Caminábamos por las calles de Oviedo en busca de un sitio para cenar y oh sorpresa el olor maravilloso de su cocina nos llevó a este encantador lugar... Casualidades de la vida. De entrada es encantador, el trato es inigualable (te sientes una celebridad), la comida espectacular (una placer para el paladar). Relación calidad precio es correcta (se paga una experiencia completa). Marchamos con un sabor agridulce estábamos celebrando el cumpleaños de mi pareja y a pesar de que todo era tan maravilloso; no te pasa que siempre llegas a algún sitio y te topas con el o la irespetuos@, pedante o el escandalos@. Pues nosotros teníamos a nuestro lado todas esas caracteristicas en una misma persona y lo más triste es que no era un comensal cualquiera, era la madre de la ahijada del señor Iván (dueño del restaurante pues ella misma se llenaba la boca gritandolo a los cuatro vientos) y es muy triste ver como esa misma gente que se supone que es "tu familia" la que va a tus restaurantes en lugar de apreciar tus logros solo van a criticarte.
Hay que ser muy miserable para ir al restaurante de tu compadre con ínfulas de millonaria, hacer salir al chef y faltarle al respeto con tu tono de voz y sarcasmo. Ella quería hacer el show completo. Desde que entramos al restaurante estaba "hablando" por teléfono a todo pulmón, puso música en su teléfono, se quejó dos veces del mismo plato, volvio a opacar la belleza del lugar con sus gritos y vocabulario grosero por llamada y para rematar haciéndose la digna porque no le quisieron cobrar el plato por el que se quejó, dijo que iba a llamar a Iván, como no?. Fue tan patética que llegó a decir que el dueño la llamó por teléfono para preguntarle que pasaba? Porque lo estaba viendo por las cámaras (y es cierto no tenía que divulgarlo, estaba usando su contacto para generar "miedo" al personal). De corazón le digo al Señor Iván (sin conocernos) que esa persona solo opaca lo precioso del lugar y que en casos como este es cuando aplica el llamado "derecho de admisión". Mi pareja se dio cuenta que habia música de fondo cuando ella marchó para el baño. Imagínese el espectáculo que dió. No suelo hacer reseñas pero esto es algo que no podía dejar pasar por alto pues lo único que causó esta persona fue incomodarnos a todos. Pdta: No hay fotos porque disfrutamos tanto de la comida que nos olvidamos de...
Read moreOur waiter Javier made sure that we were well taken care of, despite not being able to speak much English. He gave us a serving of Smoked Jamon while we waited for our mains. We didn’t order any starters under the advice of Javier. We enjoyed both of our mains: the portions were huge! : I had the Ingot of Suckling Pig, while my date had the beef steak. Both were delicious: the suckling pig was braised and was accompanied by a fragrant truffle sauce glazed with kumquat (sadly I forgot to take a photo). The steak was juicy and charred nicely. Best steak on this trip so far in Spain! (We have been in Spain for about 2 weeks) We had the Estada Reserva red wine which was extremely good value for money (25 Euros) and...
Read moreEs sábado por la noche y hay mucha gente en Oviedo. Voy sólo y quiero cenar en un buen sitio. Entro en este sitio, que tiene buena pinto y le pregunto al personal si hay sitio, aunque fuese interior; una chica me responde que sí, sin dudarlo, pero un camarero me responde que lo tiene que preguntar.
Al de un rato, sale el supuesto encargado y me dicen que están completos. De acuerdo, me retiro. En este tiempo, entra de atrás de mi una pareja de mediana edad, preguntando por lo mismo que yo, cenar sin reserva.
Cuando yo salgo afuera, me quedo observando y al de 2-3 minutos, a esta pareja la sientan para cenar además en la terraza. Los acomoda la chica que inicialmente me había dicho que sí había sitio.
Evidentemente, como ya me lo olía, no estaban completos, pero estaban priorizando una mesa de 2 a una mesa de 1… pero es muy feo mentir. Cuando la chica vuelve de acomodar a la pareja, dirigiéndose al interior del restaurante, la paro y le comento, educadamente, que me parece una vergüenza lo que acaba de pasar. Con la cara roja, me pide disculpas (menos mal) y me ofrece buscarme un hueco en cualquier sitio… cosa que por supuesto no acepto, pese a su insistencia. Ahora ya no.
Ahora estoy cenando un lingote de lechazo buenísimo en un restaurante cercano, con vino tinto del bueno, donde me han atendido estupendamente, cosa que no ha sucedido en Casa Conrado. Lastimosamente hay alguna reseña más parecida, con la misma experiencia.
Lamentable señores. No maltraten ni desprecien a sus clientes, que nunca saben ni quiénes son, ni si en algún momento les van a faltar.
Me encantará leer la explicación del propietario o responsable. Por cierto, no respondan que la pareja tenía reserva....
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