Lúa 67 — Restaurant in Madrid

Soy una persona que disfruta yendo de bares, pero llevo casi 5 años en este sitio y no dejaré de ir jamás. Es el sitio perfecto. La comida es riquísima, el personal como de la familia y el ambiente es el mejor en el que he estado. Hay billar, futbolín y 3 dianas distintas para jugar a los dardos; dos terrazas, una en la calle y una interior (en invierno sacan estufas), un salón trasero y un piso bajo muy práctico para las reservas, ya que si la zona está ocupada no molesta la gente que está arriba consumiendo (a menos que bajen al baño si el otro está ocupado), y también te dan un altavoz por si quieres poner tu propia música. El ambiente siempre es excelente, tanto por la forma en la que te atienden, como la decoración y las luces, la música y por los clientes que estén, ya que prácticamente te puedes poner a hablar con quién quieras. Qué decir de la comida. Simplemente deliciosa. Hasta las salsas son caseras y están repletas de sabor. Personalmente recomiendo el perrito (viene con varias salsas y cebolla frita) y el burrito, de gran tamaño y con varios rellenos a elegir. Los nachos también son muy ricos, y aunque un poco caros, vienen con abundante guacamole, pico de gallo, queso y la carne que hayas elegido. Para acabar, me gustaría hablar de lxs trabajadorxs. Gracias a ellxs este bar es lo que es: acogedor, divertido, familiar, cercano y en general un sitiazo de confianza. De verdad, ir a conocerlo...

Hice una reserva para celebrar el cumpleaños de mi novio en noviembre de 2018 y me confirmaron que ese día no tenían más celebraciones. Todos nuestros amigos llegaron antes para darle la sorpresa, y nosotros dos llegamos los últimos para que él no se lo esperase. La que me llevé la sorpresa fui yo. En el local había dos cumpleaños más y nos habían ubicado en un sótano cuya superficie estaba ocupada prácticamente por una mesa de billar. Imaginaos el cuadro: veintitantas personas ubicadas alrededor de una mesa de billar sin poder movernos de un lado para otro por la mesa y, además, sin música. Literalmente nos dijeron que la pusiéramos nosotros con un altavoz inalámbrico que tenían allí y que sonaba fatal.

Esa sala, que encima era de paso para ir al baño, no tenía nada que ver con el bar, que está decorado y tiene algo de encanto. Además, los camareros no bajaban para que le gente pudiese pedir y teníamos que subir nosotros a la planta de la calle para ordenar las consumiciones.

Colas de 20 minutos para pedir porque si no recuerdo mal había tres camareros para todas las celebraciones y los clientes habituales. Cuando me quejé me dijeron que había más cumpleaños y nosotros no podíamos estar arriba. Por si esto fuera poco, las raciones que contraté eran de una calidad pésima. Para no...

Le pongo una estrella porque no puedo ponerle menos, pero una vergüenza de sitio. Precios carísimos, por una "michelada" a mi amigo le cobraron 7€ (escribo michelada entre comillas porque en realidad aunque fuera una pinta de Paulaner no era realmente una michelada, solo unas solo tenía unas especias por encima, pero esa no es su auténtica elaboración). Por otra parte por una botella (de cristal) de agua me cobraron 1.8€, y cuando íbamos a irnos del lugar cogí la botella para llevármela cuando el camarero me dijo que no podía llevarmela, que el precio era solo por el agua. Obviamente me la llevé, porque me parece un timo cobrarme medio litro de agua (sea la marca que sea) por ese precio (para eso hubiese pedido un vaso de agua). El camarero, sin darme ninguna explicación, salió corriendo detrás de mí para quitarme la botella como si lo estuviera robando y además soltó unas malas palabras y me quería agredir. Sinceramente me sorprende que tenga un una valoración tan buena el lugar cuando deja muchísimo que desear. No...