mismos la preparásemos.

Justo cuando estábamos preparando nuestra propia mesa el dueño del establecimiento vino preguntando por mi padre, y cuando mi padre se presentó, este señor le dijo que por qué no había contestado a sus llamadas y que íbamos a comer allí ese día porque él era prudente. Mi padre nunca recibió llamada alguna del restaurante, lo que me hace pensar que, o no llamaron, o anotaron el número de teléfono erróneamente, y tampoco le dijeron en ningún momento que tenía que confirmar la reserva unos días antes.

Me sorprendió la actitud del dueño, que rayaba en la chulería hostil, así que cuando se aproximó a nuestra mesa tras un par de minutos le hice saber que no me había parecido correcta la forma en que se había dirigido a mi padre y que nosotros habíamos cumplido con nuestra parte del trato, que era venir puntualmente a nuestra cita. El hombre pidió disculpas e intentó excusarse en que era un día muy atareado, con muchos clientes, y que habían tenido reservas a las que no se habían presentado. Le expliqué que ese no era nuestro caso y que si alguien era prudente ese día era mi padre por insistir en quedarnos allí a comer, pues yo propuse levantarnos e irnos tras su insolencia.

He de decir que este episodio hizo que la atmósfera se enranciase durante el resto de la comida, pero no fue la única razón por la que he decidido dar tan baja valoración.

El trato por parte de los camareros fue inapropiado, usando palabras malsonantes delante de los niños (cuando hablaban entre ellos, no dirigidas a nosotros), y una actitud más propia de un chiringuito barato de playa (sin faltar a los chiringuitos, que los hay muy buenos) que de un renombrado restaurante de Granada, supuestamente con solera. En numerosas ocasiones, y debido a la estrechez del salón, tuvimos que soportar el trasero de los camareros al lado de nuestra cara.

La comida en sí no fue mala, pero no creo que haya una relación adecuada entre calidad y precio. Sinceramente me parece que los precios fueron demasiado elevados para la calidad ofrecida.

No nos sirvieron el pan hasta el momento justo antes de entregarnos el plato principal. El pan, por su parte, era medio bollito, ni siquiera uno entero, por lo que no sé si es que no tenían suficiente y tuvieron que economizar o algo diferente. Nunca lo pedimos y a esas alturas de la comida la mayoría se quedó sin tocar, pero lo cobraron igualmente, y no precisamente barato.

En conclusión, un recibimiento nefasto, un servicio muy pobre y una pobre relación calidad/precio convirtieron nuestra reunión familiar en un episodio desagradable y difícil de olvidar. Han perdido tres familias de clientes y no se lo...

Some locals recommended it as the best restaurant in town. After having tried other restaurants and tapas bar I guess it was on par with the others i.e. not tasty, as most of the food we had in Granada, except at a lovely coffee shop.

Servers are clumsy and pushy, came three times within minutes to see if we were ready to order. Food was very basic not bad but not great either with no effort on plate presentation. The portions are huge to the point of being disgustingly huge. Husband ordered pork cheeks, they were humongous and were set on a plate with a sauce and that is it. Not a singly vegetable or at least some mashed potato or rice to mop up the sauce. Just giant pieces of meat. I had a fish with a pretty boring white sauce. Again no vegies. Neither one of us could finish our plates.

High price to play for what I would call, at best, cafeteria food in a very loud...

We went here on the recommendation of our hotel. We sat outside and weren’t super hungry so we didn’t taste many dishes but we really enjoyed a couple of unusual choices. Lamb cake with mango ice cream sounds super weird but was really tasty and unusual. Basically shredded lamb with nuts and dried fruit and, yes, mango ice cream. It is presented then chopped up to mix everything together. It was unexpectedly delicious. Then we had Monkfish Mozarabic style with a sauce of raisins pine nuts and topped with small shrimps. Again, unexpectedly tasty. Good house wine. Only flaw was smokers at outside seating. The outside and bar look deceptively rustic. There is a very nice restaurant further inside. Service was very good and the people were quite nice...