Tras un par de visitas a la barra me decido a quedar para comer en esta taberna de barrio y la verdad es que me ha dejado bastante frío este sitio. El local, tabernilla de ambiente andaluz es muy ruidoso y me pareció incomodo, tanto la barra que siempre esta petada, como la zona destinada a mesas, muy bajas, demasiado juntas y con unas sillas incomodisimas. Ademas nos toco el "mejor" sitio. Al lado justo de la puerta del WC (donde por cierto entraba y salía sin parar un Sr. con comida y bebida. Se ve que debe haber algún salón privado al que se accede por la misma puerta del Vater..... inaudito). En fin.....Para dos personas pedimos: Tortillitas de camarones (2). Buenas. De hecho, para ser Madrid muy buenas. Croquetas de jamón (6). Especialidad de la casa. Muy ricas, con una bechamel muy cremosa pero sin llegar a ser liquida. Si no hubiesen tenido un ligero regusto a avecrem me habrían parecido casi perfectas. Callos con garbanzos. Ración escasa. Muy flojos. Tanto las carnes, gomosas, como los garbanzos de pedrosillano, tirando a duros. Un plato demasiado fuerte de sabor que para mi que llevaba mas de tres días descansando en la nevera. Ensalada de tomate con pimientos y ventresca. Fail total. Tomate de invierno barato, insulso y sin salar, una mínima lamina de pimiento de bote y un poco de ventresca remataban este plato totalmente falto del mas mínimo cariño. Este condumio regado con dos dobles (bien tirados, todo hay que decirlo) y dos cafés, dejan la cuenta en 58,80 E, para mi un precio a todas luces excesivo para la experiencia general. Mención especial para el servicio. A medio camino entre borde y/o obtuso, sin que pueda especificar en que extremo de los dos. Lo dejo exclusivamente como visita de barra y le doy 3 estrellas. Ahora con el COVID ni se me ocurriría entrar aquí. Como diría un bobín actual,...
Read moreA must for local food lovers. Is kind of of the beaten track, but close to Comandante Zorita, a street which is becoming very interesting on the nice and good restaurants track. Not very far away from the Castellana, El Quinto Vino is a small taberna, offering delicious home made food, including snails, cecina, meatballs, or eggplants with salmorejo. It's very popular, so if you want to try it, book in advance. If not, stay at the counter to sample a ración of its famous croquettes, considered among the best of the city. Ideal for the "aperitivo", it also offers a very good days...
Read moreHace un tiempo tuvimos la oportunidad de pasarlo bien un rato en vuestra sonada taberna, condenso a continuación nuestras impresiones:
Llegamos a "El Quinto Vino" condicionados por una sinuosa sugerencia; lugar de "VINO, TAPAS y RISAS", después de una semana de digestión no se me ocurre mejor triada.
Antes de entrar, junto a un puntual vermut, contemple un aristócrata ingiriendo ensaladilla enfardado en una elegante gabardina. Allí descubrí que Thomas Burberry invento dicha prenda en 1880. ¿Pero cuando nacerían las gambas en gabardina? Sea como fuere nunca está de más hablar de ellas. Noto que se están quedando en el olvido.
Al adentrarnos, nos acomodaron en la platea de un abrumante salón de recuerdos, daba un poco de vértigo, pero a la vez mucho calor. La verdad sea dicha, veníamos por las migas.
En esta era de politización y desinformación, uno no sabe dónde contrastar sus opiniones e ideas, algunos solemos hacerlo con las contadas personas que nos estimulan la mente, a las que entristece dejar atrás. A partir de ahora, Telemadrid.
No hizo falta buscar opiniones sobre las croquetas. Del resuene de las trompetas aún me acuerdo yo y mis allegados.
Contando con ascendencia de hígado afanoso (mi abuelo se engominaba con colonia y ginebra) pedimos que la botella de Mecías se quedara en la mesa, hasta aquí todo iba bien, pero fue a mejor, Panizo entro en escena para alargar semejante experiencia hasta las seis de la tarde.
Moraleja, si buscas un lugar de culto en Madrid, evita hacerte fotos de espaldas en cualquier museo de renombre, vente a echar el quinto vino y a sonreír un poco.
Sin otro...
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