Marisquería Acuario Santander — Restaurant in Santander

The place is located just in front of the beach and it is probably the only one seafood restaurant in that area, unfortunately. They serve seafood that is looks like cheap seafood, but it is fresh. We were looking for a nice fresh oysters and found only this place. Oysters size- tiny, the taste was below the average, and they are pricey. €3,5 per one small oyster( Despite this, seafood was fresh and we felt good after that lunch. We ordered a bottle of white wine that was pretty good, served in the ice bucket, and costs just €12. Also we ate mussels with some kind of salad on the top of each mussel, it was unexpected to get that kind of serving and they were not delicious. It would be better to dive them into some cream or tomato sauce. Octopus was 8 out of 10, the best course in our lunch. If you don’t care of the taste but you care to get some fresh seafood near the beach, it is the place for you, but it is better to go to the city center for the seafood.

PS: they added to our bill extra bottle of wine, but we checked it before pay. Not the...

En esta marisquería tuve una pésima experiencia la semana pasada.

Entramos porque nos dijeron que tenían comida sin lactosa que, a día de hoy, aún cuesta. Nos trajeron las cartas y pregunté por mi alergia (Lactosa). Al momento me trajo una carta de alérgenos actualizada por última vez a principios de 2019. Con esa fecha, es poco probable que los alérgenos estuvieran todos bien. Por ello mismo, pedí los platos que sabía seguro que no llevaban lactosa: la ensalada del chef sin salsa rosa (pese a que esta salsa es a base de huevo, a veces se le echan conservantes y aditivos de origen lácteo), el pulpo a la gallega y los calamares.

La ensalada tenía demasiado vinagre. Habitualmente lo que se hace en los restaurantes de verdad es servir el aceite, el vinagre, la sal y la pimienta a un lado para que cada comensal se sirva la cantidad que desea, al menos en mi comunidad autónoma.

El pulpo jamás llegó. Al cabo de 45 minutos esperando, la camarera nos dice que no hay pulpo, pese a que habíamos visto salir platos de pulpo a mesas que habían llegado después de nosotros. Aconsejo que, si les queda poco pulpo, avisen a los comensales antes, ya que genera molestias.

Los calamares fueron un desastre. Lo que llegaron fueron calamares FRITOS. Fritos en una freidora donde se había frito previamente croquetas y gambas en gabardina (que en la carta de alérgenos ponía que llevaban lactosa). Esto es de primero de alérgenos. Si una persona padece una alergia o intolerancia alimentaria, en los alimentos fritos es conveniente utilizar aceite limpio para evitar las conocidísimas y temidas trazas. Por ello mismo, le dijimos a la camarera, que repentinamente se volvió extremadamente borde, que lo devolviera a cocina y lo cambiara por lo que realmente habíamos pedido: calamares a la plancha. La camarera me contestó de manera muy agresiva que eso eran "maganos". Creo que la camarera debe comprender que no todos los visitantes de la marisquería somos cántabros y no sabemos que a los calamares les llaman maganos.

Pedimos "maganos" para tres. Llegaron seis chipirones que no hacían ni cinco centímetros cada uno a la plancha, muy hechos y lo peor: sucios. Reconozco que cuando el calamar está pescado con potera y es de buena calidad no es necesario limpiarlo, pero esos "maganos" tenían tierra y un mar de tinta, que si no se cocina adecuadamente es tóxica. Realmente, un desastre por 27 euros de plato. Es una estafa.

Para concluir, queremos hacer un llamamiento a les propietaries del restaurante para que mejoren todos los detalles que mencionamos previamente, además de mejorar la limpieza del baño y los tanques donde estaban los bogavantes, que los cristales tenían suciedad de años atrás, y sé de lo que hablo. He tenido acuarios durante muchos años y no son precisamente difíciles de limpiar. Por tanto considero...

Great fresh seafood, miserable service. Booked a table for 2 adults + 2 children. We were given a table for two, us being the first booking of the night. They acted as if we were being unreasonable for asking for somewhere to sit our children. I went to order “buey de mar”, to be told I would have to wait too long for it, but then they took 15 minutes to heat water for our baby’s bottle. They wouldn’t provide a high chair. Couldn’t recommend anything between options on their menu, and from what I could gather I was speaking with the owner the whole time. Simply I got the impression they didn’t want families. Oh and to top it off, we ordered percebes. They showed them off to us in advance, only to go on to serve us the smallest ones they had. Just a bit...