Restaurante La Tagliatella — Restaurant in Santa Marta de Tormes

Comimos allí este mediodía, y quiero que mi reseña sea lo más crítica y constructiva posible. Nos sentamos a las 15 de la tarde y nos tomaron nota y sirvieron bebidas y entrante en un tiempo razonable para como estaba el local de lleno. Pasaban los minutos y veíamos como salían y se levantaban mesas y quedábamos nosotros sin siquiera comer. Paso la camarera y nos pidió disculpas que en unos minutos saldría nuestra comida, sin nosotros decirle nada. Estas cosas pueden pasar y es comprensible, se ha traspapelado la comanda, no se mando a cocina, había mucha saturación en ese momento, lo que sea. Pero al rato pasa otra camarera y nos ve mirando a la nada, con la mesa vacía y nos pregunta que qué tal todo (imagino que daba por sentado que habíamos terminado) a lo que le contesté que no podía decirle nada porque aún no había comido. Para esto ya habían pasado 45 minutos.

Al rato, ya cansados de esperar cumplida casi (y sin el casi) la hora, decidimos levantarnos, pagar lo que habíamos consumido hasta el momento e irnos.

Y aquí viene la casualidad más grande, y es que justo en ese momento, salieron nuestros platos…

Los camareros no tienen la culpa de nada porque finalmente son los que ponen la cara ante los clientes cuando las cosas dentro de una cocina fallan y concretamente la que nos atendió se vio tan apurada que nos invitaba a los postres, que realmente no teníamos ya ni pensado quedarnos hasta el postre, porque ya no teníamos ninguna gana.

La comida en general estaba muy rica, aunque la carne estaba súper fría, es la primera vez que iba a un Tagliatella, pero tengo serias dudas si volvería.

Nos compensaron, en parte el mal rato, pero sinceramente creo que falta organización en la cocina y en los tiempos, ya que si no para de entrar gente y no le das tiempos de espera viendo la cola que tiene la cocina, estas saturando y explotando la productividad.

De verdad que la comida merece la pena, aunque la reseña sea negativa quería dar mi opinión...

El servicio pésimo. Los camareros daban vueltas sin parar y se les olvidaba todo. Repetidas ocasiones tuvimos que pedir un juego de cubiertos que faltaban, el aceite para el pan, cubertería para servir... Tardan bastante entre un plato y otro y no traen todos a la vez. La comida normal, nada del otro mundo. Después de esperar un rato habiendo acabado de comer nos toman nota de los postres. Al pedir la novedad del postre de manzana indican que tardará un poco porque tiene que hornearse, a lo que indicamos que no pasa nada esperamos. Traen el resto de postres, que llevaban helado y mayores de la demora de tiempo traen las bolas de helado confundidas y casi derretidas. Antes de traer los postres nos cobran porque así se lo indicamos nosotros para agilizar un poco. Tras esperar un rato, se acerca la camarera y nos pregunta que si ya nos había cobrado, no se acordaba, a lo que le indicamos que sí pero que falta uno de los postres, el que había que hornear. Indica que va a revisar y nos dice. Después de esperar otro poco, nos dicen que se había acabado. Ya cansados de esperar pedimos que como lo habían cobrado y no lo habían servido que nos devuelvan el dinero, ya que nos negábamos a seguir esperando cuando todos habían acabado menos una persona de la mesa. Al decírselo la camarera se pone algo tensa, sin saber muy bien cómo hacer y tras ir a buscar a sus superiores (suponemos que serían) nos devuelven el dinero. En general el servicio fue lamentable y muy descontentos con la experiencia....

Antes de entrar al cine, se nos abrió el apetito, el cual mirando la carta de los diferentes restaurantes del C.C.el Tormes, nos llamó la atención el Tagliatella. Nunca habíamos comido mi Pareja y yo comida Italiana. Una amable chica se nos acercó, y cuando digo amable, hablo porque aparte de explicarnos todo tipo de platos que podíamos elegir, nos convenció rápido para degustarlos. Elegimos comer pizza, pero de tantas que hay, le pedimos recomendación, y nos decantamos por la Strabouna. Tengo que decir, que por fin un sitio que sabe la pizza como en casa, casera. Lo acompañamos con unos panecitos italianos de cebolla y tomate, con un chorrito de aceite de ajo picante. Los postres que degustamos, RIQUÍSIMOS.

Tienen varios salones para comer, cenar. El decorado es muy alegre, muy bonito. Buena iluminación, y da la posibilidad de sentarte con vitas a la catedral.

Queremos dar las gracias a Tamara por su amabilidad, a Irene, a la cocinera, y a todo el equipo que ha hecho de una cena...