Izakaya Taberuya, Japanese Street Food — Restaurant in Mairena del Aljarafe

Me da pena hacer esta reseña porque llevo yendo a este restaurante un año más o menos. En ese año nunca había leído la carta porque estaba "El calvito" (Bruce Willis de Mairena). Este señor era el alma del Taberuya. Te contaba que tenían, pues se lo sabía todo, y era super simpático. Muchas veces, literalmente el pedía por nosotros porque nos dejábamos recomendar. El tío era un crack. Se lo sabía todo al dedillo y no te faltaba atención. Te preguntaba que tal habías comido, e incluso alguna vez nos quedamos hablando con el y nos contó la historia del Taberuya. Era de mis sitios preferidos. ¿Por qué 2 estrellas entonces? Pues porque ayer fuimos y ya no estaba, y la atención fue fría no, lo siguiente (Cómo cualquier sitio impersonal), y para colmo la carta se ha reducido muchísimo y por supuesto la comida (sin estar mala) no es la misma. Se nota. De 3 cosas que quisimos pedir (Explicando que era, porque cómo este señor nos la ponía sin ni siquiera ver la carta.. era una aventura) 2 ya no estaban. Y repito, ayer fue el primer día que tuvimos que mirar la carta. Siempre pedíamos con este señor, porque el hacía que ir a comer allí fuese un placer especial. No voy a decir que se coma mal, porque tampoco es eso, las gambas estaban ricas. Pero si has sido asiduo a ese local como yo y otras reseñas que leerás aquí, ha pegado un bajón de calidad importante. Se nota y mucho. Se ha ido el calvito y la camarera del pelo negro delgadita, vamos el tamdem que hizo grande al Taberuya. El trato no es el mismo, la comida tampoco y la variedad ni muchísimo menos.

No se que habrá pasado realmente, pero el Taberuya que descubrí y que flipé con mi amiga Noelia (El calvito empezó a ponernos cosas que el mismo eligió y casi lloro de lo rico que estaba) ese Taberuya, ya no está.

El que lleve tiempo comiendo allí, me entenderá...

Normalito. Por precio es CARO en comparación con la cantidad que te ponen, piezas de Maki pequeñisimas, el pollo koroke estaba algo crudo, se salvan las gyozas aunque de nuevo el precio subido para lo ofertado. De sabor esta bien, aunque los hay mejores. En general la comida esta buena y aunque te lo vendan como un streetfood..., en fin, esta bien.... Sin embargo, y a pesar de que fueron amables y serviciales, lo peor ha sido el camarero. Su agresiva e insistente recomendación de platos revoca a las más pacientes mentes a rechazar su actitud represiva, de hecho consigue lo contrario de lo que busca, es una conducta comercial digna del telemarketing. Dar por asumida la venta ahuyenta al cliente, y si encima no te leen las señales no verbales de sorpresa y desencanto , es que no estás ateniendo y escuchando bien a tu cliente. Se notaba además que los demás camarer@s tenian tambien ese objetivo, y la verdad, Molesta que te traten como público ignorante, carnada o con altitud de miras, solo por ser el que sirve la mesa o tiene un bar/restaurante de Corte asiático en mitad de Andalucía. A este paso, le saldrá más caro al dueño este tipo de jugadas de venta agresiva, que al comensal su Comanda. Espero que cambien, porque no creo que podamos dar segundas oportunidades a este establecimiento, a pesar de que estaba todo sabroso (pero no a su precio) , habiendo tan buena oferta y mejores adaptaciones de platos en otros rinconcitos japoneses de Sevilla, como para tener que ir a Mairena en coche y con suerte encontrar Aparcamiento. Que...

¡Cuidado, COL!

La parte buena es que aquí se consigue un racionamiento anual de lombarda.

Lo indecente es que se publicitan como "japanese street food" y todos los platos de esa categoría son entrantes de porción mínima con un 70% de col. No es broma.

El sushi es decente, pero muchos platos "principales" eran carne española empanada con mucho aceite y salsas asiáticas dudosamente caseras.

Hay restaurantes del mismo rango de precio/cantidad con comida muy superior (véase MOON), pero la experiencia definitivamente es única. Piensen que desde ésta review ha podido mejorar bastante.

Lo más gracioso es que después de tomar cinco platos llenos de col todavía con hambre, pedimos al camarero que nos recomendara algo diferente, por variar; pues no es broma, trajo una tortilla con muy buena pinta que, una vez probada, revelaba que ¡era de COL! Siendo un negocio nuevo asumo que se irán adaptando al feedback de los clientes, pero vaya, fue una risa.

Eso sí, tiene mérito abrir un restaurante en éstas fechas con una propuesta tan ambiciosa. Creo que merecen una oportunidad, y parece que el sitio tiene buenas intenciones (y algunas buenas prácticas), pero está muy morado todavía...