Mis opiniones son siempre honestas y justas. Me gusta la buena comida, pero nunca vuelvo a un lugar donde la comida sea mala para mí. El chuletón se veía tan asqueroso que asustaría hasta a un vagabundo hambriento. Un kilo de carne de res contenía medio kilo de grasa y más allá del tracto digestivo igual a rancio.El tracto digestivo también sufrió. Recorrimos varias docenas de kilómetros para probar comida deliciosa (viajamos aún más lejos para obtener platos de excelente calidad). Este lugar nos lo recomendó un amigo que vivió medio año en Santa Pola. Tal vez no parecía un extranjero y obtuvo una calidad de comida diferente. De hecho también hablamos buen español y normalmente los españoles lo aprecian. Este lugar tenía la peor carne que he probado en mi vida.. La camarera (con gafas y el pelo largo y liso recogido) todavía me hizo el ridículo que así es como se ve el verdadero mejor chuletón. Nunca más 🤦🤢🤮🤒. PD Recomiendo revisar el monitoreo del 10.06 a las 15:00. Puede consultar lo que se gastó en la terraza y lo que volvió después (cuánta grasa y carne sin terminar). Si alguna vez tuviera que volver, sería para llevar esa carne a inspeccionar. Por supuesto, tengo un recibo de pago por estas delicias. La reserva era para las 14:30 para 5 personas. No entiendo por qué eliminaría un comentario objetivo. El 99% de los clientes puede tener razón, pero el 1% de los clientes puede no tener razón. El profesionalismo consiste en disculparse cuando se comete un error. Si alguien dice que es infalible y perfecto, no es profesional para mí. Es aún peor si el cliente está tratando de convencerse a sí mismo de que lo repugnante es delicioso o de que está tratando de actuar en detrimento al decir la verdad. Dejo opiniones negativas como último recurso. Recientemente, el servicio de BMW debería haber recibido una calificación negativa, pero a pesar de los errores de los empleados, el supervisor pudo comportarse y obtuvieron 4 estrellas. Aunque la calificación promedio es de unas 3...

No puedo opinar de la comida, me explico, preguntamos en el interior si había sitio para dos, indicando una empleada que lo tenían lleno, pero que en la terraza había sitio y tenían estufas ya que el día era frío y con viento. Una vez en la terraza, por cierto solo estaba ocupada menos de la mitad, la camarera nos indica que en una mesa para dos que había junto a una estufa no podíamos sentarnos, era una zona para "los aperitivos". Nos indica una mesa justo en la puerta de entrada a la terraza, que una vez sentados comprobamos que hacía frío, observando que los comensales de las otras mesas llevaban puestos los abrigos, por lo que optamos por marcharnos al no poder comer cómodamente con los abrigos puestos y pasando frio, siendo el 29 de enero y con ola frío en toda España. El menú era de 26€ y tenía buena pinta, pero leídas las opiniones de otros clientes igual era sin iva. Estuvimos en un sitio dos calles arriba y comimos más barato de categoría, cómodamente y calentitos. Pasamos una hora y cuarto después (15'15 h) y en la terraza ya no había nadie y en el interior si. Esta reseña seguramente caiga en saco roto, solo pretendo que el responsable reflexione y esté atento a estos detalles justo cuando su negocio funciona fenomenal, según valoraciones, ya que tengo una edad y he visto como torres más altas han caído. Gracias por su atención. REPLICA A SU CONTESTACIÓN : Lo primero que digo es que no comimos, por lo que eso del cambio de un plato no se de dónde lo ha sacado. Por resumir, no nos apetecía comer con los abrigos puestos, habiendo sitio en la terraza junto a una estufa y la camarera nos indicó que era para los "aperitivos" situándonos justo en la entrada de la terraza, por lo que no nos apetecía ese lugar, al parecer para la comodidad de la camarera, no encuentro otra explicación. Espero que le vaya muy bien el negocio, no le deseo mal a nadie, y creo que es una crítica constructiva. Gracias por su...

El jueves pasado reservamos personalmente una mesa para comer hoy domingo cuatro personas, haciendo mención de que queríamos comer en el piso de arriba. Cual fue nuestra sorpresa cuando al llegar no nos tenían reservada mesa arriba y tuvieron que prepararnos a toda prisa una mesa que en principio era para ocho y nos la prepararon para los cuatro, siendo difícil la comunicación entre nosotros en una mesa tan grande y en un local con excesivo ruido y mucho calor. Ya que en la planta de arriba no quedaban mesas, solicitamos al camarero que nos cambiase a la planta baja a una mesa más pequeña donde pudiéramos estar más confortables, la respuesta fue que un tal Luis le dijo al camarero que ya no nos podíamos cambiar. Estuvimos más de quince minutos sin preguntarnos que queríamos beber y sin traernos una carta. Al final nos dieron una sola carta, pues no les quedaban más. Después de casi una hora de espera desde que llegamos al restaurante, llegaron los aperitivos, con una distancia de más de treinta minutos entre cada plato. Uno de los platos principales nos llegó antes que los aperitivos y se lo tuvieron que llevar. Después de muchas veces de reclamar al camarero nos trajeron tres de los cuatro platos principales. Uno de los platos, la fabada, se la tuvieron que llevar porque las fabes estaban duras (uno de nosotros quería venir a este sitio para probar las fabes). Nos propusieron cambiar el plato y elegimos un bacalao. A los treinta minutos de espera, cuando dos de nosotros habíamos terminado el plato principal, pedimos la cuenta, ya que ni nos traían el bacalao ni el plato principal del cuarto comensal que todavía no había llegado. Nos tuvimos que marchar a las dos horas y media de haber entrado en el restaurante sin que dos de nosotros hubiéramos comido el plato principal, solamente habíamos comido el aperitivo. Nos hemos sentido muy mal atendidos y ninguneados. Es una lástima porque la comida...