Casa Palomo — Restaurant in Guadalajara

Pequeño restaurante de corte tradicional y comida castellana en pleno centro de la ciudad. Es uno de los mejor valorados de la ciudad y no decepciona.

Al ser muy pequeño es casi obligatorio hacer reserva. De hecho, mientras comíamos, vimos como 5 o 6 grupos de personas llegaban sin reserva y se tenían que dar media vuelta porque no había nada disponible.

El servicio es de 10. Rápido, eficiente y amigable. Nos incomodó un poco el hecho de que nos repitieran tanto la hora a la que se nos acababa la reserva. Supongo que algunos clientes no entienden que si tu mesa está reservada para tal hora, tienes que irte antes... Pero tampoco hace falta que te lo recuerden por teléfono, al entrar, al tomar comanda y al pedir más bebidas.

De entrante pedimos unas migas para compartir. Plato generoso, sabroso. Muy muy bueno. Totalmente recomendable.

De principal, el rabo de toro, también para compartir. La carne parecía mantequilla, se cortaba con el tenedor. La salsa, Intensa, con mucho sabor, te va a dejar ganas de chupar el plato. Sencillamente espectacular.

De postre pedimos la torrija caramelizada. Decir que es una maravilla es quedarse corto. Fue una de las mejores que probamos recientemente (por no decir que prácticamente en la vida). No sabemos qué tal serán los otros postres, pero esta es una de las mejores opciones sin lugar a dudas.

Con todo eso que pedimos para dos no es que saliéramos rodando pero acabamos más que satisfechos. Además, muy buena relación calidad precio. Muy contentos con la visita. Si volvemos a Guadalajara, volveremos a comer aquí.

¡Lo recomendaremos a...

Local pequeño pero agradable. Quisimos tomar cena ligera: ensalada de tomate con queso de cabra y setas a la plancha. Nos dijeron que el tamaño “estaba bien” cuando les preguntamos, al ver los precios, si eran platos grandes, así que no pedimos nada más. La ensalada de tomate resultó ser un carpaccio de tomate con carpaccio de queso de cabra. Calculo que habría, si llegaba, un tomate para dos por lo que la cantidad de comida era muy escasa, aun más teniendo en cuenta el precio del plato (13€). Lo peor fueron las setas: se conoce que echarían un chorro de aceite a la plancha que estaría excesivamente caliente por lo que el aceite se quemó y las setas, que estaban súmamente aceitosas, sabían a aceite quemado. Comimos unas cuantas y dejamos el resto. Cuando nos preguntaron si no nos habían gustado les explicamos el problema, cosa que pareció contrariarles. Nos trajeron la cuenta y no hubo, tan siquiera, ningún comentario sobre las setas o disculpa alguna. Nos quedamos con hambre pero no nos arriesgamos a pedir postre puesto que la relación calidad/cantidad-precio y servicio no fueron, en absoluto, adecuadas. Cena para olvidar,...

Este restaurante, pequeñito y algo escondido es toda una sorpresa para quien disfruta del buen comer. Decoración muy castellana a la vez que confortable. El poco espacio está muy bien distribuido de manera, que, aunque parezca increíble, se puede obtener intimidad en la mesa aún estando en las altas de la barra sin tener la sensación de estar “apretados”. El servicio es muy bueno, amable y rápido. La carta no es muy grande pero lo que más sorprende es que fuera de carta hay incluso más platos y variedad que en la propia carta (al menos ese día). Nos dejamos aconsejar y elegimos como entrantes unas deliciosas alcachofas y pulpo a la brasa (ambos estaban fuera de carta) y sin lugar a dudas acertamos 10 sobre 10. Los segundos también estuvieron a la altura: unas chuletas de lechal y un solomillo. Para acabar, no podía faltar el bizcocho borracho, postre típico de Guadalajara el cual estaba en su punto. Ha sido una muy buena experiencia que sin duda repetiremos. Eso sí, hay que reservar con bastante antelación, pero...