El Rinconcito — Restaurant in Madrid

Se decidió celebrar la comida de empresa de navidad, 10 personas, y optamos por menú degustación de 42€ por pers.: Entremeses (gamba blanca, croquetas, jamón de bellota -mal cortado pero bueno-, lomo -muy bueno- y pan tumaca) y a elegir entre 3 segundos. Yo elegí atún con pisto pero, con franqueza, no creo que llegara ni a un filete (5 trozitos salteados entre la salsa) ni que el pisto fuera pisto, era mucha salsa de tomate con trozos enormes de pimiento verde. El postre fue degustación, la foto adjunta, para 4 personas. Decidí pedir una copa de vino de albariño, el resto bebieron cerveza, y, para nuestra sorpresa, en la cuenta de más de 420€ nos cobraron el vino, argumentando el camarero que ése no se incluía en el menú (cuando eso ni lo mencionaron y, sin tener en cuenta que, se ahorraron las botellas de vino que sí incluía el menú de 42€ de degustación). Y para colmo, no asumieron el error. Un detalle ruin, está claro que cuidan poco a los comensales. Además ni hubo invitación de chupitos. No repito,...

¡Qué experiencia tan inolvidable la de El Rinconcito! Y cuando digo inolvidable, no es precisamente por las razones que me gustaría. Si buscas una paella que te haga replantearte todo lo que sabes sobre gastronomía… sigue buscando, porque aquí lo que sirven es un “arroz con cosas” que, sinceramente, te hará añorar hasta el arroz precocido del supermercado. Entre la falta de sabor y la textura discutible, puedo decir que he descubierto la auténtica definición de “paella madrileña”. Que, por cierto, no sabía que la tradición incluía congelados.

Los precios, eso sí, son dignos de un restaurante con estrella Michelin. Al parecer, aquí te cobran no solo por la comida, sino también por el trauma gastronómico. Pagar 20 euros por una paella que ni siquiera llega a “aceptable” es casi admirable, me siento estafada con clase. Y por si esto fuera poco, la carta en general parece pensada para ver hasta dónde aguanta tu sentido del humor… o tu...

Uno de los restaurantes mas recomendables de Madrid.Estuvimos unos amigos y yo el sábado y quedamos totalmente satisfechos por muchas razones. La comida exquisita, el trato, como si estuvieras en tu propia casa y esto es muy reseñable ya que en la mayor parte de sitios de una ciudad tan grande como Madrid no encuentras un trato tan amable y tan cercano y menos si se trata de un establecimiento de esta categoría. La limpieza, el orden y el ambiente, no podían haber estado mejor. La cercanía y la calidad de las personas que allí trabajan llegó al punto de la circunstancia de prestarnos un ordenador portatil del propio jefe para realizar unas gestiones importantes de uno de los miembros del grupo.Vamos que ni en nuestra propia casa habríamos estado mejor. Volveremos sin...