Pedimos 2 pizzas por el just eat, escribiendo en los comentarios que una de las dos pizzas la quería sin salsa de tomate, no tengo alergia pero sí intolerancia y me sienta mal el tomate, llamé el restaurante antes de pedir para preguntar si podía cambiar algún ingrediente de la pizza haciendo el pedido directamente con ellos por teléfono pero me dijo que solo lo podía hacer por la app de just eat, y la única manera de escribir algo es hacerlo en los comentarios, eso hice, al llegar el pedido vi que la pizza al final llevaba tomate así que llamé al restaurante para decírselo y en principio contestó un hombre que mientras le hablaba le pasó el teléfono a la señora con la que ya había hablado antes de pedir y me dijo que no vieron mi comentario, que se le pasó (sin ni un "lo siento" o "le pido disculpas", solo fue muy borde) y que ellos no podían enviar otro repartidor, que tenía que poner una reclamación en just eat pero yo al final me quedaba sin comer, también dijo que podía ir yo a recoger la pizza correcta pero nosotros pagamos la entrega también con el pedido y es absurdo que por equivocarse ellos, tenía que salir yo, otras pizzeria te envían un repartidor para recoger la equivocada y traer la correcta, pero ellos no...mi novio quiso hablar él, porque se enfadó mucho y le explicó que si es un error de ellos, deberían de arreglarlo pero ella solo dijo que siendo solo una camarera no sabe como funcionan esas cosa y ni tiene porqué hablar de esas cosas, entonces me pregunto... ¿porqué me pasaron con ella si no sabe? pasarme un encargado o un jefe... al final nos dijo que llamaría just eat para resolverlo y volvería a llamarnos y nos colgó el teléfono en la cara. Hablé con just eat y han encontrado una solución pero igualmente me he quedado sin comer y por supuesto la camarera no volvió a llamar. Además la pizza no son de 33cm como pone en la descripción...no llegan ni a 30. Asignaría 0 estrellas si pudiera la verdad. Sobre la calidad no puedo expresarme porque no comí nada. Sitio...
Read moreTenía muchas expectativas con este sitio después de ver las reseñas y que un amigo me lo recomendara, así que decidimos probar.
Las pizzas no están mal si la comparamos con las de un burguer, pero están muy lejos de ser una pizza “sabor de Italia” y mucho menos Napolitanas.
La parmigiana, (si es que se le puede llamar así) no tiene absolutamente nada que ver con una parmigiana tradicional. El tomate y la berenjena sin nada de sabor y a lo único que sabe es al queso malo de bolsa de supermercado que tiene por encima.
Además me parece muy excesivo cobrar 8,5€ por 3 rodajas de berenjena. Si al menos estuviese bueno, los pago encantada, pero no fue el caso.
La atención dejó mucho que desear. Entiendo que sea por la noche y que los camareros estén cansados, pero era una sensación de desgana generalizada.
No sé si pillamos un día malo, pero la verdad que nos fuimos muy desencantados.
——— En cuanto a vuestra respuesta, también me gustaría recalcar varios puntos:
En ningún momento os he faltado el respeto para que tengáis tan mala educación al dar una respuesta. Si no sois capaces de aceptar una crítica y ver qué podéis hacer para mejorar, no es mi problema.
Conozco perfectamente cómo es el “sabor de Italia” puesto que tengo familiares italianos y he estado varias veces en Nápoles. Así que sí, estoy bastante familiarizada con el “sabor de Italia” y sintiéndolo mucho no lo he visto.
No dudo de que los ingredientes no sean de Italia, pero la Parmigiana no sabía a Parmigiana y sólo sabía a queso de bolsa. Quizá deberíais cambiar de proveedor.
Por último, algo que no mencioné en la reseña por no haceros daño, es que esa noche nos la pasamos vomitando tanto mi pareja y yo. (Quizá el queso estaba en mal estado y de ahí su mal sabor)
En lugar de dedicar tanto esfuerzo en contestar con mala educación, podríais dedicar ese tiempo en ver qué está fallando y como podéis mejorar.
Sinceramente, espero que os...
Read moreNo esperaba comer la mejor pizza de mi vida… en un barrio de Málaga. Y mucho menos dos veces.
La historia es simple: Teníamos hambre. Era tarde. Queríamos algo rápido. Buscamos, encontramos Da Mimì , pedimos sin expectativas… y esa noche dormimos pensando en pistacho, mortadela y queso fundido.
Pizza EME y calzone de salami. Aunque llegué tarde a recogerlas y se enfriaron un poco, (porque tarde en llegar al hotel) estaban brutales. No buenas. No “decentes para estar en España”. Brutales. Y eso que he trabajado en Costa Cruceros, he pisado Milán, Roma, Nápoles… Estas pizzas no compiten. Juegan en otra liga.
Volvimos dos noches después. Esta vez para comer ahí, sin retraso y con hambre de revancha. Y ahí es cuando entendí algo: No estábamos en Málaga. Estábamos en casa de la típica abuela italiana que cocina como si cada bocado pudiera curarte el alma.
El calzone: obra maestra. La EME: ilegal de lo buena que está. El horno: piedra de verdad. Los ingredientes: traídos de Italia. El cocinero: italiano. El precio: más barato que el Grosso… y diez veces mejor.
¿Lo único que cambiaría? La atmósfera. Porque la comida te lleva a Italia, pero el local no termina de acompañar. No hablo de lujo. Hablo de esencia. Una radio cualquiera no suena igual que Lucio Dalla. Y los manteles con los colores de Italia no bastan para que sientas que estás allí.
Si yo fuera ellos, convertiría ese sitio en una trattoria de verdad: cálida, rústica, con alma. Que entres y digas: “Estoy en Italia.” Y entonces, que la pizza haga el resto.
¿Volvería? Mil veces. Y si algún día desaparecen sin que nadie los haya coronado como la mejor pizzería de España, será culpa nuestra por no contarlo.
Hoy lo cuento. Porque esto, amigos, no fue una cena. Fue un viaje. Y no hizo...
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